En medio de una caravana motociclista, este viernes, repartidores de Uber Eats dieron el último adiós a su amigo y compañero de trabajo, Luis Fernando N, de 21 años de edad, quien la noche del pasado martes murió en la colonia El Vergel, tras haber sido arrollado por un Ruta 41, cuyo chofer fue detenido.
Tras ser velado en su domicilio el pasado jueves, los restos del joven fueron llevados al panteón Puerta del Cielo, donde compañeros de trabajo rodearon su ataúd con las mochilas de Uber Eats, en señal de respeto.
Entre el dolor y las lágrimas, el cuerpo del varón que dejó a una niña de tres años en la orfandad, fue sepultado; sus padres, se encuentran a la espera de poder atender la cuestión legal o jurídica derivada de este accidente, es decir, de analizar la posibilidad de llegar o no a un acuerdo reparatorio con el imputado de 47 años de edad.
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Cabe recordar que de acuerdo con los peritajes de Tránsito y Vialidad Municipal, el presunto responsable fue el conductor del transporte público ya que no respetó la banderola de alto, de tal manera que impactó al repartidor de la citada plataforma quien al salir eyectado, también fue embestido por la colectiva.
Las lesiones que el joven sufrió, le arrebataron la vida de forma casi inmediata. A pesar de la llegada de los Técnicos en Urgencias Médicas, ya nada se pudo hacer por Luis Fernando, quien no contaba con un seguro de vida por parte de la empresa para la que llevaba cinco meses laborando.
Lo anterior, generó descontento en otros trabajadores no solo de Uber Eats, sino que también de plataformas como Rappi y Sindelantal, quienes acusaron estar bajo las mismas condiciones laborales, lo cual los llevó a manifestarse en el zócalo de la ciudad y posteriormente en las oficinas de Uber en Puebla, donde hasta este viernes permanecían cerradas según lo acusado por los inconformes.
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