Sin la presencia del arzobispo del estado de Puebla, Monseñor Víctor Sánchez Espinosa y de una manera diferente ante las complicaciones derivadas por la emergencia sanitaria de Covid-19, fue celebrada la misa principal con motivo del Miércoles de Ceniza en la Basílica Catedral del estado.
Durante su homilía, el Obispo Auxiliar, Monseñor Tomás López Durán, acompañado por el Cabildo Catedralicio, exhortó a los fieles a abrir sus corazones y oídos durante el inicio de la Cuaresma, así como a animarse y mantener su esperanza pese a las dificultades actuales.
“Iniciamos el tiempo de la Cuaresma de una manera particular, ofrecemos esta Santa Misa en acción de gracias porque el Señor nos concede que esta Diócesis de Puebla se anime con la palabra, se fortalezca su esperanza en la celebración de los sacramentos y en estos tiempos tan difíciles”, dijo.
Cabe destacar que, a comparación de años pasados, en este, el ingreso al recinto se llevó a cabo bajo todos los protocolos sanitarios, tales como la toma de temperatura, la colocación de gel, el uso de cubrebocas y la sana distancia entre el 20 por ciento que permitieron ingresar.
Asimismo, y en la imposición de la ceniza, los miembros del cabildo dejaron caer la ceniza sobre la cabeza de los católicos, quienes con mascarilla y distanciamiento se formaron.
Al finalizar la celebración eucarística, Monseñor López Durán solicitó a los fieles presentes a llevar al hogar la bendición, al tiempo que los animó a entrar al tiempo penitencial con esperanza y fe.
“Entremos en este tiempo penitencial con mucha esperanza, con mucha fe, dejemos que Dios nos hable y escuchemos y que hagamos caso a lo que él nos dice”, añadió.
Así pues, subrayó el aprendizaje que dejará la situación actual para “ser mejores hermanos y mejores hijos de Dios”.