/ viernes 12 de mayo de 2017

Ser maestra, el mejor oficio que pude escoger: Carmen

AHUEHUETITLA, Pue.- Carmen Anaya vive a 44 kilómetros de sufamilia. Cuando la dejó para perseguir su meta de ser profesora,hace cinco años, no imaginó que pasaría días sin comer,pernoctaría en la escuela, caminaría media hora bajo el sol parallegar a su centro de trabajo y tendría zozobra ante la amenaza dela delincuencia.

El salón en el que da clases a siete niños de la comunidad deEl Papayo, colinda con un monte seco en el que hay pocas viviendas.Las paredes están desgastadas y decoradas con diagramas quemuestran el abecedario; hay escasas bancas y un rincón de lecturacon algunos materiales que los menores usan a diario.

La temperatura en la zona llega a los 30 grados el día de laentrevista. La maestra del Consejo Nacional de Fomento Educativo(Conafe) suda por el efecto del clima pero también tiene miedo deque sus visitantes pertenezcan al crimen organizado y pudierancausar alguna afectación a los menores. Y es que el ambiente en lacomunidad es de incertidumbre, ante supuestos intentos de rapto dealumnos.

Carmen, de 32 años de edad, vence a la desconfianza y decideabrir las puertas para explicar su corta trayectoria, pero que laha hecho pensar que ser maestra es el mejor oficio que pudo escogerporque es una de las formas de motivar a la infancia en un lugardonde no hay oportunidades laborales para los mayores.

Pese a la falta de otros mentores, de salones, materialdidáctico, juegos infantiles, bardas y desayunador, la tutora delos niños considera que está mejor que otros compañeros, pueshay comunidades en las que las aulas están construidas con maderao adobe y tienen techos de lámina o con excesivas goteras.

Se siente afortunada porque en el lustro de actividad, ha pasadopor los municipios de Cuayuca de Andrade, Tepexi de Rodríguez,Tehuitzingo y Acatlán de Osorio, sin que hasta el momento hayasido víctima de la violencia, pues comenta que “hay rumores”de que algunas maestras sí han pasado por episodios lamentables(como secuestros o intentos de asesinato), sin que se den a conocerpúblicamente.

La joven, que vivía con sus padres antes de mudarse a susdiferentes empleos, explica que sería imposible la docencia sin elapoyo de Conafe, pues solo con el bachillerato terminado, le dieronla oportunidad de estar frente a grupo. Aunque la compensacióneconómica es mínima, el trabajo le es satisfactorio, pues en unaño podrá alcanzar una beca federal para hacer sus estudiosprofesionales.

Oriunda de Zacapala, Carmen solo viaja los fines de semana haciasu comunidad. Cuando los lunes regresa a la escuela, tiene queemprender camino desde las 4:00 horas para llegar a la escuela alas 8:00 o 9:00 horas y comenzar la jornada escolar.

Dice que son cientos o miles de educadores del estado –seanprofesionistas o no– los que deben viajar por horas para darclases, lo que en estos tiempos no solo representa un gasto diario,sino enfrentarse a los riesgos de seguridad que las carreterastienen, tanto por los conductores ebrios como por la delincuenciaorganizada.

La entrevistada señala que el caso de los profesores de Conafees particular, pues la comunidad se compromete con ellos paraproporcionarles alimentación todos los días, los acompañan enlos trayectos, les dan hospedaje y están al pendiente de loscentros de trabajo. La escuela en la que da clases Carmen, tuvo unintento de asalto.

“Como maestros de Conafe, tenemos que ir a donde nos manden.Afortunadamente, los padres han sido amables conmigo en cualquierparte. En mi caso, tengo la vocación para esto, y me emocionacuando veo el progreso de un niño. Una vez pensé en irme (de laactividad) pero voy a estar el tiempo que sea necesario”.

El mayor problema al que se ha enfrentado –explica– fuecuando en una comunidad, una niña se accidentó en la zona dejuegos; los padres pretendían un pleito legal pero el asunto sesolucionó. El evento que más le ha dejado satisfacción fue saberque uno de sus alumnos pasó un examen de primaria con la más altacalificación, aun cuando era discriminado por provenir del sistemaConafe y no de la Secretaría de Educación Pública (SEP).

La facilitadora dice que aun sin un título profesional que laacredite como maestra, los habitantes de la región la reconocencomo tal. Ella se esfuerza, brinda cursos extraordinarios para losmenores, pues al final del día, el abrazo de uno de los alumnos depreescolar, le hace sentir que todo ha valido la pena.

AHUEHUETITLA, Pue.- Carmen Anaya vive a 44 kilómetros de sufamilia. Cuando la dejó para perseguir su meta de ser profesora,hace cinco años, no imaginó que pasaría días sin comer,pernoctaría en la escuela, caminaría media hora bajo el sol parallegar a su centro de trabajo y tendría zozobra ante la amenaza dela delincuencia.

El salón en el que da clases a siete niños de la comunidad deEl Papayo, colinda con un monte seco en el que hay pocas viviendas.Las paredes están desgastadas y decoradas con diagramas quemuestran el abecedario; hay escasas bancas y un rincón de lecturacon algunos materiales que los menores usan a diario.

