Puebla produjo este año su primer vino tinto. Las 300 primerasbotellas de la bebida hecha totalmente con insumos del estado sonel resultado de la cosecha inicial de la parcela denominada “LaConejera”, ubicada en el municipio de Santa Rita Tlahuapan.
El nombre del vino es “Casa Miguel Hernández” y le hacehonor al impulsor del proyecto que comenzó hace dos años con elcultivo de la vida en cinco hectáreas en las faltas delIztaccíhuatl, aunque actualmente tiene 19.8 en tres municipios, yel siguiente año pretende expandirse a 40 hectáreas e incluircuatro demarcaciones más.
Hernández, enólogo, destacó que el primer vino poblano que seproduce después de 500 años en Puebla, es fresco, con equilibrioentre acidez y taninos, además tiene un color oscuro. “Es unvino relativamente agresivo, está impetuoso, hay quetranquilizarlo”, explicó.
La producción total de este año fue de 550 botellas, 250 sonensambles con uvas de Baja California, el resto, es hechototalmente con la vid cosechada de las variedades syrah y pinotnoir, la cual es aún joven por lo que será hasta 2021 cuandoPuebla produzca volumen, aunque en el mes de mayo del siguienteaño se planea hacer el lanzamiento oficial.
Actualmente Miguel Hernández cuenta con parcelas en Santa Rita,San Salvador El Verde y San Felipe Hueyotlipan y busca establecernuevos plantíos de uva en Huejotzingo, Calpan, Tochtepec yTepeyahualco.
La idea del enólogo es que la botella de vino poblana no cuestemás de 400 pesos y también estima la posibilidad de hacer grandesreservas. “El vino es mucho más europeo que americano, de aromasmás complejos”, resaltó en entrevista para El Sol dePuebla.
Además, Hernández ha dedicado parte de su trabajo de cultivode la vid y ahora producción de vino, a buscar registroshistóricos que demostraran que Puebla fue productor de la bebida yencontró que en la colonia El Vergel se cosechó uva, en Viñedosde Amalucan, así como en regiones de Huejotzingo y Atlixco.
Por otro lado, consideró que la denominación de origeninternacional por parte de la Organización Internacional de laViña y el Vino (OIV) no será posible lograrla, debido adeficiencias institucionales respecto a controles más estrictospara los productores mexicanos, por lo que se estudia laposibilidad de declarar “indicación de origen” que daríacerteza sobre la cantidad de producción de vino por parcela.