Este lunes 26 de agosto marcó el inicio del nuevo ciclo escolar para miles de estudiantes en todo el país, y en la Sierra Norte del estado de Puebla no fue la excepción. Los menores de estas comunidades rurales no se quedaron atrás, desde tempranas horas de la mañana se pudo observar a los pequeños acudiendo a sus escuelas, luciendo orgullosamente un uniforme que fusionaba los textiles tradicionales de sus comunidades con el atuendo oficial.
En el municipio de Ajalpan, las calles resonaron con risas y el peculiar sonido resultante de la mezcla del náhuatl con el español. La mayoría de las instituciones educativas en esta demarcación son bilingües, lo que refleja el rico patrimonio cultural y lingüístico de la región.
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El trasiego por las carreteras mostraba a los niños apresurados por llegar a clases, algunos en compañía de sus madres, otros en grupos o solos. Mientras algunos llevaban libros recién entregados y uniformes impecables, otros optaban por comprar golosinas en los comercios locales como parte de su regreso a las aulas.
En un gesto de bienvenida, algunos maestros decoraron la entrada de las escuelas con globos para recibir a los alumnos, retirándolos al finalizar la jornada escolar a las 16:00 horas.
Sin embargo, junto con las imágenes de infancias felices regresando a la escuela, también se pudieron observar otras realidades. Muchos niños se encontraban trabajando en el campo, y en el caso de las niñas, algunas ya desempeñaban roles de maternidad.
Ajalpan es un municipio ubicado en la Sierra Norte de Puebla, con una población de aproximadamente de 70 mil habitantes. La comunidad se distingue por su rica herencia cultural, donde el idioma náhuatl convive con el español en el día a día.
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Lamentablemente, el municipio de Ajalpan enfrenta un alto índice de analfabetismo, reflejando la necesidad de fortalecer los programas educativos en la región para garantizar el acceso a la educación y la igualdad de oportunidades para todos sus habitantes.
