/ lunes 24 de julio de 2023

Tráfico de animales se da en mercados fijos y por Facebook; la causa principal: desinformación

El médico José Miguel López Ramírez, titular del Hospital Exotic Vet, señala que el 30% de los animales que atiende anualmente son ilegales, pero no puede evitarlas porque su profesión es salvarlos

Entre 2012 y 2022 la Procuraduría Federal de la Protección al Ambiente (Profepa) aseguró 2 mil 516 animales exóticos y endémicos que eran aparentemente traficados en Puebla. De todos ellos, el 41 por ciento se rescató en un solo lustro, de 2018 a 2022. El comercio ilícito de fauna silvestre en la entidad ocurre comúnmente a través de internet y mercados fijos e itinerantes, y una de las principales causas que motivan su incontrolable demanda es la desinformación, aseveró el médico veterinario y zootecnista José Miguel López Ramírez.

Según el gobierno federal, la gran mayoría de ejemplares recuperados fueron aves endémicas mexicanas, identificadas en categoría de amenaza y sujetas a protección especial, esto de acuerdo con la Norma Oficial Mexicana NOM-059-SEMARNAT-2010.

Información que Profepa compartió a esta casa editorial indicó que “Puebla es un estado de paso de ejemplares de vida silvestre provenientes de Veracruz y Oaxaca, lugares en donde son extraídos ilegalmente de su hábitat ejemplar de fauna y flora silvestre”.

López Ramírez, egresado de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP) y especialista en fauna silvestre por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), apuntó que el desconocimiento sobre los cuidados y requisitos que conlleva la posesión de mascotas no convencionales es el principal motivo por el que persiste el tráfico ilegal de animales en el país y estado.

Además, el especialista sostuvo que esta actividad ilícita deriva en traumatismo para los animales, quienes muchas veces desarrollan enfermedades físicas y crónicas, ocasionando la muerte prematura para muchos de ellos.

Al respecto, la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) detectó que el trasiego de fauna silvestre es un negocio altamente lucrativo, ubicándola como el cuarto producto más traficado a nivel global, tan sólo después de los narcóticos, personas y productos falsificados.

En la entidad poblana persiste un mercado negro de animales exóticos y endémicos, el cual opera de incógnito a través de plataformas de redes sociales, como Facebook, pero también en sitios físicos, como tianguis y mercados fijos, todo ello en condiciones mayoritariamente deplorables y dañinas.

La tasa de mortalidad en animales que son víctimas del tráfico tienen muy pocas probabilidades de sobrevivir. Foto: Cortesía Hospital Exotic Vet

Fuentes anónimas recopiladas por el equipo de El Sol de Puebla señalaron que, en la capital del estado, los principales mercados en donde se comercializan varios ejemplares protegidos, desde ajolotes hasta tucanes, son el Hidalgo e Independencia, así como el tianguis de San Isidro. No obstante, esta situación se replica en otros mercados como el de San Martín Texmelucan.

Esta casa editorial también encontró que en internet abundan grupos donde se ofrecen, solicitan y venden varios tipos de animales, desde primates hasta felinos de gran tamaño, ya sean crías o en edad adulta, todo esto con pocos o nulos requisitos legales.

¿Qué animales venden en el mercado negro?

Según los datos más actualizados de la Profepa, en la última década las especies mayormente traficadas en Puebla fueron tortugas, gorriones, cardenales, gamos, búfalos de agua, floricanos, ajolotes, loros, cenzontles, pericos mexicanos, guacamayas, ranas y tigres, la mayoría de éstas endémicas del país.

Según la NOM-059-SEMARNAT-2010, al menos el perico mexicano, la guacamaya verde y el gorrión mexicano están en peligro de extinción. Sin embargo, de acuerdo con las leyes nacionales, la comercialización de especies nativas del país está prohibida.

Los municipios donde se aseguraron más ejemplares en ese periodo fueron Puebla, Tlacotepec de Benito Juárez, Chalchicomula de Sesma, Gregorio Atzompa, Amozoc, Quecholac, Cuautlancingo, Chignahuapan, Huauchinango, Cuetzalan y Tehuacán.

