El hombre acusado de ahorcar y asesinar a su exesposa en un fraccionamiento de San Rafael Tlanalapan, perteneciente al municipio de San Martín Texmelucan, es maestro y laboraba en la Dirección General de Educación Física de Puebla. El crimen se registró el pasado 14 de febrero, día en el hombre se llevó consigo a sus dos pequeños hijos, estos ya fueron ubicados y entregados a la familia de la hoy occisa.
No obstante, las autoridades ministeriales continúan en la búsqueda de Jorge Ernesto N, presunto feminicida de María Elizabeth N, la cual ahora se sabe, también trabajaba como maestra de educación física en el Centro Integral de Desarrollo en Neurociencias (CIDEN) e incluso laboró en el Instituto de Ciencias de la Rehabilitación integral A.C., cuyas instituciones, a través de redes sociales se han pronunciado al respecto y han exigido justicia para la mujer de 32 años de edad, cuyo familiares también han iniciado una campaña en Facebook para ubicar y detener al sospechoso.
“A nombre de todo el equipo de nuestro Instituto de Ciencias de la Rehabilitación integral A.C. Condenamos y lamentamos el asesinato de la Mtra. Ma. Elizabeth Orea Méndez, colaboradora en diferentes actividades académicas, de investigación y editoriales con nosotros. Lo absurdo de su muerte, agrieta lo más profundo del alma de cada uno de quienes colaboramos con ella, y sabremos honrar su labor a favor de los niños y la comunidad”, se puede leer en un mensaje de Facebook compartido por el citado instituto, quien subrayó que nada justifica un hecho tan brutal que atente contra la vida, sean en mujeres o en hombres.
A la par, el Centro Integral de Desarrollo en Neurociencias, donde la víctima actualmente trabajaba, hizo un llamado a la sociedad para no continuar de esta manera y hacer un cambio para que no haya más feminicidios, además de que enviaron su más sentido pésame a los deudos de María Elizabeth.
“La Neuroeducación, CIDEN e INCRI, sufrieron una gran pérdida de la peor manera que se puede pensar. María Elizabeth Orea Méndez, docente de educación física quien formaba parte de nuestro equipo académico, de investigación y de aplicación neuroeducativa, falleció, víctima de feminicidio”.
“Les pido de favor, que de esta noticia hagamos conciencia y compartamos ese aprendizaje con amigos y conocidos, la sociedad no puede continuar así, no podemos seguir estando inseguras o inseguros. Nosotros podemos contribuir a ese pequeño gran cambio que necesita la sociedad”.
“Tengamos a Eli como referente del gran cambio que se necesita hacer por los demás. Ella falleció, después de dar un taller de integración sensorial BNB, dando siempre lo mejor de ella. El equipo CIDEN se une a la pena e indignación que embarga a la familia y a los amigos que la conocimos. DEP”, se señala en el post donde el llamado o exigencia hacia las autoridades y sociedad en general es #niunamenos, #niunomenos.
EL CRIMEN
En cuanto a los hechos, cabe recordar que todo ocurrió la tarde del pasado viernes 14 de febrero, alrededor de las 16 horas, en un domicilio de la calle Apolinar Garrido de la Unidad Habitacional Magisterial ubicada en la comunidad de Santa Rita Tlahuapan, perteneciente al municipio de San Martín Texmelucan, cuando María Elizabeth regresaba de trabajar y Jorge Ernesto la esperaba para que le entregara a sus dos hijos menores, ya que al tener la custodia compartida de los niños, a él le tocaba cuidarlos los fines de semana.
Sin embargo, aquel día, a empujones, el sospechoso habría metido a la víctima hacia su casa, donde tras una discusión, presuntamente tomó un cable y la ahorcó para después llevarse a sus dos hijos a bordo de un automóvil, sin que se supiera más de él ni de los niños.
No obstante, al día siguiente se supo sobre la localización de los infantes pero no del presunto feminicida de Mary o Eli, como la conocían sus seres queridos, y la cual incluso tenía una maestría en pedagogía en la Universidad Autónoma de Puebla, además de ser diplomada en neuromotricidad y neuro intervención infantil, y dedicar su tiempo y esfuerzo a la docencia y rehabilitación de niños.
Tras el crimen, por el cual dos menores quedaron en la orfandad, familiares y amigos, piden justicia e incluso han hecho un llamado a las autoridades.
“No es justo que su vida, ni la de ninguna otra mujer o niña, sea cegada, y sus sueños brutalmente interrumpidos, como consecuencia de la violencia misógina y machista que está destruyendo nuestro país. El estado tiene que emprender acciones claras para garantizar justicia a esta familia, y de igual forma evitar que esto siga pasando”.
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