Las restricciones en Corea del Norte por la reproducción o distribución de productos surcoreanos cobran cada vez más fuerza, recientemente se dio a conocer el caso de unos estudiantes que lo hicieron con la serie “El Juego del Calamar” y apenas en recientas días los señalados fueron seguidores de K-pop.
Mientras que por introducir y difundir en el país asiático la popular serie de Netflix un hombre fue condenado a muerte, ahora la cifra llegó a siete personas ejecutadas públicamente por ver o distribuir videos de K-pop a lo largo de la última década.
De acuerdo con la organización Grupo de Trabajo de Justicia Transicional, se han registrado por lo menos 23 ejecuciones por diferentes cargos dentro de los cuales destacan ver o distribuir videos surcoreanos, delitos relacionados con drogas, prostitución, trata de personas, asesinato o intento de asesinato y actos obscenos, todos durante el gobierno de Kim Jong-un.
El organismo se ha dado a la tarea desde 2015 de diseñar un mapa de los lugares en los que diversas personas han sido asesinadas en este tipo de sentencias, bajo autorización del estado, para lo cual se dieron a la tarea de consultar imágenes satelitales, además de entrevistar a desertores norcoreanos.
Afirman que el principal motivo de estas ejecuciones radica en el férreo control que ha mantenido Kim Jong-un en cuanto a la información que entra y sale de Corea del Norte, principalmente películas y libros provenientes del extranjero que se encuentran prohibidos, además de que la radio y la televisión sólo reciben transmisiones gubernamentales y el internet no es global.
Por otra parte, en los últimos meses se han incrementado los ataques contra la cultura pop proveniente de surcorea, pues incluso fue promulgada en 2019 una ley para castigar a quienes distribuyan entretenimiento del país vecino, quienes pueden incluso enfrentar pena de muerte.
Cabe señalar que de estas siete ejecuciones por ver o distribuir videos de K-pop, por lo menos una tuvo lugar en la ciudad de Hyesan, ciudad limítrofe con China y la cual se ha convertido en la principal puerta de entrada para la información del exterior mediante dispositivos USB.
Finalmente, algunas de estas ejecuciones por el consumo de K-pop fueron publicadas mediante el programa de televisión surcoreano Channel A en la que se ve cómo un estudiante norcoreano fue llevado ante una multitud para ser ejecutado, sólo por tener una USB con una película y 75 canciones de Corea del Sur.