Por tercer año consecutivo se llevó a cabo el Viacrucis Angelopolitano que va de la Iglesia de San Francisco al Calvario, recorriendo 14 capillas construidas con fines procesionales y que datan desde 1606.
Este año, los fieles que recorrieron el Viacrucis ganaron la indulgencia plenaria y en su camino, pidieron por la paz, seguridad y estabilidad de las familias, recordando también el camino de cristo hacia la cruz.
Cientos de personas recorrieron las 14 capillas con las la Santa Cruz de la Iglesia del Alto, el Jesús Nazareno de la Iglesia de Analco, la Virgen de los Dolores de la Iglesia de Nuestra Señora de Ocotlán, el Jesús del Templo de los Remedios y el Señor de las Maravillas.
En cada una de las 14 estaciones los fieles pidieron por los diversos problemas sociales, en la Capilla del Beato Sebastián de Aparicio, la reflexión fue en torno a la paz, por las personas que han perdido a sus seres queridos por ser víctimas del crimen organizado y fueron condenados a muerte de manera injusta.
En las estaciones siguientes también ubicadas en las inmediaciones de la iglesia de San Francisco, se pidió por el cuidado del mundo, para terminar con la destrucción que genera la contaminación; así como el cuidado, protección e integración de los jóvenes a la fe.
El Viacrucis Angelopolitano, presidido en su mayoría por el obispo auxiliar Felipe Pozos Lorenzini, también integró en sus estaciones algunas reflexiones en torno a la familia, la dignidad de la mujer, los migrantes y la reconstrucción del tejido social para ser sensibles ante el sufrimiento ajeno.
En la organización y recorrido del Viacrucis participaron los integrantes del Seminario Palafoxiano, la parroquia de la Santa Cruz, la parroquia de Analco, San Francisco, Nuestra Señora de Ocotlán, los Remedios, El Calvario y la Pastoral Juvenil.
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