El cliente del bar Club Caza, asesinado a tiros el pasado 2 de febrero, era cargador en la Central de Abasto. Luego de que familiares hicieran pleno reconocimiento del cadáver, este ya fue entregado; el presunto agresor que también murió durante la balacera suscitada en la Calzada Zavaleta permanece en calidad de desconocido, mientras que el lugar donde todo ocurrió sigue a resguardo de la Fiscalía del Estado.
Fuentes extraoficiales revelaron a El Sol de Puebla que el parroquiano respondía en vida al nombre de Edgar N, de 36 años de edad, el cual trabajaba en el mencionado centro de abasto.
En tanto, el segundo varón y agresor de Edgar, permanece al interior del Servicio Médico Forense (Semefo) de Puebla, sin ser identificado.
Por cuanto hace al móvil de los hechos, las primeras investigaciones arrojaron un presunto ajuste de cuentas o riña, sin embargo, al momento, agentes ministeriales continúan desarrollando diversas diligencias para esclarecer los hechos.
El bar Club Caza que fungió como escenario de este crimen, sigue a resguardo de la Fiscalía General del Estado de Puebla, cuyos sellos aún pueden observarse en la entrada del bar subterráneo, donde está colocada cinta de acordonamiento que da cuenta de los hechos que ahí se suscitaron la mañana del pasado domingo.
Como en su momento se dio a conocer, todo ocurrió sobre la Calzada Zavaleta entre Insurgentes y Primera Calzada, antes de la Recta a Cholula.
Aquel día se supo que alrededor de las 6:30 horas, dos hombres se encontraban de forma tranquila ingiriendo bebidas embriagantes en el referido centro nocturno; de pronto, tres sujetos con arma de fuego irrumpieron en el sitio, donde abrieron fuego contra el par de clientes.
Tras las detonaciones de arma de fuego, uno de los parroquianos sacó su pistola para repeler la agresión, sin embargo, en el intercambio de balas, uno de los clientes cayó muerto al igual que uno de los tres agresores.
No obstante, el cliente que sobrevivió continuó enfrentando a los otros dos atacantes, desatándose una persecución. Ante los hechos, se solicitó la intervención de paramédicos, policías y agentes ministeriales.
A la llegada de los técnicos en urgencias médicas de SUMA a bordo de la ambulancia 216, únicamente se confirmó el deceso de los dos varones, por lo que el lugar fue acordonado para las pesquisas de ley.
Durante los peritajes se supo que uno de los muertos presentó al menos cinco impactos de bala en el rostro mientras que el otro recibió tres balazos en el pecho. A partir de ese momento, los agentes estatales de investigación dieron inicio a diversas pesquisas, a fin de esclarecer el móvil de los hechos.
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