El médico López Ramírez, titular del Hospital Exotic Vet, que se especializa en la atención de mascotas no convencionales, tanto endémicas como exóticas, señaló que en los últimos años la comercialización de fauna silvestre se ha incrementado esencialmente por factores socioculturales y por la desinformación que impera sobre la tenencia de estos seres.

Todo ello configuró una aparente necesidad social creada a partir del interés de poseer animales exóticos, principalmente para exhibirlos como trofeos de caza, etcétera.

“La sociedad cada vez tiene animales diferentes a los perros y gatos, por ciertas tendencias que van desde el hecho de que ya viven en lugares más pequeños y que cada vez es más difícil mantener a un perro, o que a veces puede generar cierto estatus social; por eso es que la gente llega a tener predisposición o gusto por reptiles, incluso felinos silvestres”, comentó el experto.

Con base en sus más de 10 años de experiencia, el especialista coincidió con las mediciones de la Profepa, pues las aves y los reptiles son, en efecto, las especies que más se someten al tráfico ilegal.

Señaló que, en promedio, cerca del 30 por ciento de los ejemplares que atiende anualmente son de origen ilícito, es decir, quienes los poseen no cuentan con los documentos correspondientes que acrediten su tenencia legal.

Él, por ejemplo, está éticamente obligado a brindar servicios médicos a cualquier animal que llegue a su hospital, esto sin importar su procedencia. No obstante, al constatar que un ejemplar carece de la documentación que acredite su posesión, el especialista y su equipo están obligados a informar al dueño sobre los peligros que conlleva para el animal vivir en un entorno no apto para él. Por lo tanto, la recomendación siempre es entregar al o los ejemplares de forma voluntaria a la autoridad federal.

“Nosotros nos damos cuenta que estas mascotas son de un tráfico ilegal porque no cuentan con la documentación. Además, porque muchos son animales mexicanos y la ley marca que no se puede comercializar ningún animal de fauna mexicana (...) Nuestra obligación como médicos veterinarios es atender a cualquier tipo de animal sin diferenciar su procedencia”, expuso.

¿Dónde es más común el tráfico de animales?

Como parte de una investigación coordinada por esta casa editorial, fuentes que pidieron permanecer en el anonimato por temor a represalias indicaron que en varios sitios de la capital poblana e incluso de municipios aledaños operan algunos traficantes de animales.

En los mercados Morelos e Independencia, de Puebla capital, se comercializan aves e incluso reptiles no convencionales. Por otro lado, en el Mercado Hidalgo, particularmente en la última sección del mismo, se venden ajolotes, reptiles y hasta aves, como tucanes.

En San Martín Texmelucan, hasta hace algunos años se comercializaban ejemplares de tucanes y águilas, sin embargo, los mismos dejaron de ofrecerse deliberadamente hasta hace poco.

Tortugas incautadas por la Profepa. Foto: Cortesía

Aunado a ello, testigos revelaron que la venta de fauna silvestre se ha vuelto un trabajo complejo, principalmente por las revisiones de autoridades al interior de los mercados. No obstante, las fuentes consultadas apuntaron que las transacciones ahora se hacen por internet “sin mayores pistas”, “sobre pedido y con riesgos”.

En el plano virtual, por otra parte, el trasiego de animales es una práctica común entre quienes acostumbran a comercializar y adquirir fauna silvestre, principalmente para domesticación, ornato y exhibición como trofeos.

En la red social Facebook existen al menos cinco grupos dedicados a la venta de ejemplares comunes, como perros, gatos, gallinas y conejos, hasta primates, aves y felinos, todo ello en Puebla y estados colindantes. En algunos casos, inclusive, se ofrece el envío por paquetería de animales vivos, muchos de ellos sedados y en condiciones poco seguras.

Como parte del ejercicio periodístico, se entabló conversación con un hombre que opera, aparentemente, desde Veracruz en grupos como “Venta de animales exóticos” y “Animales Exóticos Pachuca y alrededores”, y que ofrece a sus clientes la oportunidad de adquirir animales de forma inmediata y, al parecer, sin la necesidad de tramitar la documentación correspondiente al momento.

