/ viernes 22 de julio de 2022

Trastornos mentales aumentan 30% a causa de la pandemia

El Día Mundial del Cerebro se conmemora cada 22 de julio y busca generar conciencia sobre el potencial de este órgano

El cerebro es uno de los órganos vitales, ya que controla y regula la mayoría de las funciones del cuerpo y la mente, de él dependen aspectos indispensables como el respirar o regular el pulso cardiaco y también otros más complejos como el razonamiento o la memoria, no obstante, raramente se toma conciencia de la importancia de cuidarlo y prevenir enfermedades, incluso en medio de una pandemia que ha provocado un aumento de determinados padecimientos mentales, coincidieron el psicólogo José Leopoldo Castro Fernández de Lara y el neurólogo Juan Carlos Pérez García.

Tan sólo después del periodo de aislamiento provocado por la contingencia sanitaria, a nivel nacional se estimó un aumento de hasta 30 por ciento en los trastornos mentales, mientras que la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha señalado que los jóvenes son el sector más afectado y con mayores riesgos a desarrollar tendencias de suicidio y autolesiones, señaló Pérez a propósito del Día Mundial del Cerebro, conmemorado este 22 de julio e impulsado por la Federación Mundial de Neurología para generar consciencia sobre el potencial de este órgano, sus riesgos y enfermedades.

La OMS estima que una de cada ocho personas en el mundo padece algún trastorno mental, mismo que se define como una alteración clínicamente significativa en la cognición, es decir, en los procesos mentales involucrados en la recepción, procesamiento y elaboración de la información que se percibe o experimenta, aunque también considera el término de “problemas de salud mental”, que abarca discapacidades psicosociales, discapacidad funcional o riesgo de conducta autolesiva.

De acuerdo con la misma organización, la depresión y la ansiedad son los trastornos más frecuentes entre la población y los que más han incrementado desde el 2020, cuando comenzó la pandemia, hasta la fecha, ya que su prevalencia aumentó entre 26 y 28 por ciento.

En el caso de Puebla, tan solo en lo que va del año se han detectado mil 963 casos de depresión, 58 de párkinson y nueve de Alzheimer, que son las tres enfermedades neurológicas monitoreadas por la Secretaría de Salud federal, a través de la Dirección General de Vigilancia Epidemiológica.

Las cifras representan un incremento del 44 por ciento en el primero de los padecimientos, en comparación con el mismo periodo del 2021 y del 13 por ciento en párkinson, mientras que el Alzheimer muestra una reducción del 11 por ciento, ya que en el registro del año pasado se contabilizaban 10 casos.

¿Cómo se generan las enfermedades mentales?

Históricamente ha existido un debate para definir si las enfermedades mentales tienen su origen en el cerebro, o bien, son el resultado de factores externos que terminan por afectar a este órgano. De hecho, hay estudios que han permitido identificar que sí hay padecimientos originados por anomalías neuronales y otros que, por el contrario, son el resultado de una lesión provocada, señalaron ambos especialistas.

El neurólogo Juan Carlos Pérez explicó que el cerebro está integrado por 15 mil millones de neuronas que tienen actividad eléctrica gracias a sustancias como los neurotransmisores, que son producidos por las propias células y se encargan de la estabilidad del proceso cerebral, todo ello permite el desarrollo de cinco principales funciones: motora, sensibilidad, procesamiento y recepción de información de los cinco sentidos, control del sistema nervioso autónomo y la cognición superior (razonamiento, memoria, juicio).

Agregó que cuando surge una enfermedad mental ésta puede afectar una o varias de las funciones del órgano, siendo algunas de las más frecuentes las demencias o el Alzheimer, que se catalogan como padecimientos provocados por la presencia de una proteína anormal en el cerebro que se vuelve tóxica y que se puede agravar por factores exógenos.

En este último caso y en el de la esquizofrenia, precisó que hay evidencias de que factores genéticos y hereditarios pueden desencadenar los padecimientos, por lo que regularmente se propone que quienes tienen familiares con dichas enfermedades realicen un chequeo constante de su salud mental.

No obstante, señaló que en el caso de trastornos como la depresión o la ansiedad existe la teoría de que factores externos provocan afectaciones a nivel cerebral, es decir que el mal manejo de las emociones puede terminar por incidir negativamente en la actividad neuronal.

“La depresión, por ejemplo, puede tener factores endógenos, puede ser producto de cambios en los neura transmisores, que tienen que ver con el estado de ánimo o comportamiento, pero también puede ser una situación exógena la que la desencadene”, expuso.

