Dicen que el tiempo cura todas las heridas, pero el dolor de un feminicidio no y bien lo sabe la familia de Judith Abigail, quien fue asesinada hace dos años y hasta el momento, no hay culpable de su muerte. Este 16 de agosto se cumplen dos años desde que encontraron su cuerpo sin vida, pero en su casa, las horas no han pasado y este hogar ya nunca será el mismo desde su partida.
La madre de Abigail se llama María y solía decirle “araña” de cariño. Abi nació el 1 de octubre de 1990, fue una bebé muy deseada, era la quinta hija de María y la esperaba con mucho cariño. “Desde que estaba en el vientre fue muy querida. Nació y fue una dicha, era mi niña más chiquita y desde que estuve embarazada supe que iba a tener mucho ángel era muy sociable”, compartió.
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A Abigail la recuerdan como alegre, amiguera, muy directa, una mujer guapísima que a todos lados a donde iba llamaba la atención, pero muy confiada y su madre cree que ese fue uno de sus defectos. “Tenía mucha luz, muchas veces de broma le decíamos que parecía señorita Miss Puebla porque a donde iba siempre andaba saludando y sonriendo. Muy trabajadora, muy dada con sus hijos, pero muy confiada, se entregaba toda, siempre tendía su mano y trataba de dar lo mejor de ella no sólo a sus familiares, sino a todos los que conocía”, comentó.
El 8 de agosto del 2019 la vida de esta familia cambió, Abigail solía comunicarse con su madre todo el tiempo y era muy puntual en su horario de llegada, pero ese día no fue así. Como pasó el tiempo y no sabían nada de ella se fueron preocupando.
Fue el 9 de agosto a las 2 de la mañana cuando les dijeron que Abigail había tenido un accidente, fue a la Fiscalía General del Estado y le confirmaron esa versión, pero en suma, les dijeron que Abigail estaba desaparecida, nada más eso, “que se la habían llevado”.
Todos los días hasta el 16 de agosto acudieron a la Fiscalía de Investigación de Secuestros y Delitos de Alto Impacto (Fisdai), pero no había respuesta, ese mismo día estuvieron toda la mañana esperando, pero no había información. Hasta que María regresó a su casa, le dijeron que viera las noticias, y así se dio cuenta que las autoridades ya habían encontrado el cuerpo de Abi.
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“Desde ahí para acá ya no tengo noticias, la carpeta sigue abierta a dos años de la muerte de mi hija, no nos dicen nada, no sabemos nada y estamos como al principio (…) la vida no es la misma, el tiempo pasa y muchas personas dicen que con el tiempo deja de doler, pero su ausencia se hace más grande y es muy difícil ver a sus dos hijos crecer sin su mamá”.
Ivana es la hermana de Abigail, se llevan casi tres años de diferencia y eran muy unidas. “Habichuela”, es como solía decirle de cariño y de niñas se recuerda felices, jugando todo el tiempo y haciendo travesuras. Su vida era en las calles, pero hoy en día, ese es su temor, las personas malas que están fuera del hogar.
Como todas las hermanas solían pelearse, pero siempre imperó esa complicidad de hermanas, incluso Ivana fue la que tuvo que avisarle a su madre del presunto accidente y posteriormente tuvo que acudir por la zona de Santa Cruz Alpuyeca, cerca del relleno sanitario para identificar su cuerpo.
“Fue muy difícil todo el proceso (…) cuando no sabíamos de ella, como iban pasando las horas, los días, todo se hacía eterno y no tener pistas, no saber que había pasado y no poder encontrarla fue muy difícil, no se lo deseo a nadie (…) llegó el 16 de agosto y acudí en donde estaban los hechos y al momento estás en shock, le pides a Dios que no sea ella, le pedíamos encontrarla, pero no así. Nunca perdimos la esperanza de encontrarla y que regresara a casa”.
Ivana lleva en su cuerpo tres tatuajes en honor a Abi y ayuda a su madre a hacerse cargo de los dos hijos de Habichuela, sabe que está en un lugar maravilloso y que está feliz. Además, todos los días sigue exigiendo justicia, pese a que ya perdió la fe en las autoridades poblanas.
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“No era la manera que esperábamos encontrarla, pero agradecemos haberla hallado y poder darle una sepultura para que descansara en paz, porque hemos conocido a muchas personas y desgraciadamente muchos de ellos nunca encontraron el cuerpo de su familiar y viven en un estado de angustia y al tiempo de esperanza de que va a regresar”, lamentó.