En redes sociales el sujeto presume la satisfacción de sus clientes mostrando fotografías y algunos videos donde se evidencia el traslado de algunos animales, en algunos casos incluso en cajas de paquetería. Para confirmar la veracidad de las transacciones, el hombre suele acompañar en sus imágenes algún papel con la fecha escrita. Con base en su actividad, este tipo de transacciones las realiza desde hace por lo menos un año.

Aunque en algunas ocasiones el supuesto vendedor ofrece las facturas de la fauna silvestre que comercializa, destaca que algunos animales que ofrece son guacamayas, aves rapaces, monos, felinos y reptiles, cuya venta es ilegal en nuestro país.

Otros animales que exhibe en redes sociales para su venta son panteras, monos araña y capuchino, tigres, venados, jaguares, capibaras, serval, dromedarios, muchos de los cuales incluso presume como crías o ejemplares recién nacidos.

Desde Veracruz, el hombre se compromete a realizar envíos hacia Puebla. Su método de trabajo consiste en vender animales bajo pedido, o bien, a través de un catálogo donde exhibe su inventario. Además, no ofrece mayores detalles sobre el origen de los animales.

Casi la totalidad de estas acciones las prohíbe el artículo 420 del Código Penal Federal. Particularmente en su fracción cuarta se estableció lo siguiente: “Realice cualquier actividad con fines de tráfico, o capture, posea, transporte, acopie, introduzca al país o extraiga del mismo, algún ejemplar, sus productos o subproductos y demás recursos genéticos, de una especie de flora o fauna silvestres, terrestres o acuáticas en veda considerada endémica, amenazada, en peligro de extinción, sujeta a protección especial, o regulada por algún tratado internacional del que México sea parte”.

En caso de cometer ese delito, el infractor podría enfrentar una pena de entre cinco a 15 años en prisión, más lo equivalente a tres mil o seis mil días de multa.

Además, dicho precepto definió que la extracción de flora y fauna para fines comerciales sumarán hasta tres años de prisión más a los ya establecidos, así como una sanción de hasta mil días de multa.

Ejemplares en tráfico, con pocas posibilidades de sobrevivir

El doctor López Ramírez, quien es director de una de las instituciones con mayor experiencia en la Medicina Veterinaria para mascotas no convencionales en Puebla, precisó que la tasa de mortalidad en animales que son víctimas del tráfico tienen muy pocas probabilidades de sobrevivir, pero muy altas de sufrir.

A diferencia de los ejemplares que son comercializados de forma legal, los que se obtienen mediante transacciones ilícitas son sometidos a condiciones de hacinamiento, insalubridad y, en muchas ocasiones, sufren desnutrición, traumatismo y escasa atención médica.

“Desafortunadamente son animales que nos llegan en muy malas condiciones. Los animales de tráfico vienen con mucho estrés, enfermedades, y vienen con un enojo hacia el humano, porque al humano lo ven como algo malo. Usualmente son aves, felinos o primates que pueden llegar a ser agresivos”, compartió.

A su consultorio llegan constantemente ejemplares con señales de maltrato. De hecho, indicó que en el hospital detectaron que ocho de cada 10 animales que llegan con esas características fallecen a consecuencia de las heridas.

“Vienen en muy mala situaciones, la tasa de mortalidad es impresionante por muchos factores, como desnutrición, mal manejo de estrés, enfermedades, y todavía llegan a un recinto que es inadecuado; ahí es donde viene la parte del maltrato animal en mascotas no convencionales”, defendió.

Aunado a ello, señaló que quienes adquieren estos ejemplares muchas veces desconocen los cuidados que requieren dichos seres, no sólo en cuestión de revisiones médicas sino también en cuanto a nutrición, por lo que en varias ocasiones los animales enferman y desarrollan patologías crónicas.