“En la mayoría de las enfermedades la causa es una combinación de los dos, de factores que tienen que ver con alteraciones en el cerebro y otros externos, hay muy pocas enfermedades puramente cerebrales, las dos terceras partes de las que se conocen se deben a problemas combinados con el estado del cerebro y factores externos”, agregó.

Los especialistas señalaron que entre los trastornos mentales más frecuentes se encuentran la depresión, el trastorno bipolar, trastorno de estrés postraumático, esquizofrenia, trastornos del comportamiento alimenticio, trastorno de comportamiento disruptivo y disocial, así como trastornos de neuro desarrollo.

Los signos de alerta

Para el psicólogo Leopoldo Castro, el principal signo que debe alertarnos sobre problemas de tipo neuronal es la falta de interés por la vida, ya que cuando la cotidianidad o rutina supera la intención de innovar, conocer, emprender nuevos proyectos o planear, entonces el cerebro ha entrado en una fase en la que está falto de motivación y susceptible a algún trastorno.

“Cuando vivimos el día a día de una forma monótona y no lo notamos, es decir que diariamente tenemos las mismas ocupaciones, preocupaciones, estrés, entre otras cosas, entonces el cerebro entra en un estado en el que no tiene estimulación, dejamos de tener ese interés en la vida que lo mantiene activo, pensando, creando, entonces si hemos llegado a ese estado de solo vivir por vivir, estamos afectando al cerebro”, explicó.

Castro refirió que este último fenómeno se ha hecho evidente durante la pandemia porque la gente aprendió a valorar o darle un nuevo significado a la vida a partir de la enfermedad o de la muerte de seres queridos, no obstante, señaló que quizá hay casos en los que el comportamiento se acentuó porque la contingencia sanitaria obligó a la población a buscar la manera de sobrevivir, haciendo actividades que no le agradaban o satisfacían del todo.

En contraste, refirió que en la actualidad también existe una sobre estimulación que daña al cerebro, que proviene principalmente del uso excesivo de la tecnología y provoca alteraciones o padecimientos como la ansiedad, ya que desde la infancia se recibe una gran cantidad de estímulos a través de los aparatos.

“Estamos ante una sobre estimulación cuando pasamos mucho tiempo frente a pantallas o dispositivos móviles, porque estamos acostumbrando al cerebro a recibir una gran cantidad de información en poco tiempo, entonces esperamos que así sea todo el ritmo de nuestra vida, lo cual, por supuesto, no puede ser así, un niño o adolescente debe desarrollar la capacidad de concentrarse y llega un momento en que le cuesta trabajo por esta sobre estimulación”, acentuó.

En lo anterior coincidió el neurólogo Juan Carlos Pérez, quien señaló que la foto estimulación provoca descargas eléctricas cerebrales, estrés y fatiga excesiva, cuestiones que ya de por sí se registraban antes de la pandemia y que se agudizaron a partir del confinamiento.

“La pandemia y el cambio de hábitos al que obligó provocó que ahora se maltrate más al cerebro, no solo por la sobre exposición a las pantallas, sino porque aumentaron los pacientes hipertensos, diabéticos, la obesidad, todo debido a la vida sedentaria, entonces esto terminó afectándolo con depresión, migraña, ansiedad, entre muchos otros padecimientos”, sostuvo.

Cómo cuidar el cerebro

Los buenos hábitos alimenticios, de actividad física y sueño son aspectos básicos recomendados para el cuidado de la salud y también son la principal forma de mantener sano al cerebro, sin embargo, actualmente es muy común observar que no se sigan y, en consecuencia, no exista una buena salud mental, señalaron ambos entrevistados.

Castro señaló que la falta de descanso, de nutrientes provenientes de los alimentos y de actividad física terminan por incidir en el funcionamiento del cerebro, ya que los órganos tienen relación y no cumplen plenamente sus funciones cuando existe un ritmo de vida inadecuado.

“Hay algo que se llama neuroprotección no farmacológica, que es el cuidado del cerebro sin la necesidad de medicamentos y no es más que (llevar a cabo) las recomendaciones que hemos escuchado desde siempre, dormir plácidamente entre siete y ocho horas, evitar el ayuno prolongado porque baja los niveles de azúcar y sodio y provoca que el cerebro se vea obligado a trabajar más, tener una alimentación equilibrada, evitar el sedentarismo, todo esto nos mantiene en buenas condiciones”, agregó el neurólogo Juan Carlos.

Ambos especialistas concluyeron que el cerebro es la parte más importante del cuerpo porque todo tiene un funcionamiento gracias a la actividad neuronal, así que hay que tener en cuenta su bienestar y estar pendiente ante cualquier síntoma de enfermedades mentales, que pueden iniciar con cambios en el estado de ánimo, exceso de sueño o disminución de la memoria.

