Las pipas de agua que operan en la ciudad de Puebla extraen al menos 7.56 hectómetros cúbicos de agua al año, que equivalen a siete mil 560 millones de litros del vital líquido, generando un gasto para los usuarios de este servicio por 378.06 millones de pesos anualmente, cantidad que supera, en un 18.46 por ciento, lo que recauda la concesionaria Agua de Puebla en el mismo periodo.
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Lo anterior reveló la investigación “Abastecimiento de agua en la ciudad de Puebla desde la perspectiva del metabolismo del agua urbana”, realizada desde el Instituto de Ciencias de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), por David Pérez González, alumno del doctorado en Ciencias Ambientales, bajo la tutoría de la rectora Lilia Cedillo Ramírez, la cual fue publicada en octubre de 2023 en el Multidisciplinary Digital Publishing Institute (MDPI), editorial científica con base en Suiza.
En entrevista con El Sol de Puebla, Pérez González señala que, esta cifra urge a la regulación del negocio de pipas de agua en la capital, ya que el estudio refleja dos problemas: que el organismo operador no está entregando suficiente agua a los usuarios y que, derivado del mismo, la ciudadanía cubre la falta de vital líquido con pipas.
Por esa disminución los consumidores optan por comprar pipas que son más caras y es algo incongruente, ¿cómo es que hay agua para los camiones de cisterna y no para el suministro? la razón es que hay un jugoso negocio que obliga a la gente a comprar este servicio opina.
De acuerdo con la investigación, que se midió a través una simulación Montecarlo (en la que se entrevistaron a 256 personas de 60 colonias de Puebla durante el 2021) la cantidad de agua extraída por los camiones de cisterna es menor a la del organismo operador de la capital poblana, que fue de 124 hectómetros cúbicos, sin embargo, logró generar mayor enriquecimiento que la misma, que registró hasta ese mismo año 308.27 millones de pesos. Este dato, además, tomó en cuenta que cada camión cisterna de cuatro mil litros de agua tuvo un costo de 500 pesos cada una.
“Se ligó la cantidad de agua, 7.56 hectómetros cúbicos, con una estimación económica del costo general que tuvieron todas estas pipas, yo pienso que ahora es mayor, incluso es muy notable cómo en la ciudad se ven de forma más frecuente las pipas y la notoria escasez de agua”, insiste.
Cabe mencionar que cada hectómetro cúbico de agua equivale a mil millones de litros.
Vulneran el derecho humano al agua
A decir del especialista, dicho estudio evidencia que el servicio de pipas, en conjunto con la situación actual del suministro del vital líquido, vulnera el derecho humano al agua en sus cuatro elementos: la aceptabilidad, la suficiencia, la accesibilidad y la asequibilidad.
Si hubiera aceptabilidad del agua en Puebla la gente bebería desde la llave, pero no es así, entonces ahí no se cumple con el primer elemento de este derecho.
Si hubiera accesibilidad y suficiencia no existiría la necesidad de adquirir el servicio de pipas de agua, pero, tal y como se muestra en el estudio, tampoco es así.
En tanto, el consumir agua de pipas también vulnera el último elemento de este derecho que es la asequibilidad, pues las personas están obligadas a pagar un costo extra, además del que realizan al sistema operador de agua, para tener este servicio, sentencia el investigador.
Poblanos pagan más a pipas que a la concesionaria
La misma investigación reveló que los usuarios en la capital poblana gastan 12 veces más en el servicio de pipas y agua embotellada que en el organismo operador del vital líquido.
De acuerdo con las cifras, en el servicio de pipas la ciudadanía invierte 378.06 millones de pesos al año, en agua embotellada de relleno mil 127.18 millones de pesos y en agua embotellada de marcas reconocidas dos mil 192.69 millones de pesos, lo que suma un total de tres mil 697.93 millones de pesos, lo cual supera 12 veces lo que recauda el sistema operador, que es 308.27 millones de pesos.
El estudio también estima que, tan solo en agua embotellada, la ciudadanía invierte 10 veces más que a Agua de Puebla, pues de estas (de relleno y de marcas reconocidas) suman tres mil 319.87 millones de pesos al año. .
En algunos casos el agua llega turbia a los hogares, la gente no confía en beberla y compra el agua embotellada, todavía un caudal mucho menor en comparación de las pipas, pero en el sentido del del gasto pues es exorbitante explica Pérez.
Pipas reparten agua contaminada
El investigador subraya que este problema también surge desde el 2017, año en el que la investigación “Impactos de la calidad del agua que abastece a la ciudad de Puebla”, por Adriana Ocampo Astudillo, reveló que la sobreexplotación de los pozos de agua no solo está disminuyendo la disponibilidad de la misma, sino que también están contaminando la que queda disponible, por lo que, incluso, el agua que abastecen las pipas, está contaminada.
En Puebla existen al menos 20 pozos profundos que sobrepasan el nivel de plomo en el agua que establece el criterio de la Organización Mundial de la Salud, los cuales son Atlixcáyotl 9, Atlixcáyotl 3, San Miguel M, La Victoria, Loma Bella, San Jorge, Héroes de Puebla, Parque Juárez, Prados Agua Azul, Recta Cholula b, Momozpan 5, Carcaña 3, Carretas, CNIC, La Constancia, Sulfuroso 2, CFE 2, Autopista, San Rafael 2 y San Baltazar 4.
En tanto, seis pozos más exceden el límite del mismo material de la NOM-127-SSA1-1994, los cuales son Atlixcáyotl 3, Prados Agua Azul, Momoxpan 5, CNIC, cfe 2 y Autopista.
“Depende de donde extraigan el agua las pipas, si es cerca de las zonas industriales, donde se encontraron niveles superiores de plomo, la gente que la utiliza para consumo tiene contacto con metales pesados. Entonces, si no está regulado, prácticamente están entregando agua contaminada a la población, ese es el riesgo”, lamenta.
La investigación “Abastecimiento de agua en la ciudad de Puebla desde la perspectiva del metabolismo del agua urbana”, fue dirigida por el académico de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) Gian Carlo Delgado Ramos, y la tutoría de Lilia Cedillo Ramírez, Rosalva Loreto López, María Elena Ramos Cassellis, José Víctor Rosendo Tamariz Flores y Ricardo Darío Peña Moreno.