“Es algo muy significativo porque sus metabolismos suelen ir muy rápido (...) desafortunadamente la gente los compra sin tener información previa de cómo se debe de mantener en cautiverio, qué tiene que comer, y ahí es cuando tenemos deficiencias nutricionales y ambientales”, enfatizó.

Por si esto fuera poco, compartió que algunos vendedores incluso recurren a técnicas inhumanas, como la colocación de pinturas corrosivas o la mutilación de algunas partes del cuerpo del animal, esto con la finalidad de hacerlos más vistosos.

Pese a que la Profepa fue consultada respecto al número de aseguramientos realizados en 2023, la dependencia no informó al respecto. No obstante, cabe recordar que a inicios de julio se dio a conocer que una camioneta de lujo transportaba 260 tortugas –en su mayoría en categoría de amenaza o peligro de extinción– valuadas en alrededor de 500 mil pesos, las cuales viajaban en condiciones precarias a través de recipientes de plástico. Este hallazgo fue posible gracias a que el vehículo, que viajaba sobre la carretera, Amozoc-Teziutlán, se accidentó.

Aunado a ello, en julio la Guardia Nacional y Profepa realizaron el aseguramiento de 140 aves que se perfilaban a ser comercializadas de forma ilegal en Tecamachalco.

Foto: Cortesía Hospital Exotic Vet

Daños al ecosistema

La extracción de especies, pero, sobre todo, la introducción de ejemplares exóticos a entornos ajenos a su origen, se constituyen como factores de riesgo para la subsistencia de otros individuos, tanto de flora como de fauna.

Es decir, no sólo el hecho de remover indiscriminadamente a un animal para comercializarlo ilegalmente afecta el balance ecológico de un lugar, sino que también, al abandonar un ejemplar exótico, o dejarlo en libertad, se genera un riesgo inminente para la vida endémica de un sitio.

Previamente, el biólogo egresado de la Universidad de las Américas Puebla (UDLAP) y curador de reptiles y anfibios en Africam Safari, José Alfredo Hernández Díaz, dio a conocer que la introducción de especies exóticas a un lugar al que no pertenecen puede significar un peligro para la supervivencia de otras poblaciones.

No sólo la eventual competencia de supervivencia se contrapone como un reto, sino que también el traslado de enfermedades u otros organismos no endémicos del país pueden arriesgar la subsistencia de varias especies.

Ejemplo de ello es lo que ocurrió en el ecosistema del Parque Ecológico, pues en años pasados se introdujeron ejemplares de loros monjes o cotorras argentinas, las cuales son endémicas de Argentina. Su presencia en dicho lugar situado en Puebla capital provocó que las especies de gorriones y zanates, por ejemplo, perdieran importancia en la cadena trófica del área, afectando diversos servicios ecosistémicos.

La liberación ilícita al medio natural de fauna silvestre exótica está prohibida en el artículo 27 Bis de la Ley General de Vida Silvestre y es considerada un delito conforme al artículo 420 Bis, fracción tercera del Código Penal Federal.

Desinformación

Según el especialista de la UPAEP, la desinformación es uno de los principales detonantes de la demanda de animales exóticos y, por ende, del tráfico de dichas especies.

Aunado a ello, reconoció que se trata de un asunto sociocultural que ha perdurado en la idiosincrasia de la población, sin que esto sea algo positivo.

“En México podríamos decir que las aves tienen una gran importancia de tráfico ilegal porque tenemos la creencia de que, mi abuelita o de que mi tío tenían un loro en una jaula y que el loro vivía ahí; y entonces vemos en las carreteras y mercados que están vendiendo esos loros de forma ilegal”, señaló.

La Semarnat ubicó que los factores culturales se han posicionado como uno de los principales retos de la autoridad para frenar el trasiego de fauna silvestre, esencialmente por los usos que se le da a los insumos derivados de estos animales, tanto para fines ceremoniales como de exhibición e incluso consumo.

Finalmente, no hay que olvidar que la Profepa está obligada a cuidar de los ejemplares decomisados. Aunque en la gran mayoría de ocasiones los animales son enviados a alguna Unidades de Manejo para la Conservación de la Vida Silvestre (UMAS), o bien algún sitio privado identificado como Centro de Investigación y conservación de Vida Silvestre (CIVS).