El cerebro es uno de los órganos vitales, ya que controla y regula la mayoría de las funciones del cuerpo y la mente, de él dependen aspectos indispensables como el respirar o regular el pulso cardiaco y también otros más complejos como el razonamiento o la memoria, no obstante, raramente se toma conciencia de la importancia de cuidarlo y prevenir enfermedades, incluso en medio de una pandemia que ha provocado un aumento de determinados padecimientos mentales, coincidieron el psicólogo José Leopoldo Castro Fernández de Lara y el neurólogo Juan Carlos Pérez García.

Tan sólo después del periodo de aislamiento provocado por la contingencia sanitaria, a nivel nacional se estimó un aumento de hasta 30 por ciento en los trastornos mentales, mientras que la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha señalado que los jóvenes son el sector más afectado y con mayores riesgos a desarrollar tendencias de suicidio y autolesiones, señaló Pérez a propósito del Día Mundial del Cerebro, conmemorado este 22 de julio e impulsado por la Federación Mundial de Neurología para generar consciencia sobre el potencial de este órgano, sus riesgos y enfermedades.

La OMS estima que una de cada ocho personas en el mundo padece algún trastorno mental, mismo que se define como una alteración clínicamente significativa en la cognición, es decir, en los procesos mentales involucrados en la recepción, procesamiento y elaboración de la información que se percibe o experimenta, aunque también considera el término de “problemas de salud mental”, que abarca discapacidades psicosociales, discapacidad funcional o riesgo de conducta autolesiva.

De acuerdo con la misma organización, la depresión y la ansiedad son los trastornos más frecuentes entre la población y los que más han incrementado desde el 2020, cuando comenzó la pandemia, hasta la fecha, ya que su prevalencia aumentó entre 26 y 28 por ciento.

En el caso de Puebla, tan solo en lo que va del año se han detectado mil 963 casos de depresión, 58 de párkinson y nueve de Alzheimer, que son las tres enfermedades neurológicas monitoreadas por la Secretaría de Salud federal, a través de la Dirección General de Vigilancia Epidemiológica.

Las cifras representan un incremento del 44 por ciento en el primero de los padecimientos, en comparación con el mismo periodo del 2021 y del 13 por ciento en párkinson, mientras que el Alzheimer muestra una reducción del 11 por ciento, ya que en el registro del año pasado se contabilizaban 10 casos.

¿Cómo se generan las enfermedades mentales?

Históricamente ha existido un debate para definir si las enfermedades mentales tienen su origen en el cerebro, o bien, son el resultado de factores externos que terminan por afectar a este órgano. De hecho, hay estudios que han permitido identificar que sí hay padecimientos originados por anomalías neuronales y otros que, por el contrario, son el resultado de una lesión provocada, señalaron ambos especialistas.

El neurólogo Juan Carlos Pérez explicó que el cerebro está integrado por 15 mil millones de neuronas que tienen actividad eléctrica gracias a sustancias como los neurotransmisores, que son producidos por las propias células y se encargan de la estabilidad del proceso cerebral, todo ello permite el desarrollo de cinco principales funciones: motora, sensibilidad, procesamiento y recepción de información de los cinco sentidos, control del sistema nervioso autónomo y la cognición superior (razonamiento, memoria, juicio).

Agregó que cuando surge una enfermedad mental ésta puede afectar una o varias de las funciones del órgano, siendo algunas de las más frecuentes las demencias o el Alzheimer, que se catalogan como padecimientos provocados por la presencia de una proteína anormal en el cerebro que se vuelve tóxica y que se puede agravar por factores exógenos.

En este último caso y en el de la esquizofrenia, precisó que hay evidencias de que factores genéticos y hereditarios pueden desencadenar los padecimientos, por lo que regularmente se propone que quienes tienen familiares con dichas enfermedades realicen un chequeo constante de su salud mental.

No obstante, señaló que en el caso de trastornos como la depresión o la ansiedad existe la teoría de que factores externos provocan afectaciones a nivel cerebral, es decir que el mal manejo de las emociones puede terminar por incidir negativamente en la actividad neuronal.

“La depresión, por ejemplo, puede tener factores endógenos, puede ser producto de cambios en los neura transmisores, que tienen que ver con el estado de ánimo o comportamiento, pero también puede ser una situación exógena la que la desencadene”, expuso.

“En la mayoría de las enfermedades la causa es una combinación de los dos, de factores que tienen que ver con alteraciones en el cerebro y otros externos, hay muy pocas enfermedades puramente cerebrales, las dos terceras partes de las que se conocen se deben a problemas combinados con el estado del cerebro y factores externos”, agregó.

