Luego de 28 años de servicio, el urgenciólogo Carlos SánchezGasca, pionero en México de esta especialidad, se jubilará este15 de noviembre. Pertenece a la primera generación de médicos enesta rama que surgió a partir del sismo del 19 de septiembre de1985 y él cumple con uno de los principios que es compartirconocimiento.
La adrenalina que viven en el área de urgencias estosespecialistas es lo que motivó a Sánchez Gasca, coordinadorClínico de Educación e Investigación en Salud del HospitalGeneral de Zona número 5 de Metepec del Instituto Mexicano delSeguro Social (IMSS), a buscar la especialidad junto con otras 14personas tiempo después de aquel terremoto.
Con emoción contó a El Sol de Puebla que en el área deUrgencias y cuya especialidad tarda tres años, ha visto de todopor lo que quien busca esta rama debe estar preparado intelectual,emocional y emocionalmente, pero también deben tener elconocimiento para enfrentar todos los retos.
“A veces puede llegar una personacon herida punzocortante en el estómago y detenerse con laspropias manos los intestinos”, contó con total tranquilidad, porlo que aseguró que como urgenciólogo todo el tiempo debe estarpreparado para atender cualquier contingenciamédica.
Recordó que el terremoto de 1985 le dejó a México muchasenseñanzas y entre ellas la necesidad de contar una especialidadde urgenciología que en otros países existía desde 30 añosatrás.
“Soy pionero de esta especialidad nosolo en Puebla sino a nivel nacional, porque yo pertenezco a laprimera generación de especialistas en medicina de Urgencias, esaespecialidad nació como una inquietud por el sismo de 1985, porquehabía la necesidad de atender a aquellos pacientes que llegaban alos servicios de Urgencias por un verdadero especialista”,explicó.
El médico, nacido en Orizaba, Veracruz, pero poblano decorazón, contó que cuando tuvo interés de realizar su residenciamédica, se enteró de que existía esta nueva especialidad enMéxico y no dudó en buscar incluirse por lo que tres añosdespués comenzó su labor.
Al estado de Puebla llegó hace 39 años pero después de suresidencia médica lo canalizaron a un hospital de Tehuacán, dondeprestó sus servicios, y posteriormente lo trasladaron al HospitalGeneral Regional 36 San Alejandro, donde permaneció durante variosaños.
A lo largo de toda su carrera se ha desempeñado como presidentede la Sociedad Mexicana de Medicina de Emergencia, director delConsejo Mexicano de Medicina de Urgencia, profesor adjunto deespecialidad de medicina de urgencias en el IMSS y ahoracoordinador clínico de educación e investigación en salud.
“Lo que a nosotros nos gusta es laacción, o sea el tener que actuar en ese momento de manerainmediata ante un paciente que se encuentra muy grave, es unpaciente que está amenazado en la vida o en alguna parte de sucuerpo y hay que actuar demasiado rápido para salvarlo”,resaltó.
Enfundado en la característica bata blanca, aseguró que enesta profesión impera el hecho de ser altruista, dedicado y hastasacrificado, pues el urgenciólogo, en muchas ocasiones, se ve enla necesidad de abandonar su vida social y hasta a su familia.
“A nosotros nos tocó los hospitalesllamados de guerra, que era donde llegaba lo más grave, losaccidentados, apuñalados, con heridas por arma de fuego,traumatismos por herida en la cabeza. Pero también vimos muchopadecimiento médico, pacientes con infarto agudo de miocardio, conalteraciones de la diabetes mellitus que ya empezaba a ser unproblema grave y a nosotros es lo que nos prende”,resaltó.
Después de 28 años laborando como urgenciólogo, la adrenalinadel momento será justamente lo que extrañará, pero tambiénestá seguro de que se va contento, porque durante este mismoperiodo se ha desempeñado como profesor y ha compartido susconocimientos con las nuevas generaciones.
De acuerdo con datos del IMSS en todo el estado existe un totalde 80 especialistas en urgenciología, de los cuales alrededor de58 se concentran en la capital poblana.