Entre 2012 y 2022 la Procuraduría Federal de la Protección al Ambiente (Profepa) aseguró 2 mil 516 animales exóticos y endémicos que eran aparentemente traficados en Puebla. De todos ellos, el 41 por ciento se rescató en un solo lustro, de 2018 a 2022. El comercio ilícito de fauna silvestre en la entidad ocurre comúnmente a través de internet y mercados fijos e itinerantes, y una de las principales causas que motivan su incontrolable demanda es la desinformación, aseveró el médico veterinario y zootecnista José Miguel López Ramírez.

Según el gobierno federal, la gran mayoría de ejemplares recuperados fueron aves endémicas mexicanas, identificadas en categoría de amenaza y sujetas a protección especial, esto de acuerdo con la Norma Oficial Mexicana NOM-059-SEMARNAT-2010.

Información que Profepa compartió a esta casa editorial indicó que “Puebla es un estado de paso de ejemplares de vida silvestre provenientes de Veracruz y Oaxaca, lugares en donde son extraídos ilegalmente de su hábitat ejemplar de fauna y flora silvestre”.

López Ramírez, egresado de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP) y especialista en fauna silvestre por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), apuntó que el desconocimiento sobre los cuidados y requisitos que conlleva la posesión de mascotas no convencionales es el principal motivo por el que persiste el tráfico ilegal de animales en el país y estado.

Además, el especialista sostuvo que esta actividad ilícita deriva en traumatismo para los animales, quienes muchas veces desarrollan enfermedades físicas y crónicas, ocasionando la muerte prematura para muchos de ellos.

Al respecto, la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) detectó que el trasiego de fauna silvestre es un negocio altamente lucrativo, ubicándola como el cuarto producto más traficado a nivel global, tan sólo después de los narcóticos, personas y productos falsificados.

En la entidad poblana persiste un mercado negro de animales exóticos y endémicos, el cual opera de incógnito a través de plataformas de redes sociales, como Facebook, pero también en sitios físicos, como tianguis y mercados fijos, todo ello en condiciones mayoritariamente deplorables y dañinas.

La tasa de mortalidad en animales que son víctimas del tráfico tienen muy pocas probabilidades de sobrevivir. Foto: Cortesía Hospital Exotic Vet

Fuentes anónimas recopiladas por el equipo de El Sol de Puebla señalaron que, en la capital del estado, los principales mercados en donde se comercializan varios ejemplares protegidos, desde ajolotes hasta tucanes, son el Hidalgo e Independencia, así como el tianguis de San Isidro. No obstante, esta situación se replica en otros mercados como el de San Martín Texmelucan.

Esta casa editorial también encontró que en internet abundan grupos donde se ofrecen, solicitan y venden varios tipos de animales, desde primates hasta felinos de gran tamaño, ya sean crías o en edad adulta, todo esto con pocos o nulos requisitos legales.

¿Qué animales venden en el mercado negro?

Según los datos más actualizados de la Profepa, en la última década las especies mayormente traficadas en Puebla fueron tortugas, gorriones, cardenales, gamos, búfalos de agua, floricanos, ajolotes, loros, cenzontles, pericos mexicanos, guacamayas, ranas y tigres, la mayoría de éstas endémicas del país.

Según la NOM-059-SEMARNAT-2010, al menos el perico mexicano, la guacamaya verde y el gorrión mexicano están en peligro de extinción. Sin embargo, de acuerdo con las leyes nacionales, la comercialización de especies nativas del país está prohibida.

Los municipios donde se aseguraron más ejemplares en ese periodo fueron Puebla, Tlacotepec de Benito Juárez, Chalchicomula de Sesma, Gregorio Atzompa, Amozoc, Quecholac, Cuautlancingo, Chignahuapan, Huauchinango, Cuetzalan y Tehuacán.