Los especialistas señalaron que entre los trastornos mentales más frecuentes se encuentran la depresión, el trastorno bipolar, trastorno de estrés postraumático, esquizofrenia, trastornos del comportamiento alimenticio, trastorno de comportamiento disruptivo y disocial, así como trastornos de neuro desarrollo.

Los signos de alerta

Para el psicólogo Leopoldo Castro, el principal signo que debe alertarnos sobre problemas de tipo neuronal es la falta de interés por la vida, ya que cuando la cotidianidad o rutina supera la intención de innovar, conocer, emprender nuevos proyectos o planear, entonces el cerebro ha entrado en una fase en la que está falto de motivación y susceptible a algún trastorno.

“Cuando vivimos el día a día de una forma monótona y no lo notamos, es decir que diariamente tenemos las mismas ocupaciones, preocupaciones, estrés, entre otras cosas, entonces el cerebro entra en un estado en el que no tiene estimulación, dejamos de tener ese interés en la vida que lo mantiene activo, pensando, creando, entonces si hemos llegado a ese estado de solo vivir por vivir, estamos afectando al cerebro”, explicó.

Castro refirió que este último fenómeno se ha hecho evidente durante la pandemia porque la gente aprendió a valorar o darle un nuevo significado a la vida a partir de la enfermedad o de la muerte de seres queridos, no obstante, señaló que quizá hay casos en los que el comportamiento se acentuó porque la contingencia sanitaria obligó a la población a buscar la manera de sobrevivir, haciendo actividades que no le agradaban o satisfacían del todo.

En contraste, refirió que en la actualidad también existe una sobre estimulación que daña al cerebro, que proviene principalmente del uso excesivo de la tecnología y provoca alteraciones o padecimientos como la ansiedad, ya que desde la infancia se recibe una gran cantidad de estímulos a través de los aparatos.

“Estamos ante una sobre estimulación cuando pasamos mucho tiempo frente a pantallas o dispositivos móviles, porque estamos acostumbrando al cerebro a recibir una gran cantidad de información en poco tiempo, entonces esperamos que así sea todo el ritmo de nuestra vida, lo cual, por supuesto, no puede ser así, un niño o adolescente debe desarrollar la capacidad de concentrarse y llega un momento en que le cuesta trabajo por esta sobre estimulación”, acentuó.

En lo anterior coincidió el neurólogo Juan Carlos Pérez, quien señaló que la foto estimulación provoca descargas eléctricas cerebrales, estrés y fatiga excesiva, cuestiones que ya de por sí se registraban antes de la pandemia y que se agudizaron a partir del confinamiento.

“La pandemia y el cambio de hábitos al que obligó provocó que ahora se maltrate más al cerebro, no solo por la sobre exposición a las pantallas, sino porque aumentaron los pacientes hipertensos, diabéticos, la obesidad, todo debido a la vida sedentaria, entonces esto terminó afectándolo con depresión, migraña, ansiedad, entre muchos otros padecimientos”, sostuvo.

Cómo cuidar el cerebro

Los buenos hábitos alimenticios, de actividad física y sueño son aspectos básicos recomendados para el cuidado de la salud y también son la principal forma de mantener sano al cerebro, sin embargo, actualmente es muy común observar que no se sigan y, en consecuencia, no exista una buena salud mental, señalaron ambos entrevistados.

Castro señaló que la falta de descanso, de nutrientes provenientes de los alimentos y de actividad física terminan por incidir en el funcionamiento del cerebro, ya que los órganos tienen relación y no cumplen plenamente sus funciones cuando existe un ritmo de vida inadecuado.

“Hay algo que se llama neuroprotección no farmacológica, que es el cuidado del cerebro sin la necesidad de medicamentos y no es más que (llevar a cabo) las recomendaciones que hemos escuchado desde siempre, dormir plácidamente entre siete y ocho horas, evitar el ayuno prolongado porque baja los niveles de azúcar y sodio y provoca que el cerebro se vea obligado a trabajar más, tener una alimentación equilibrada, evitar el sedentarismo, todo esto nos mantiene en buenas condiciones”, agregó el neurólogo Juan Carlos.

Ambos especialistas concluyeron que el cerebro es la parte más importante del cuerpo porque todo tiene un funcionamiento gracias a la actividad neuronal, así que hay que tener en cuenta su bienestar y estar pendiente ante cualquier síntoma de enfermedades mentales, que pueden iniciar con cambios en el estado de ánimo, exceso de sueño o disminución de la memoria.

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