Paz y seguridad fue lo que llegaron a pedir los poblanos a la Virgen de Guadalupe en la víspera de su día, al tiempo que entonaron las tradicionales Mañanitas para festejarla en el templo conocido como “La Villita” en el Paseo Bravo.
El frío que imperó anoche en la ciudad de Puebla no fue impedimento para que los feligreses acudieran con la Guadalupana en el aniversario 487 desde su aparición a San Juan Diego en el Tepeyac.
Peregrinaciones pequeñas de diferentes puntos de la capital acudieron al templo para escuchar misa, cantarle, perdió favores y agradecer algunos milagros que ya les fueron cumplidos.
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En la homilía el sacerdote encargado de la misa, antes de la medianoche, señaló que en el país lo que se necesita es seguridad y los feligreses asintieron con la cabeza.
Joel, convencido, señaló que la ciudad es un caos en materia de seguridad por eso las autoridades “necesitan una ayudadita”, por parte de la Virgen de Guadalupe.
En el templo los feligreses mostraron su fe a La Guadalupana, algunos llegaron para recibir la bendición del sacerdote, otros esperaron la misa nocturna y unos más llevaron al mariachi para cantar las tradicionales Mañanitas.
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Desde la mañana de este 11 de diciembre el altar mayor, donde se encontraba la imagen de la Virgen de Guadalupe, estaba lleno de flores y globos y aunque durante toda la tarde hubo una alta afluencia, fue poco después de las 22:00 horas cuando la cantidad de personas que buscaban visitar a la morenita del Tepeyac aumentó considerablemente.
Los géneros musicales también fueron variados acudió mariachi, trío, solistas, guitarristas para cantar desde Las Mañanitas hasta Amor Eterno.
Afuera la verbena no se hizo esperaba. La frase de los comerciantes más cercanos a la puerta del templo fue “lleve la veladora, la estampita, la pulsera de la Virgen” y más lejos el olor de las chalupas, filete de pescado y tacos de carne asada, atrajeron a los hambrientos y el ponche de frutas a los friolentos.