El médico López Ramírez, titular del Hospital Exotic Vet, que se especializa en la atención de mascotas no convencionales, tanto endémicas como exóticas, señaló que en los últimos años la comercialización de fauna silvestre se ha incrementado esencialmente por factores socioculturales y por la desinformación que impera sobre la tenencia de estos seres.

Todo ello configuró una aparente necesidad social creada a partir del interés de poseer animales exóticos, principalmente para exhibirlos como trofeos de caza, etcétera.

“La sociedad cada vez tiene animales diferentes a los perros y gatos, por ciertas tendencias que van desde el hecho de que ya viven en lugares más pequeños y que cada vez es más difícil mantener a un perro, o que a veces puede generar cierto estatus social; por eso es que la gente llega a tener predisposición o gusto por reptiles, incluso felinos silvestres”, comentó el experto.

Con base en sus más de 10 años de experiencia, el especialista coincidió con las mediciones de la Profepa, pues las aves y los reptiles son, en efecto, las especies que más se someten al tráfico ilegal.

Señaló que, en promedio, cerca del 30 por ciento de los ejemplares que atiende anualmente son de origen ilícito, es decir, quienes los poseen no cuentan con los documentos correspondientes que acrediten su tenencia legal.

Él, por ejemplo, está éticamente obligado a brindar servicios médicos a cualquier animal que llegue a su hospital, esto sin importar su procedencia. No obstante, al constatar que un ejemplar carece de la documentación que acredite su posesión, el especialista y su equipo están obligados a informar al dueño sobre los peligros que conlleva para el animal vivir en un entorno no apto para él. Por lo tanto, la recomendación siempre es entregar al o los ejemplares de forma voluntaria a la autoridad federal.

“Nosotros nos damos cuenta que estas mascotas son de un tráfico ilegal porque no cuentan con la documentación. Además, porque muchos son animales mexicanos y la ley marca que no se puede comercializar ningún animal de fauna mexicana (...) Nuestra obligación como médicos veterinarios es atender a cualquier tipo de animal sin diferenciar su procedencia”, expuso.

¿Dónde es más común el tráfico de animales?

Como parte de una investigación coordinada por esta casa editorial, fuentes que pidieron permanecer en el anonimato por temor a represalias indicaron que en varios sitios de la capital poblana e incluso de municipios aledaños operan algunos traficantes de animales.

En los mercados Morelos e Independencia, de Puebla capital, se comercializan aves e incluso reptiles no convencionales. Por otro lado, en el Mercado Hidalgo, particularmente en la última sección del mismo, se venden ajolotes, reptiles y hasta aves, como tucanes.

En San Martín Texmelucan, hasta hace algunos años se comercializaban ejemplares de tucanes y águilas, sin embargo, los mismos dejaron de ofrecerse deliberadamente hasta hace poco.

Tortugas incautadas por la Profepa. Foto: Cortesía

Aunado a ello, testigos revelaron que la venta de fauna silvestre se ha vuelto un trabajo complejo, principalmente por las revisiones de autoridades al interior de los mercados. No obstante, las fuentes consultadas apuntaron que las transacciones ahora se hacen por internet “sin mayores pistas”, “sobre pedido y con riesgos”.

En el plano virtual, por otra parte, el trasiego de animales es una práctica común entre quienes acostumbran a comercializar y adquirir fauna silvestre, principalmente para domesticación, ornato y exhibición como trofeos.

En la red social Facebook existen al menos cinco grupos dedicados a la venta de ejemplares comunes, como perros, gatos, gallinas y conejos, hasta primates, aves y felinos, todo ello en Puebla y estados colindantes. En algunos casos, inclusive, se ofrece el envío por paquetería de animales vivos, muchos de ellos sedados y en condiciones poco seguras.

Como parte del ejercicio periodístico, se entabló conversación con un hombre que opera, aparentemente, desde Veracruz en grupos como “Venta de animales exóticos” y “Animales Exóticos Pachuca y alrededores”, y que ofrece a sus clientes la oportunidad de adquirir animales de forma inmediata y, al parecer, sin la necesidad de tramitar la documentación correspondiente al momento.

