Los abuelos de San Bernardino Lagunas afirman que el Cerro Ocelotzin es un volcán extinto y esa versión se ha convertido en una tradición oral que hasta la fecha nadie probó o descartó. Sin embargo, los pobladores y trabajadores de la laguna que lo rodean piden que se investigue, pues tal vez confirmándolo las personas de fuera voltearían a verlos y los apoyarían para averiguar el motivo de la baja en los niveles del agua.
San Bernardino Lagunas es una comunidad del municipio de Vicente Guerrero, ubicado en la Sierra Negra de Puebla. Su nombre se debe a que hay tres lagunas en su territorio: la lagunilla, que está casi extinta; la laguna chica, que es la que está ubicada en la entrada del pueblo, y la laguna grande, que es la que acompaña al Ocelotzin o Cerro del Tigre, como le dicen los lugareños.
La mayoría de sus habitantes se dedican al campo, a la ganadería y a la pesca de truchas. Es por ello que cuidan y respetan la laguna grande, pues ésta les ofrece dichos animales. Su agua aún sirve para lavar la ropa y es el atractivo turístico que le da empleo a varias personas de la región.
DESCIENDEN NIVELES DE AGUA
Juan Huerta Amayo es el presidente auxiliar de San Bernardino. Tomó el puesto hace tres meses y durante este tiempo parte de su trabajo ha consistido en cuidar la laguna grande. Pide a los pobladores no lavar directamente en este lugar, sino que tomen el agua y laven lejos para no contaminar. Sabe que esto también afecta, pero en medida de lo posible trata de que todos “estén contentos”.
Solicita a los ganaderos que sus animales no coman la vegetación, que no tiren basura y también cuida que los vecinos de este espacio no afecten el área en donde algún día podrían crecer nuevamente los niveles de agua. Aseguró que tiene apoyo del gobierno municipal para cumplir con todos sus objetivos.
No obstante, está preocupado, pues como han ido pasando los años los niveles del agua han bajado considerablemente y desconoce el motivo. Las teorías son que la planta acuática, el tule, está creciendo sin control, atrapando el líquido, y la otra es que el Ocelotzin está absorbiendo el agua.
Por su parte, Juan Hernández Suárez, presidente de la cooperativa “La Trucha de Oro”, cree que este lugar está en el olvido y a pesar de que en 1996 el gobierno del estado les dio un apoyo económico para generar mejores condiciones, existieron personas que lo utilizaron para su beneficio propio.
Para no crear conflictos evitó dar nombres, pero ejemplificó con unas cabañas, unas mesas, unos baños y unos asadores que quedaron a medias en una construcción que sería un mirador.
Este medio acudió al lugar y pudo comprobar que está olvidado. Lo que iba a ser una cabaña ahora es escombro con grafitis. Los baños están rotos y los asadores los ocupan las personas que llegan a ir, pero están al ras del piso ya que nunca se levantaron. También compartió que en años anteriores a otra cooperativa le dieron dinero para impulsar la cría de truchas, así como patos, pero estas personas nunca lo hicieron.
Pese a todo lo anterior, tiene una preocupación mayor: la baja en los niveles del agua. Al igual que el edil auxiliar, cree que el tule ya es una maleza, pero nadie ha tomado cartas en el asunto.
Es ahí donde se enlaza la historia del volcán extinto. Ellos creen que tanto la laguna como el cerro dependen el uno del otro y que si los niveles del agua han bajado posiblemente tenga que ver con las historias antiguas del Ocelotzin. Han ido investigadores de universidades, personas que dicen ser “científicos” para revisar el lugar, pero nunca han regresado con análisis o propuestas y no hay información concreta.
Incluso piensan que en el fondo de la laguna se están formando entradas, así como salidas, que dan al cerro para hidratarlo, pero insisten que nadie ha ido a investigar, aunque desde hace años, puntualmente, el señor Juan ha solicitado un equipo de buzos para indagar.
“Yo no podría asegurar que el cerro fue un volcán, eso lo tiene que ver gente preparada y de paso revisar a dónde se está fugando el agua”, compartió.
AÑOS DE SOLICITAR INVESTIGACIONES
Gabino Cruz Carrera también fue edil auxiliar de San Bernardino. En 2005 pidió a las autoridades estatales y municipales investigar el cerro para descartar o confirmar que fue un volcán y saber si ello tendría repercusiones en el agua de la laguna grande.
Tiene un cuadernillo de lo que se ha recabado, pero no hay nada concreto, sólo teorías de lo que fue el Ocelotzin, y de los niveles del agua cree que pudo haberse prevenido si se hubiera indagado.
Aprovechó para mencionar que durante el tiempo que fue presidente gestionó que alrededor de la laguna grande se abriera una calle para atraer el turismo. Dentro de la idea estaba incluir paseos en cuatrimotos, caballos y poner puestos de comida, pero el comisado ejidal se negó.
Este medio investigó en varios sitios información acerca del Ocelotzin y si hay alguna conexión con los niveles del líquido, sin embargo, todos están dedicados al turismo y en ellos sí afirman que fue un volcán extinto, pero no ponen referencias.
Sólo una página de nombre Proyecto de Integración y Desarrollo de Mesoamérica (PM) publicó que es un cuerpo de roca ígnea plutónica de composición cuarzo-monzonítica. El único párrafo de su portal dice lo siguiente:
“Es del dominio popular en el municipio la creencia que existe un volcán denominado Ocelotzin al Norte, en San Bernardino Lagunas municipio de Vicente Guerrero. Sin embargo, la información geológica disponible del área establece que se trata de un cuerpo de roca ígnea plutónica de composición cuarzo-monzonítica a diorítica que intrusiona a rocas de la formación chivillas superior y ha generado zonas de mineralización aprovechable desde el punto de vista minero. No ofrece algún riesgo de peligro volcánico para el municipio”.
Al día de hoy no existen más tesis al respecto, pero los pobladores esperan que pronto las autoridades intervengan, pues temen que como vaya pasando el tiempo la laguna se extinga.