A tres meses de la explosión en San Pablo Xochimehuacan no se han visto cambios a favor de la junta auxiliar, sino todo lo contrario, la inseguridad persistirá, pues los colonos mencionan la existencia de más tomas clandestinas de gas Lp, así como la colusión de los trabajadores de Pemex con quienes se dedican al huachicol, como el “Callo”, quien ya fue detenido hace unas semanas, pero que tiene más gente en espera de operar.
A decir de los habitantes, el “callo” y su gente se llevaba bien con los trabajadores de Petróleos Mexicanos que supervisan la zona, pues en varias ocasiones se les vio hablando, incluso días antes del siniestro ocurrido el 31 de octubre donde más de 2 mil habitantes fueron desalojados de sus viviendas por varias explosiones en una toma clandestina.
Por ello es que argumentan que la inseguridad seguirá como antes de lo ocurrido, pues no se puede hacer nada si a todos les llegan al precio.
Ahora que en la zona hay presencia de los policías estatales y municipales, los colonos indicaron que ya no se atraca el tren, el cual siempre que pasaba por San Pablo era frenado para robarle parte de la carga que traía, pero una vez que ellos se vayan, volverá a ser el mismo lugar donde el robo de gas, la venta de droga y el atraco del tren son características del mismo.
“Los de Pemex pasaron, yo lo vi personalmente y se saludan así como chocan los puños, pues ya están coludidos”, dijeron.
Colonos extrañan cotidianidad de esta junta auxiliar
Tristeza, objetos olvidados y un gran agujero es lo que ha quedado en San Pablo Xochimehuacan en donde meses atrás albergaba a más de 50 familias, pero que tras varias explosiones en una toma clandestina de gas Lp, dejó un lugar deshabitado y con la incertidumbre de cuándo volverán a construirse los hogares de quienes solo fueron víctimas de la inseguridad.
Siete personas fallecidas, seis detenidos y más de 176 casas afectadas, entre las colapsadas y con daños menores es el saldo de este siniestro, que cimbró los últimos días del 2021.
A tres meses de la tragedia, los vecinos extrañan las risas, los saludos y la cotidianidad con la que se vivía en este sitio ubicado en la Avenida Gasoducto esquina con Avenida Ferrocarril, en donde la madrugada del 31 de octubre un olor a gas despertó y alarmó a los vecinos de esta comunidad, quienes salieron de sus hogares y en cuestión de minutos vieron cómo su patrimonio se destruyó.
El Sol de Puebla acudió a este lugar que en su momento fue denominado como la zona cero, puesto que algunos de los inmuebles estaban en riesgo, mientras que otros se encontraban destruidos en su totalidad debido al estruendo y la magnitud de las explosiones.
Aunque el área ya no se encuentra acordonada, aún continúa resguardada por la policía municipal y estatal, pero luce completamente vacía, no se observan hogares, locales o lo que en su momento dieron vida a estas calles de la comunidad.
- Puedes seguir leyendo: Como "zona de guerra", así se via la zona cero de la explosión en Xochimehuacan
Tierra, escombros y recuerdos es lo que ven los colonos que tuvieron la fortuna de no perder su casa, pero que extrañan a sus vecinos y buscan que regresen pronto, pues muchos de ellos rentan, se han ido a vivir con sus familiares y en otros casos se han mudado a otras juntas auxiliares, pues esta demarcación es peligrosa debido a que las tomas clandestinas son el pan de cada día, debido a los ductos de Petróleos Mexicanos que atraviesan la comunidad.
Aún no hay construcciones, ni certeza de un hogar
A decir de los colonos y algunos afectados aún no se tiene la certeza de que se construirán los hogares, pues solo se desalojó a los habitantes, se demolieron las casas colapsadas y se limpió la zona, pero no les han dado una fecha de inicio para los trabajas de las obras de construcción.
Mientras tanto, quienes también tuvieron algunos desperfectos en sus viviendas, tampoco han visto alguna solución de reparación, por lo que han empezado a componer bardas, fisuras y algunos cristales, puesto que el gobierno estatal y municipal no les ha apoyado con ello.
En entrevista con esta casa editorial, un colono que prefirió dejar su nombre en el anonimato aseveró que su barda tuvo unos desperfectos mínimos, pero Protección Civil del estado la derrumbó debido a que le aseguró que en cualquier momento colapsaría, por lo que representaba un peligro latente, sin embargo, luego de varios meses no le han dado un resolutivo.
- También te puede interesar: Pedro Bolaños: la quinta víctima mortal de la explosión de Xochimehuacan
Aunque aseguró que la inseguridad es característica de esta junta auxiliar, nunca se imaginó que una explosión acabaría con un el hogar de sus vecinos, que en la mayoría de los casos construyeron a base de mucho esfuerzo, dedicación y años de trabajo. Que de la noche a la mañana no habría a quien saludar frente a su hogar y que solo se viera un terreno con escombros y tierra.
“Hasta la fecha no nos han apoyado, nos dicen que sí, pero quién sabe cuándo… al paso que vamos si voy a terminar construyéndola yo, y reparar los demás daños qué hay adentro de la vivienda”, dijo.
De igual forma, Joel, quien vive cruzando la vía del tren, frente a la Avenida Ferrocarril, declaró que aunque la vida sigue, para quienes perdieron todo es difícil continuar, ya que sus negocios desaparecieron y no saben si tendrán de nuevo un hogar.
“La vida tiene que seguir, la vida tiene que normalizarse, pero para los vecinos que perdieron todo pues si está difícil porque varios de ellos están recibiendo apoyos de familiares, algunos están rentando, pero algunos que se dedicaban a negocios propios no tienen en donde seguir su negocio y la están pasando muy difícil, muy difícil”.
Su casa se salvó de la explosión
De entre las más de 50 casas que fueron demolidas por haber colapsado, se encuentra la de Ruth, que solo sufrió daños mínimos, y en la que siguen habitando más de dos familias, sin embargo, aunque es un alivio poder contar con su vivienda, relató que el lugar se siente solo, sin vida.
- Puedes seguir leyendo: Músico, presunto huachigasero, salió en Hoy y grabó video en Analco
Entre lágrimas mencionó que era común escuchar la llegada de los vecinos, el sonido de los pollos, pues algunos de ellos vendían estos animales de granja y apoyarse entre sí, pero tras el siniestro no hay nada que de ánimos, pues al salir de su casa solo observa un lugar sin vida.
“La verdad si se siente muy triste, muy vacío este lugar, y si la verdad deseamos que nuestros vecinos les den una pronto respuesta, lo que ellos están buscando, más que nada su hogar. Es mentira que luego dicen que todos se dedicaban al huachicol, no es cierto, la gente aquí es trabajadora, se dedicaba a la venta de sus pollitos y su trabajo es honesto”.