A plena luz del día y sin importar que su víctima fuera menor de edad, un sujeto asaltó a una pasajera de la Ruta 2000, cuando esta se dirigía al colegio; aunque otros usuarios del transporte público se percataron de los hechos ocurridos entre las colonias Bugambilias y Patrimonio, nada pudieron hacer para retener al maleante, quien se presume iba acompañado por tres cómplices que, de igual forma, huyeron de la zona.
Con la aprobación de sus familiares, la víctima, de 16 años de edad, refirió a este medio que todo sucedió ayer por la mañana, entre las 07:30 y 08:00 horas sobre la Prolongación 16 de Septiembre, entre Bugambilias y Patrimonio, cuando se dirigía al colegio.
La menor aseguró que, a la altura de dichas colonias, cuatros jóvenes de entre 20 y 25 años de edad, al igual que ella, abordaron el camión de la Ruta 2000; tres sujetos se sentaron enfrente y uno atrás, zona donde ella también ocupó un lugar.
En cuestión de segundos, el maleante, que iba sentado junto a la víctima, le arrebató su teléfono móvil. De forma inmediata, el ladrón se levantó para luego tocar el timbre y bajar de la unidad colectiva, junto con sus cómplices.
Asustada y sin saber cómo proceder, la adolescente llegó a la escuela, donde le informó a la directora lo sucedido, de tal manera que los familiares de la agraviada fueron puestos en el conocimiento de los hechos.
Por lo anterior, una hermana y un tío de la menor comenzaron a rastrear el móvil, el cual tenía activo el GPS. Fue así que lograron saber que este se encontraba en un billar de la avenida 12 Poniente y 11 Norte, zona donde incluso este medio ha documentado la venta de celulares de segunda mano, sin ningún tipo de factura o garantía.
Al contar con la ubicación del móvil, un familiar de la víctima dio aviso de los hechos al 911, además de que los denunciaron vía Twitter, donde les indicaron que la patrulla 068 del municipio ya había sido enviada a la zona; sin embargo, para proceder les solicitaron que interpusieran la denuncia ante el agente correspondiente del Ministerio Público. Al final, la adolescente, en acuerdo con sus familiares, decidió no levantar la denuncia al desconocer contra quién específicamente proceder.
Por lo anterior, decidieron hacer público el caso y alertar a otros usuarios de los constantes robos a pasajeros de unidades colectivas al sur de la ciudad, donde, a pesar de existir las llamadas ventanas ciudadanas (cámaras de vigilancia), siguen ocurriendo este tipo de hechos delictivos.