En redes sociales el sujeto presume la satisfacción de sus clientes mostrando fotografías y algunos videos donde se evidencia el traslado de algunos animales, en algunos casos incluso en cajas de paquetería. Para confirmar la veracidad de las transacciones, el hombre suele acompañar en sus imágenes algún papel con la fecha escrita. Con base en su actividad, este tipo de transacciones las realiza desde hace por lo menos un año.

Aunque en algunas ocasiones el supuesto vendedor ofrece las facturas de la fauna silvestre que comercializa, destaca que algunos animales que ofrece son guacamayas, aves rapaces, monos, felinos y reptiles, cuya venta es ilegal en nuestro país.

Otros animales que exhibe en redes sociales para su venta son panteras, monos araña y capuchino, tigres, venados, jaguares, capibaras, serval, dromedarios, muchos de los cuales incluso presume como crías o ejemplares recién nacidos.

Desde Veracruz, el hombre se compromete a realizar envíos hacia Puebla. Su método de trabajo consiste en vender animales bajo pedido, o bien, a través de un catálogo donde exhibe su inventario. Además, no ofrece mayores detalles sobre el origen de los animales.

Casi la totalidad de estas acciones las prohíbe el artículo 420 del Código Penal Federal. Particularmente en su fracción cuarta se estableció lo siguiente: “Realice cualquier actividad con fines de tráfico, o capture, posea, transporte, acopie, introduzca al país o extraiga del mismo, algún ejemplar, sus productos o subproductos y demás recursos genéticos, de una especie de flora o fauna silvestres, terrestres o acuáticas en veda considerada endémica, amenazada, en peligro de extinción, sujeta a protección especial, o regulada por algún tratado internacional del que México sea parte”.

En caso de cometer ese delito, el infractor podría enfrentar una pena de entre cinco a 15 años en prisión, más lo equivalente a tres mil o seis mil días de multa.

Además, dicho precepto definió que la extracción de flora y fauna para fines comerciales sumarán hasta tres años de prisión más a los ya establecidos, así como una sanción de hasta mil días de multa.

Ejemplares en tráfico, con pocas posibilidades de sobrevivir

El doctor López Ramírez, quien es director de una de las instituciones con mayor experiencia en la Medicina Veterinaria para mascotas no convencionales en Puebla, precisó que la tasa de mortalidad en animales que son víctimas del tráfico tienen muy pocas probabilidades de sobrevivir, pero muy altas de sufrir.

A diferencia de los ejemplares que son comercializados de forma legal, los que se obtienen mediante transacciones ilícitas son sometidos a condiciones de hacinamiento, insalubridad y, en muchas ocasiones, sufren desnutrición, traumatismo y escasa atención médica.

“Desafortunadamente son animales que nos llegan en muy malas condiciones. Los animales de tráfico vienen con mucho estrés, enfermedades, y vienen con un enojo hacia el humano, porque al humano lo ven como algo malo. Usualmente son aves, felinos o primates que pueden llegar a ser agresivos”, compartió.

A su consultorio llegan constantemente ejemplares con señales de maltrato. De hecho, indicó que en el hospital detectaron que ocho de cada 10 animales que llegan con esas características fallecen a consecuencia de las heridas.

“Vienen en muy mala situaciones, la tasa de mortalidad es impresionante por muchos factores, como desnutrición, mal manejo de estrés, enfermedades, y todavía llegan a un recinto que es inadecuado; ahí es donde viene la parte del maltrato animal en mascotas no convencionales”, defendió.

Aunado a ello, señaló que quienes adquieren estos ejemplares muchas veces desconocen los cuidados que requieren dichos seres, no sólo en cuestión de revisiones médicas sino también en cuanto a nutrición, por lo que en varias ocasiones los animales enferman y desarrollan patologías crónicas.

“Es algo muy significativo porque sus metabolismos suelen ir muy rápido (...) desafortunadamente la gente los compra sin tener información previa de cómo se debe de mantener en cautiverio, qué tiene que comer, y ahí es cuando tenemos deficiencias nutricionales y ambientales”, enfatizó.

