La pandemia de la Covid-19 provocó que hasta un 50 por ciento de la mano de obra en el sector de la construcción perdiera su empleo durante las etapas más críticas de salud pública y ahora que ha iniciado la reactivación económica todavía hay un 30 por ciento de trabajadores que no se han reincorporado, señalaron catedráticos de las facultades de Arquitectura e Ingeniería de la UPAEP.
A propósito del día del albañil o de la Cruz, que se celebra el 3 de mayo, los especialistas refirieron que los últimos dos años han sido complicados para el gremio, ya que al inicio de la contingencia sanitaria no se adaptaron del todo a las nuevas medidas de higiene que ameritaba la situación en el país y eso provocó que ocurrieran contagios.
El director de la Facultad de Ingeniería Civil, Pedro Luis Díaz, señaló que el sector de la construcción no se ha podido recuperar al cien por ciento debido a la incertidumbre financiera que prevalece, ya que muchos inversionistas “piensan dos veces antes de iniciar un proyecto” porque temen que no consigan cubrir los intereses de los créditos que se contratan para desarrollos inmobiliarios.
A lo anterior se suma que las obras públicas que realiza el gobierno también comienzan a reactivarse pero no son de gran alcance, en el caso del municipio, mientras que a nivel federal ha habido una tendencia encaminada a que el ejército sea quien desarrolle los proyectos, a través de su escuela de ingeniería, añadió Marco Antonio Fernández, catedrático de la facultad de arquitectura.
“Si vemos el Ayuntamiento en Puebla pues empieza con una serie de proyectos, a lo mejor no son proyectos grandes, pero si son pequeños proyectos que empiezan a dinamizar esta situación del quehacer, no vamos a esperar ahorita grandes obras”, dijo.
Ambos docentes señalaron que en el ámbito de la auto construcción tampoco hay una reactivación sólida, debido a que los precios de los materiales han incrementado considerablemente y esto impide que las familias concreten planes de remodelación o edificación de nuevos espacios.
Como ejemplo citaron el caso del acero, que ha tenido incrementos del 41 por ciento e incide fuertemente en los costos finales de la construcción de vivienda, de tal manera que las familias que deseen realizar mejoras o remodelaciones estarían viendo incrementado su presupuesto casi al 50 por ciento.
“Donde si se va a ver el impacto es en el costo de la vivienda que se desarrolla en este momento, porque si le impacto el nuevo precio de materiales en el proceso, se va a tener que sumar al costo total de la vivienda y ahí si se va a ver afectado”, señaló Fernández.
Ambos académicos coincidieron en que el sector de la construcción se deberá reestructurar y actualizar para poder adaptarse no solo a la nueva normalidad, sino también a la metodología de la información de la construcción, que entrará en vigor a partir del 2026, para eficientar los recursos aplicados a las obras.