La falta de resultados en los casos de personas reportadas como desaparecidas se debe al desinterés y poca voluntad de la Fiscalía de Puebla y de la Comisión de Búsqueda de Personas del Estado de Puebla, instancias que, incluso, trabajan de forma independiente y sin una coordinación entre sí, consideró María Luisa Núñez Barojas, fundadora del Colectivo Voz de los Desaparecidos (CVD).
En entrevista para El Sol de Puebla, la representante del citado colectivo, quien luego de tres años y tres meses no ha tenido noticias sobre el paradero de su hijo que desapareció en abril de 2017 en la zona del Triángulo Rojo, señaló que aunque a partir de febrero de 2020, las carpetas de investigación de personas no localizadas fueron reasignadas a diferentes agentes del Ministerio Público, los elementos que sí quieren trabajar se enfrentan a diferentes situaciones.
“Quienes tienen el compromiso de trabajar, se enfrentan a la desventaja de que les entregan carpetas de investigación 2 ó 3 años más tarde, y los indicios que en algún momento les podía servir, que fueron aportados a la Fiscalía en su momento, ahorita ya no sirven. Ellos tienen que empezar a trabajar desde una línea de investigación y no la hay, solo mandan oficios a todos lados pero no hay nada en específico, entonces seguimos sin resultados, sin encontrar a nuestros muchachos”, explicó la entrevistada.
Núñez Barojas agregó que existen 14 agentes para más de mil carpetas acumuladas por desaparición de persona, tratándose de una labor humanamente imposible, ya que una sola persona no puede atender varias carpetas al mismo tiempo, aunque todas ameriten y urjan de la misma atención.
Además de todo lo anterior, a decir de la declarante, el trabajo de la Fiscalía únicamente se queda en una labor administrativa y no de campo, pues cuando se llegan a realizar entrevistas, solo ha servido para alertar a los implicados y no para obtener información que lleve a la localización de la víctima, aseguró María Luisa, quien subrayó que en ninguna de las carpetas de investigación en la que el colectivo ha apoyado a las familias, se ha montado un operativo de búsqueda como en el caso de políticos o gente con buena posición económica.
“En todos los casos de las familias que hemos acompañado, en ninguna se ha montado un mega operativo como lo hicieron con el delegado que asesinaron en Huejotzingo, o como lo han hecho en caso de personas que tienen poder político o económico, o incluso que tienen la oportunidad de contar con esas influencias a nivel estatal. Nosotros somos ciudadanos comunes, los trámites empiezan burocráticos, por girar oficios, trabajan de manera administrativa e interna pero no hay una celeridad en los trabajos y eso conlleva, precisamente, a que a las personas las encuentren muertas”, indicó María Luisa.
La entrevistada también acusó que la encargada de la Comisión de Búsqueda de Personas del Estado de Puebla se ha negado a atenderlos a ellos como colectivo e incluso no da un trato digno a las familias de los desaparecidos, y aunque la semana pasada buscaron una cita con ella, al momento no se las han brindado, mostrando incluso una actitud de poco interés sobre el tema, trabajando de forma individual.
DESAPARICIÓN DE SU HIJO LA LLEVÓ A CREAR VOZ DE LOS DESAPARECIDOS
María Luisa vive en carne propia la angustia de no recuperar a un ser querido y no contar con el apoyo de las autoridades. Su hijo, Juan de Dios Núñez Baroja, de 23 años de edad, se dedicaba al campo, al igual que el resto de su familia.
En una entrevista previa con este medio, señaló que la última vez que habló con él por teléfono fue el 28 de abril de 2017, aproximadamente a las 21 horas. Desde entonces, y a pesar de que su celular se mantuvo activo hasta el 30 de junio del mismo año, no ha sabido nada de él. La única pista, la cual fue ignorada por las autoridades, según la entrevistada, fue la ubicación marcada por el GPS del móvil de Juan de Dios, en Cuacnopalan.
Sin embargo, este joven no es la única víctima en el caso, ya que aquel día el varón, quien circulaba sobre la carretera estatal Tecamachalco-Cañada Morelos a bordo de una camioneta Durango, color gris, modelo 2004 con placas TXZ1538 de Puebla, también iba acompañado de los hermanos Abraham y Vicente, de apellidos Basurto Linares, de 25 y 29 años de edad, respectivamente; ambos pertenecían al Cuartel del 24 Regimiento de Caballería Motorizada de Tehuacán.
Aunque como tal los tres jóvenes no sostenían una relación de amistad, a decir de la hermana de los militares, una de sus primas estaba a punto de casarse con Juan de Dios, por lo que ya se habían tratado en al menos dos ocasiones.
Tras la desaparición del civil y de los soldados, quienes se encontraban francos, los familiares de los tres jóvenes comenzaron a buscarlos; al no tener indicios sobre su paradero acudieron ante el agente del Ministerio Público de Tecamachalco, donde únicamente les generaron el NUAT 692, es decir, un Número Único de Atención Temprana.
Todo lo anterior llevó a María Luisa a fundar el Colectivo Voz de los Desaparecidos, mediante el cual varias familias han sido ayudadas para la búsqueda de sus desaparecidos, incluso cuentan con una red de 60 familias unidas para la localización de las víctimas. A pesar de no contar con un fondo o apoyo económicos, todos los involucrados ponen de sus recursos para sostener este organismo que pide a las autoridades tomar en serio esta problemática.
“Necesitamos que se tome en serio este problema, es importante que se sienten los actores principales de las instituciones u organismos y puedan establecer estrategias eficientes, reales en coordinación con las familias. No es crear las dependencias y hacer nombramientos por cubrir el requisito, porque no estamos para shows. Nosotros seguimos levantando la voz por nuestros desaparecidos y esta pandemia no nos va a callar, y si las cosas no se componen, vamos a salir a la calle a exigir resultados”, finalizó la entrevistada.