Por si esto fuera poco, compartió que algunos vendedores incluso recurren a técnicas inhumanas, como la colocación de pinturas corrosivas o la mutilación de algunas partes del cuerpo del animal, esto con la finalidad de hacerlos más vistosos.

Pese a que la Profepa fue consultada respecto al número de aseguramientos realizados en 2023, la dependencia no informó al respecto. No obstante, cabe recordar que a inicios de julio se dio a conocer que una camioneta de lujo transportaba 260 tortugas –en su mayoría en categoría de amenaza o peligro de extinción– valuadas en alrededor de 500 mil pesos, las cuales viajaban en condiciones precarias a través de recipientes de plástico. Este hallazgo fue posible gracias a que el vehículo, que viajaba sobre la carretera, Amozoc-Teziutlán, se accidentó.

Aunado a ello, en julio la Guardia Nacional y Profepa realizaron el aseguramiento de 140 aves que se perfilaban a ser comercializadas de forma ilegal en Tecamachalco.

Foto: Cortesía Hospital Exotic Vet

Daños al ecosistema

La extracción de especies, pero, sobre todo, la introducción de ejemplares exóticos a entornos ajenos a su origen, se constituyen como factores de riesgo para la subsistencia de otros individuos, tanto de flora como de fauna.

Es decir, no sólo el hecho de remover indiscriminadamente a un animal para comercializarlo ilegalmente afecta el balance ecológico de un lugar, sino que también, al abandonar un ejemplar exótico, o dejarlo en libertad, se genera un riesgo inminente para la vida endémica de un sitio.

Previamente, el biólogo egresado de la Universidad de las Américas Puebla (UDLAP) y curador de reptiles y anfibios en Africam Safari, José Alfredo Hernández Díaz, dio a conocer que la introducción de especies exóticas a un lugar al que no pertenecen puede significar un peligro para la supervivencia de otras poblaciones.

No sólo la eventual competencia de supervivencia se contrapone como un reto, sino que también el traslado de enfermedades u otros organismos no endémicos del país pueden arriesgar la subsistencia de varias especies.

Ejemplo de ello es lo que ocurrió en el ecosistema del Parque Ecológico, pues en años pasados se introdujeron ejemplares de loros monjes o cotorras argentinas, las cuales son endémicas de Argentina. Su presencia en dicho lugar situado en Puebla capital provocó que las especies de gorriones y zanates, por ejemplo, perdieran importancia en la cadena trófica del área, afectando diversos servicios ecosistémicos.

La liberación ilícita al medio natural de fauna silvestre exótica está prohibida en el artículo 27 Bis de la Ley General de Vida Silvestre y es considerada un delito conforme al artículo 420 Bis, fracción tercera del Código Penal Federal.

Desinformación

Según el especialista de la UPAEP, la desinformación es uno de los principales detonantes de la demanda de animales exóticos y, por ende, del tráfico de dichas especies.

Aunado a ello, reconoció que se trata de un asunto sociocultural que ha perdurado en la idiosincrasia de la población, sin que esto sea algo positivo.

“En México podríamos decir que las aves tienen una gran importancia de tráfico ilegal porque tenemos la creencia de que, mi abuelita o de que mi tío tenían un loro en una jaula y que el loro vivía ahí; y entonces vemos en las carreteras y mercados que están vendiendo esos loros de forma ilegal”, señaló.

La Semarnat ubicó que los factores culturales se han posicionado como uno de los principales retos de la autoridad para frenar el trasiego de fauna silvestre, esencialmente por los usos que se le da a los insumos derivados de estos animales, tanto para fines ceremoniales como de exhibición e incluso consumo.

Finalmente, no hay que olvidar que la Profepa está obligada a cuidar de los ejemplares decomisados. Aunque en la gran mayoría de ocasiones los animales son enviados a alguna Unidades de Manejo para la Conservación de la Vida Silvestre (UMAS), o bien algún sitio privado identificado como Centro de Investigación y conservación de Vida Silvestre (CIVS).

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