Un elevador inservible y un puente peatonal semibloqueado: a estas condiciones se enfrentan todos los días los usuarios de esta estructura ubicada en la Vía Atlixcáyotl, la cual conecta a la ciclopista que va con dirección al Centro Integral de Servicios (CIS), por un lado, y al Parque Metropolitano, por el otro, frente al edificio de Puebla Comunicaciones.
Aparentemente es un elevador sin dueño. La Secretaría de Infraestructura, Movilidad y Transporte explicó que el ascensor estaba a cargo una empresa privada, proyecto que comenzó el año pasado y “quedó a medias”, por lo que nunca prestó servicio; sin embargo, dijo desconocer el nombre de la misma a pesar de que la ciclovía sí es un proyecto estatal, inaugurado en 2015.
Además, el puente está prácticamente bloqueado a los peatones porque fue soldada una estructura metálica de alrededor de un metro de alto para impedir el paso, aunque desde hace algunos meses los mismos usuarios decidieron desoldar la mitad de la reja a fin de tener acceso desde la calle en la que está Puebla Comunicaciones hacia el otro lado o a la ciclovía.
Ni los usuarios ni la dependencia estatal tienen conocimiento de la fecha exacta en la que se colocó este ascensor, sin embargo, los primeros estiman que fue hace un año y medio. Para octubre de 2017 ya había sido presa de vandalismo, pues los delincuentes comenzaron por romper los vidrios.
Ahora es posible observar que el elevador está lleno de graffitis, lo que da una mala imagen puesto que da la impresión de inseguridad en la zona y señala que es peor todavía en la noche.
Horacio Sarmiento es tan solo uno de los usuarios que todos los días tiene que hacer uso de este puente, por lo que criticó que hayan colocado unas estructuras metálicas para bloquear el paso ya que se dio cuenta de que algunas personas tenían que saltar los tubos, que miden por lo menos un metro; en alguna ocasión él mismo lo hizo.
La mitad de ellos ya fueron retirados, cuentan los propios usuarios, con la intención de poder pasar hacia las escaleras del otro lado del puente, pero aún queda un tubo horizontal, por lo que para acceder es necesario que los peatones se agachen, aunque aseguran que esto es mejor que tener que caminar toda la ciclopista o avanzar hasta Cúmulo de Virgo, donde está otro puente peatonal.
María Dolores es otra de las usuarias de este puente, quien aseguró que antes caminaba toda la ciclovía para pasar hasta el otro lado de la plataforma; sin embargo, por un problema reciente en la cadera tiene que hacer uso de este, el cual le representa un trayecto más reducido al momento de andar.
Los peatones más jóvenes no tienen tanto inconveniente al pasar, pues agacharse implica un movimiento mínimo, pero no por ello deja de ser una estructura desaprovechada, toda vez que se trata de un paso peatonal para brindar seguridad a los usuarios, la cual no cumple su propósito al estar bloqueada, y el elevador solo es una cabina detenida y presa fácil para el vandalismo
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