Inseguridad y devastación de áreas verdes es lo que ha traído el Periférico Ecológico para las colonias con las cuales colinda, coincidieron vecinos entrevistados por El Sol de Puebla, quienes refirieron que vivir cerca de la vialidad tiene más desventajas que beneficios.
La señora María Elena Juárez tiene 52 años viviendo en la colonia Casa Blanca y fue una de las personas a quienes les expropiaron sus terrenos para construir el periférico hace 28 años, hoy afirma que hubiera sido mejor dejar el lugar como era, porque tenía más vegetación que ahora, que ha fomentado el crecimiento de la mancha urbana.
“Estaba mejor cuando era ranchito, dijeron que iba a tener áreas verdes, pero no, sólo quedó el pasto abajo del puente y casi no limpian, entonces está muy feo y ya lo han agarrado hasta para venir a tirar cuerpos, se volvió muy inseguro porque a cualquier hora asaltan, los trabajadores del Parque Flor del Bosque a cada rato se quejan de eso”, contó la mujer.
La ama de casa compartió que hace 28 años le pagaron a 21 pesos el metro cuadrado de su propiedad durante el proceso de expropiación y aunque le ofrecieron un lote para reubicarla optó por comprar otro terreno cerca del periférico para vivir cerca de su familia. Hoy se arrepiente.
“Aquí dan las siete de la noche y ya uno mejor no sale porque esta muy peligroso, a los mismos estudiantes o la gente que se va a trabajar en la mañana los asaltan, casi no hay luz y la policía casi no pasa, antes era tranquilo, hoy ya no”, dijo.
En la Unidad Habitacional San Bartolo, el señor Antonio Juárez declaró que la vía rápida solo vino a cambiar para mal la realidad de los condóminos de ahí y otras como Agua Santa, ya que antes del asfalto había árboles que ayudaban a contener calor en esa zona de la ciudad, pero ahora solo existen arbustos y una ciclopista insegura.
“Antes todo eso era una calle de terracería y había árboles, existió primero San Bartolo y luego el periférico y cuando lo empezaron a construir se suponía que dejarían árboles, pero no, lo poco verde que había ahí desapareció”, dijo.
Señaló que el proyecto carretero solo solucionó el problema de inundaciones que tenía la unidad, sin embargo, trajo muchos más como la inseguridad y el peligro de ser víctima colateral de los múltiples accidentes que ocurren.
Y es que señaló que varios automóviles han terminado impactándose contra los muros de los edificios de interés social, de tal forma que quienes viven en colindancia con la vía rápida no duermen tranquilos porque ha habido casos en que “los coches se han metido hasta las zotehuelas de los departamentos”.
Por lo anterior, dijo que en varios puntos de esa zona la gente ya recurrió a colocar barandales o estructuras de metal que sirvan para proteger a los domicilios, en caso de que ocurra alguna volcadura o accidente automovilístico.
En esto último coincidió la señora Norma Rojas, quien lleva 40 años viviendo a un costado el periférico, en la colonia Ampliación Arboledas de Loma Bella, y ha visto accidentes de tránsito en los que “salen volando llantas, autopartes y cachos de coches que chocan o se voltean”.
La mujer contó que cuando comenzaron a construir la carretera les dijeron que sería una vía rápida y consideraron que les iba a beneficiar porque habría mejor movilidad, no obstante, hoy ni siquiera hay transporte público y considera que terminó por afectar su calidad de vida, ya que viven con el temor de que su propiedad se vea afectada por un accidente y expuestos al ruido de motores las 24 horas del día.
“Nos enteramos cuando ya habían pasado unos cuantos años como iba a ser, nos imaginamos que iba a pasar una vía rápida pero nunca pensamos que fuera tan ruidoso, aquí nos metemos a la casa a ver la tele o escuchar el radio y se medio puede porque baja un poco el ruido, pero aun así se sigue oyendo el paso de los coches”, contó.
Respecto a la seguridad, refirió que cualquiera de los puentes peatonales de esa zona es inseguro y que la ciclopista, construida en el sexenio del exgobernador Rafael Moreno Valle, no sirvió para fomentar el uso del camellón, sino que lo volvió más inseguro.
“Aquí en cualquier puente se escucha que asaltan a la gente, por eso si ve muchos se atraviesan el periférico, aunque haya peligro por los coches, porque es peligroso por los asaltos, más en las noches y hasta en la ciclopista roban, ve que hace un tiempo a una señora hasta la mataron por robarle”, declaró.
Refirió que en su colonia escasean las áreas verdes y la que suponía iba a ser la principal y a estar frente a su domicilio terminó siendo concreto y arbustos rodeados por unas cuantas bancas, en las cuales no es cómodo ir a sentarse, por lo que consideró que hubiera sido mejor que no se construyera el periférico.
“Nosotros llegamos cuando todo esto era verde, había huertas, había sembradíos de alfalfa, nos conocíamos entre los pocos vecinos que estábamos y estábamos más tranquilos, a veces creo que la urbanización hace más peligroso vivir”, finalizó.
A la altura de la colonia San José Chapulco, el señor Ignacio Francisco, quien lleva viviendo en el lugar cinco años, señaló que a su negocio de carpintería han llegado varias personas victimas de robo, ya que el puente peatonal para atravesar la vía rápida es muy inseguro, sobre todo en las noches, a falta de luminarias y presencia de la policía.
Por lo anterior, contó que es común ver a gente cruzar el periférico o subir al puente de la prolongación de la 14 sur para caminar sobre la orilla y así evitar el uso de los puentes peatonales, que son catalogados como focos rojos en asaltos, al igual que el bajo puente de esta última vialidad.
“Mucha gente ha llegado llorando aquí porque la asaltaron, nosotros a veces les hemos ayudado con dinero para su combi porque les quitan todo. Hubo un tiempo que pusieron muchas lámparas en el poste del puente de la 14 y alumbraron bien el periférico y creímos que ya iba a mejorar esto, pero no, al poco rato otra vez dejaron de prender, creo que también se roban las lámparas o el cable”, contó.
Don Ignacio compartió que la inseguridad ha llegado al grado de provocar el cierre de varios negocios, debido a que los dueños han sufrido asaltos con violencia y no quieren arriesgarse a seguir trabajando ahí, porque “el problema es que es tan fácil subirse al periférico y escaparse que cualquier delincuente entra roba y rápido se va”.
El Sol de Puebla evidenció que, a 28 años de su construcción, el periférico ecológico dista de cumplir con los objetivos para los cuales fue creado, ya que no contuvo el crecimiento urbano, ni cuenta con las especificaciones de arbolado, combate a la contaminación y mejora del medio ambiente.
