El hombre que fue hallado sin vida en el río Atoyac, entre los fraccionamientos Santa Clara y Lomas de Angelópolis, la tarde del miércoles, fue asesinado en una vivienda de San Isidro Castillotla un día antes y por la madrugada lo fueron a arrojar oculto dentro de un sillón para deshacerse del cuerpo ahí. Las primeras pesquisas del personal de la unidad investigadora de homicidios de la Fiscalía General del Estado, permitió la captura de los tres responsables, entre ellos el autor material e intelectual.
Aquí se adelantó que ayer por la tarde, unos vecinos reportaron el hallazgo de lo que parecía ser el cuerpo de un hombre, atorado entre unas ramas en un recodo del citado río.
Al acudir policías municipales y elementos de Protección Civil Municipal de Rescate Urbano y descender a unos 20 metros, confirmaron la presencia de un cadáver y a un par de metros estaba un sillón viejo que de momento pasó desapercibido.
Los uniformados acordonaron la zona y poco después llegaron peritos y agentes ministeriales para encargarse de las diligencias del levantamiento de cadáver de quien quedó como desconocido de alrededor de 30 años de edad.
FUE “LEVANTADO” Y ASESINADO
Dentro de los primeros datos que arrojaron las investigaciones de agentes ministeriales, se logró saber que el pasado martes, vecinos de la colonia Granjas de San Isidro, sobre la calle 25 A Sur, escucharon los gritos de un hombre que pedía auxilio y aseguraba que lo querían matar.
El hombre estaba dentro de la vivienda de un sujeto de nombre Alfredo, alias “El Fello”, quien tiene mala fama en su colonia por drogadicto, ebrio y violento que además de golpear a su esposa, presuntamente andaba en “malos pasos”.
La gente pensó que era “El Fello” quien gritaba, por lo que llamaron a los números de emergencias, pero minutos antes de que llegaran policías municipales, se presentó Alfredo y tras entrar a su casa, los gritos cesaron; suponiendo que algo malo le había pasado a la víctima.
Pese a la petición de las personas para que entraran al domicilio, los uniformados se negaron y se retiraron.
Alguien por la madrugada descubrió que en el domicilio de “El Fello” había movimientos inusuales, aunque llamaron nuevamente a la policía municipal, esta nunca se presentó.
Testigos dieron cuenta de cómo “El Fello”, junto con dos amigos, sacaron un sillón con ayuda de un “diablo” (herramienta para cargar cosas pesadas) y hasta la siguiente esquina lo colocaron encima de un carro y se marcharon.
Quien llamó al número de emergencias 9-1-1 intuyó que dentro del sillón llevaban un cadáver y era importante que se presentaran los policías municipales para interceptarlos, pero fueron tomados a mal de sus facultades mentales.
Fue así que aparentemente “El Fello” y compinches llegaron hasta las orillas del río Atoyac y arrojaron el sillón en el cual efectivamente iba el cuerpo de un varón que en el ajetreo de la caída se salió pero el sillón quedó a unos dos metros de él como mudo testigos.
Tras las pesquisas de agentes ministeriales de la Unidad Especializada en la Investigación de Homicidios, permitió ubicar y detener a los tres presuntos responsables, entre ellos a “El Fello”, quien cuenta con antecedentes penales.