Zoé Yulieth, de 2 años y cuatro meses de nacida, así como su hermana Kenia Denis, de diez meses, fallecieron después ingerir veneno para ratas que confundieron con dulces; aunque por la madrugada vomitaron, su familia creyó que algún alimento les había caído mal, pero al amanecer se dieron cuenta que las pequeñas ya no tenían signos vitales.
La tragedia para esta familia que lleva más de 20 años viviendo en la colonia Jardines de Castillotla sobre la avenida 143 E Poniente, comenzó la tarde del martes.
Fuentes cercanas al caso revelaron que aquel día por la tarde, las menores ingirieron veneno para ratas, debido a la forma de bolitas que tenía, creyeron que se trataba de dulces.
En ese instante, nadie se percató de los hechos; ya por la madrugada del miércoles, las niñas presentaron diversos malestares y vómito que llevó a creer que las menores sólo habían ingerido algún alimento que les cayó mal en el estómago.
Una vez que las pequeñas se calmaron, todos volvieron a dormir; por la mañana, se percataron que las niñas ya no respiraban, por lo que de inmediato solicitaron el apoyo de los paramédicos.
Socorristas del Sistema de Urgencias Médicas Avanzadas (SUMA) junto con policías estatales acudieron a la zona.
Los paramédicos solo confirmaron el deceso de las dos pequeñas hermanas y notificaron de la situación a los agentes policiacos, quienes a su vez solicitaron la intervención de la Fiscalía General del Estado de Puebla (FGE).
Tocó a peritos y agentes ministeriales encabezar las diligencias del levantamiento de cadáveres, los cuales fueron enviados a la morgue para la necropsia de ley, en tanto, la madre, la tía y los abuelos habrían sido llamados solo para declarar sobre el asunto, sin que la Fiscalía de Puebla confirmara el estatus de las personas que de acuerdo con sus vecinos, son muy reservadas y jamás se han metido en problemas e incluso el jefe de familia, que sería el abuelo de las menores, se ganaría la vida realizando trabajos de albañilería y de esta forma ha salido adelante.
