“Fue una cosa horrible, la desesperación de correr para salvarse, a las personas, a mis hijos, qué les puedo decir, no se lo deseamos a nadie”, así es como uno de los afectados por el derrumbe de un edificio tras la explosión de un tanque de gas en el barrio de San Matías, Puebla, narró lo ocurrido la noche del martes.
José Marcos Olarte Morales de 73 años de edad lleva toda su vida habitando uno de los domicilios de la Diagonal Defensores de la República entre la avenida 2 Poniente y la calle 25 Norte a tan solo dos casas de distancia del derrumbe.
- También puedes leer: Así se ve casa derrumbada por explosión de gas en Diagonal Defensores de la República [Fotos]
La noche del 25 de enero entre las 22:30 y las 22:40 horas, José y su familia ya dormían pero de pronto escucharon un fuerte estruendo y notaron que una especia de neblina entraba a su casa, en ese momento decidieron salir y evacuar la zona.
“Como si fuera neblina, todo se veía así y aún así tratamos de salir, en menos de cinco minutos salimos, lo hicimos lo más rápido que se pudo, gracias a Dios salimos todos”, contó el hombre de la tercera edad.
A pesar del miedo, la desesperación de ver a otras personas que no podían salir de sus viviendas se apoderó de los hijos del septuagenario, los cuales decidieron detenerse y ayudar a su vecinos.
Ante los hechos, José Marcos y su familia se refugiaron en la casa de otro de sus hijos, y así, sentirse a salvo.
- También puedes leer: Crean grupo en Telegram de packs de poblanas
“Nos fuimos a la casa de mi hijo a refugiarnos, a sentirnos mejor porque yo me sentí afectado por la explosión, del ruido me vibran los oídos, ahorita voy a ir a ver al médico”, explicó el entrevistado, quien señaló que serían sus hijos quienes se quedarían al frente para estar pendiente de las revisiones de su casa y de conocer cuándo podrán regresar.
- Te recomendamos: Una mujer fue la que ingresó cuerpo de Tadeo al penal de San Miguel
Otros afectados se negaron a hablar sobre su situación pues con perros y gatos en brazos, solo esperaban a que les permitieran entrar a sus viviendas, tal y como lo prometió poco antes el alcalde municipal Eduardo Rivera Pérez.
Locales a la redonda también sufrieron los estragos de este siniestro que dejó un muerto y doce heridos, pues los vitrales de sus negocios se rompieron con la onda expansiva.
