A un año de que el recrudecimiento de la pandemia por Covid-19 obligara a suspender las visitas a los internos de los diferentes centros penitenciarios del estado de Puebla, familiares de reclusos señalan que el distanciamiento se ha hecho complicado, sin embargo, por el bien de sus internos, prefieren conformarse con verlos 15 ó 20 minutos en lo que les dejan su comida, a después, no verlos toda la vida, pues al corte de febrero de 2021, la Comisión Nacional de Derechos Humanos registró 37 fallecimientos de personas privadas de su libertad en Ceresos de Puebla.
Gabriela, esposa de un interno, asegura que, en un inicio, ella y su esposo Sebastián se resistían a que las autoridades penitenciarias suspendieran las visitas tras el argumento de la contingencia sanitaria mundial y el incremento de casos en Puebla, sin embargo, luego de que al interior del penal de San Miguel surgieran los primeros contagios, se dieron cuenta que era lo mejor para todos.
Actualmente, las visitas siguen suspendidas y aunque de forma inicial tampoco se les permitía el ingreso de comida, posteriormente las autoridades accedieron a que las familias de los internos acudieran una vez a la semana a irles a dejar alimentos.
Lo anterior, bajo estrictas medidas de seguridad e higiene como llevar cabello recogido y cierto límite de comida para mantener un control sanitario, ante lo cual, algunas familias se muestran inconformes, pese a que es algo para el bien de los reclusos, comentó la entrevistada.
El proceso de entrega dura alrededor de 15 ó 20 minutos, y por lo menos, a la distancia, pueden verlos y saber si se encuentran bien. Pese a que son pocos minutos, para Gabriela, ante la situación sanitaria actual, son suficientes y comprende que es por el bien de su esposo, quien hasta antes de la pandemia se sostenía de las propinas que familiares de otros internos le dejaban al prestar sus servicios como “mesero”.
La nueva forma que Sebastián ha encontrado de obtener ingresos es comprarles artesanías a algunos compañeros reclusos y después, pedir que le sean entregadas a su esposa para que ella las revenda, desde bolsas de 100 pesos, hasta otros artículos como tejidos y cuadros de repujado.
En tanto, a decir de la entrevistada por El Sol de Puebla, su cónyuge ha logrado sobrellevar la distancia y el encierro, realizando actividades deportivas y escolares, púes a sus 40 años, “Sebastián decidió concluir sus estudios de preparatoria para que cuando salga, logre con éxito una reinserción social”, concluyó.
AL MENOS 37 INTERNOS HAN FALLECIDO
Por otra parte, hasta el mes de febrero de 2021, la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) registró 37 fallecimientos de Personas Privadas de su Libertad (PPL) en los distintos Ceresos de Puebla, a causa de la Covid-19.
Además, en el último informe de la Secretaría de Gobierno fechado el 26 de marzo de 2021, se informa que se mantiene en aislamiento y bajo observación médica a 21 PPL en las instalaciones del Centro de Internamiento Especializado para Adolescentes (CIEPA).