La temperatura en la zona llega a los 30 grados el día de laentrevista. La maestra del Consejo Nacional de Fomento Educativo(Conafe) suda por el efecto del clima pero también tiene miedo deque sus visitantes pertenezcan al crimen organizado y pudierancausar alguna afectación a los menores. Y es que el ambiente en lacomunidad es de incertidumbre, ante supuestos intentos de rapto dealumnos.

Carmen, de 32 años de edad, vence a la desconfianza y decideabrir las puertas para explicar su corta trayectoria, pero que laha hecho pensar que ser maestra es el mejor oficio que pudo escogerporque es una de las formas de motivar a la infancia en un lugardonde no hay oportunidades laborales para los mayores.

Pese a la falta de otros mentores, de salones, materialdidáctico, juegos infantiles, bardas y desayunador, la tutora delos niños considera que está mejor que otros compañeros, pueshay comunidades en las que las aulas están construidas con maderao adobe y tienen techos de lámina o con excesivas goteras.

Se siente afortunada porque en el lustro de actividad, ha pasadopor los municipios de Cuayuca de Andrade, Tepexi de Rodríguez,Tehuitzingo y Acatlán de Osorio, sin que hasta el momento hayasido víctima de la violencia, pues comenta que “hay rumores”de que algunas maestras sí han pasado por episodios lamentables(como secuestros o intentos de asesinato), sin que se den a conocerpúblicamente.

La joven, que vivía con sus padres antes de mudarse a susdiferentes empleos, explica que sería imposible la docencia sin elapoyo de Conafe, pues solo con el bachillerato terminado, le dieronla oportunidad de estar frente a grupo. Aunque la compensacióneconómica es mínima, el trabajo le es satisfactorio, pues en unaño podrá alcanzar una beca federal para hacer sus estudiosprofesionales.

Oriunda de Zacapala, Carmen solo viaja los fines de semana haciasu comunidad. Cuando los lunes regresa a la escuela, tiene queemprender camino desde las 4:00 horas para llegar a la escuela alas 8:00 o 9:00 horas y comenzar la jornada escolar.

Dice que son cientos o miles de educadores del estado –seanprofesionistas o no– los que deben viajar por horas para darclases, lo que en estos tiempos no solo representa un gasto diario,sino enfrentarse a los riesgos de seguridad que las carreterastienen, tanto por los conductores ebrios como por la delincuenciaorganizada.

La entrevistada señala que el caso de los profesores de Conafees particular, pues la comunidad se compromete con ellos paraproporcionarles alimentación todos los días, los acompañan enlos trayectos, les dan hospedaje y están al pendiente de loscentros de trabajo. La escuela en la que da clases Carmen, tuvo unintento de asalto.

“Como maestros de Conafe, tenemos que ir a donde nos manden.Afortunadamente, los padres han sido amables conmigo en cualquierparte. En mi caso, tengo la vocación para esto, y me emocionacuando veo el progreso de un niño. Una vez pensé en irme (de laactividad) pero voy a estar el tiempo que sea necesario”.

El mayor problema al que se ha enfrentado –explica– fuecuando en una comunidad, una niña se accidentó en la zona dejuegos; los padres pretendían un pleito legal pero el asunto sesolucionó. El evento que más le ha dejado satisfacción fue saberque uno de sus alumnos pasó un examen de primaria con la más altacalificación, aun cuando era discriminado por provenir del sistemaConafe y no de la Secretaría de Educación Pública (SEP).

La facilitadora dice que aun sin un título profesional que laacredite como maestra, los habitantes de la región la reconocencomo tal. Ella se esfuerza, brinda cursos extraordinarios para losmenores, pues al final del día, el abrazo de uno de los alumnos depreescolar, le hace sentir que todo ha valido la pena.

Cultura

Feria de la Cemita, Cumbia Fest, Club Puebla y más este fin de semana en Puebla

En este fin de semana de abril llega con muchas actividades para que los poblanos y turistas pueden disfrutar

Local

Se renombrarán bases sindicales del Ayuntamiento, pero no habrá nuevas: alcalde

Adán Domínguez dijo que en próximas fechas se renombrarán las bases de aquellos que ya fallecieron o dejaron de pertenecer al sindicato

Elecciones 2024

Eduardo Rivera propone una estrategia integral para prevenir suicidios

Rivera Pérez explicó que son cinco ejes a los que se va a alinear este programa

Finanzas

Canirac realiza la octava edición de la Comida en Honor al Mole Poblano [Fotos]

En esta ocasión, 17 establecimientos presentaron la degustación de su respectiva receta tradicional

Elecciones 2024

José Chedraui se compromete a reforzar la seguridad para estudiantes y mujeres

La creación de la Policía Naranja es el proyecto con el que buscará reforzar la seguridad en la capital, especialmente para las mujeres

Policiaca

Detienen a sujeto en hotel ubicado frente al aeropuerto de Huejotzingo

El masculino llevaba entre sus pertenencias una bolsa, en la cual supuestamente portaba droga