Por necesidad económica, compromiso con su trabajo, porque no les dieron permiso y hasta creer que es un complot contra Andrés Manuel López Obrador, fueron algunas de las razones por las que mujeres poblanas no se sumaron al paro nacional de este 9 de marzo, en protesta contra la inseguridad y violencia que viven en el país.
Silvia y Ana María acudieron normalmente a preparar cemitas poblanas en el mercado de La Acocota por temor a perder el salario de ese día, ya que su jefe nunca les preguntó si se sumarían al paro nacional y solo pudieron vestirse de morado para solidarizarse con esta causa.
“En sí el patrón no nos dijo nada, si nos hubiesen dicho tal vez no hubiéramos venido. Si no trabajamos nos descuentan”, dijo Ana María.
Por su parte, Silvia consideró que no funcionó la movilización porque hay muchas mujeres en la calle haciendo compras, cuando el objetivo era hacer sentir a la sociedad su ausencia y dejar que los hombres se encargaran del “mandado”.
“Se supone que hacer el paro de mujeres era porque no íbamos a andar en la calle, solo para lo necesario e irnos o haber comprado un día antes las cosas. La mayoría anda de compras y anda gastando… que se viera la falta de la mujer y, al contrario, vea el mercado casi no hay señores, mira cuántas mujeres hay, parece que es paro de hombres, no de mujeres”.
“ES UN COMPLOT CONTRA AMLO”: FRANCISCA
A pesar de que su mamá fue víctima de violencia, Francisca, vendedora de buñuelos en el mercado La Acocota, consideró que las marchas y paro nacional de mujeres contra los feminicidios es una estrategia del “PRIAN” en contra del presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, por lo que decidió ir a trabajar y no sumarse a esta causa.
“Esto del feminicidio siempre ha existido y antes las mujeres, lo digo por experiencia propia, mi madre sufrió bastante con mi papá, eran golpes, eran borracheras, era mala vida. El feminicidio siempre ha existido, lo que pasa es que le quieren dar golpeteo al presidente, se está metiendo el PRIAN ahí, son golpeteos para el presidente y están abusando de que a él no le gusta la violencia, está descubriendo fechorías de los anteriores presidentes y funcionarios públicos”.
“ME GUSTA MI TRABAJO”: MARI
En medio del censo que realiza el Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI), Mari, supervisora de encuestadores, decidió ir a trabajar como cualquier otro día porque le gusta su trabajo, a pesar de tener el permiso de la Institución para ausentarse.
“Yo trabajo porque me gusta, porque amo mi trabajo, me gusta estar cumpliendo con mis obligaciones, apoyo todo lo que tiene que ver con el movimiento, me preocupa toda esa parte, la violencia contra las mujeres y estoy totalmente a favor de las chicas, pero ya para trabajar tengo una responsabilidad y por decisión propia estoy trabajando”.
“UN GOLPE FUERTE AL GOBIERNO”: PATRICIA
En la clínica 2 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), Patricia, quien se desempeña como asistente médico, supo que en la página oficial del Instituto se dio a conocer que había permiso para las mujeres que decidieran ausentarse, pero reconoció que ausentarse sería un fuerte al gobierno y, sobre todo, a los usuarios.
“Tenemos pacientes diabéticos e hipertensos y la verdad dejar de atenderlos esto hubiera sido un caos para el paciente, para los médicos. El no tener nadie aquí al médico sí se le hubiese complicado. No es lo mismo trabajar en una fábrica que trabajar con la gente y trabajar con la salud…hay muchas formas de apoyar la causa sin afectar los demás”.
Explicó que solo hay mujeres como asistentes médicos y por ello no hay hombres que las puedan suplir, además de que en la clínica 2 suman 69 trabajadoras en este cargo, 23 en cada consultorio por cada uno de los tres turnos.
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