Su muerte dejó el alma destrozada de su madre y de sus hermanas, pero no sólo eso, la partida de Abigail dejó en la orfandad a dos niños, a Chema de tres años y a Vania de 16, quienes tenían muchos sueños con su madre, sueños que ahora están rotos, pero que poco a poco están sobrellevando esta situación.
Vania aceptó que todo fue muy difícil, principalmente el enterarse de cómo había fallecido su madre, sólo tenía 14 años y Abigail era todo su mundo, era su madre y su padre, ella siempre vio como sacarla adelante y luchó para darle todo lo que necesitaba.
Actualmente Vania quiere seguir estudiando, terminar una licenciatura y posteriormente tener un trabajo que le ayude a cumplir los sueños que dejó pausados con su madre. En suma, quiere hacerse cargo de su hermano y ayudar a su abuela económicamente.
“No era justo, teníamos tantos sueños que cumplir, teníamos pensado viajar a París y quería verme crecer, ahora ya no se pudo, pero yo voy a tratar de cumplir todos sus sueños (…) Ojalá se haga justicia porque no era justo que la tomaran como un objeto y que la tiraran como si fuera una basura, porque no lo era, ella era una gran mujer y tenía un gran corazón, era dulce y fue mi mejor amiga”.
Han pasado dos años y este es uno de los tantos casos que siguen sin tener justicia por parte de las autoridades poblanas. La familia decidió no dar nombres ni detalles que en su momento se dieron a conocer, ya que no quieren entorpecer el poco avance que lleva la investigación.
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Hay que mencionar que desde el 2019 hasta junio de este año el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) ha registrado un total de 131 feminicidios, en el 2019 fueron 57, el 2020 cerró con 52 y este año hasta junio se han reportado 22. En su gran mayoría, no hay culpable y si lo hay no se ha dictado sentencia.
Este medio solicitó al área de comunicación de la Fiscalía General del Estado (FGE) el estatus de la investigación en el caso de Abigail, respondieron que la carpeta estaba abierta y que no tenían datos extras.
¿QUÉ SE SABE DEL CASO DE JUDITH?
Fue el 8 de agosto de 2019 cuando Eduardo pasó por Abi, para ir al campo de tiro de San Baltazar Torija, donde incluso ella posteó en sus redes sociales una foto en la que se muestra practicando. Por la tarde avisó que iban de regreso, sin embargo, perdieron toda comunicación con ella hasta que alguien les avisó que había sufrido un accidente.
Eduardo apareció en un hospital y dijo que, sobre la carretera a Tecali, justo en una curva a la altura del kilómetro 13, tuvieron un accidente automovilístico. La camioneta en que viajaban era propiedad de él, pero la conducía ella.
De acuerdo con este hombre, el accidente se debió a que otra camioneta les hizo corte de circulación, ella perdió el control, chocaron con un poste de luz y posteriormente se volcaron. En ese momento, supuestamente llegaron tres sujetos que le pegaron y posteriormente se llevaron a Abi.
El 13 de agosto sus familiares y amigos se manifestaron frente a Casa Aguayo para exigir una investigación, pues, aunque acudieron a la Fiscalía a presentar la denuncia y Eduardo era el principal sospechoso de la desaparición, las autoridades nunca fueron a entrevistarlo. Incluso al salir del hospital, ya no se supo más de él.
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El 16 de agosto localizaron el cuerpo de una mujer sin vida en inmediaciones de la comunidad de Santa Cruz Alpuyeca, cerca del relleno sanitario de Puebla. Sus familiares acudieron al sitio y descubrieron que se trataba de ella, quien ya presentaba un estado de descomposición, pues habría sido asesinada el mismo día que desapareció. Más adelante se confirmó que presentaba un disparo en la cabeza, pero los estudios de balística no pudieron obtener indicios del calibre y arma.
Para el 17 de agosto del 2019 el gobernador del estado de Puebla, Luis Miguel Barbosa Huerta publicó el siguiente mensaje: "El feminicidio de Judith Abigail Jiménez Pulido agravia a la sociedad poblana. No quedará impune. Mi pésame y solidaridad con sus hijos, madre, hermanas y familiares. El Estado está a prueba".
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