Karen Alcalá tenía programado dar a luz el 4 de abril, para ese día se había imaginado el cuarto lleno de familiares, todos abrazando a su bebé y celebrando su vida. Sin embargo, el 10 de marzo se confirmó el primer caso de coronavirus en el estado de Puebla y esta noticia hizo que todos sus planes cambiaran.
Desde que la empresa Volkswagen de México confirmó que uno de sus trabajadores había dado positivo al Covid-19, sus médicos le dieron la indicación de no salir de su casa, a menos que se sintiera mal o fuera por una consulta y ella acató estas indicaciones.
“Yo me enteré que estaba embarazada en agosto y todo fue normal, de hecho, todavía pude hacer mi baby shower y ya me tocó la pandemia en lo último de mi embarazo y sentí mucho miedo al principio, pero me mantuve positiva para que no afectara a mi bebé”, compartió.
Otro de los problemas a los que se enfrentó durante su embarazo fue que su esposo estaba de viaje y temía que al llegar a México diera positivo a este virus; al regresar a Puebla fue muy difícil encontrar un lugar en donde quisieran realizarle esta muestra, ya que sólo se la estaban aplicando a personas que estuvieran muy enfermas y que hubiera pasado más de 14 días en confinamiento. Luego de intentar varias veces su marido pudo realizarse el test, dio negativo y nuevamente pudo acercarse a ella.
En suma, el hospital privado que había elegido para este día tan especial estaba atendiendo a un gran porcentaje de pacientes con coronavirus y por un momento eso la hizo sentir nerviosa, pero hablando con el personal médico le explicaron que todo estaba bajo control y que su procedimiento iba a estar cuidado al cien por ciento.
A los pocos días de conocer a su bebé, la fotógrafa que había contratado para el parto le avisó que ya no podía dar este servicio y en el nosocomio le notificaron que no podía tener visitas cuando naciera su hijo. Además, ella y su esposo en todo momento tenían que utilizar el cubrebocas y lavarse las manos.
Al llegar el gran día todo salió bien, pero tuvieron que usar cubrebocas durante todo el procedimiento y sólo les permitieron quitárselo unos minutos para darle unas palabras de bienvenida al pequeño Demian Andrey, quien llegó a este mundo perfectamente sano.
“Al principio me dio mucha tristeza porque yo quería que todo el mundo lo vieran y que estuvieran conmigo, pero no fue así, después lo analicé y me di cuenta que primero es la salud de mi bebé. Fue un poco complicado porque me hubiera encantado tener a mi familia cerca de mí en ese día y no se pudo, pero ahora Demian está conmigo y eso es lo importante”, comentó.
Los días posteriores han sido parecidos, pues Demian no ha podido ser abrazado por los familiares, así como amigos más cercanos, pero Karen y su pareja están optimistas y consideran que, si toman todas las medidas de sanidad, pronto su hijo podrá ser apapachado por todos lo que lo quieren.
