Las mínimas oportunidades de trabajo y la sed de triunfo, hace cuatro años, llevaron a Nancy Lorena Vara Serrano, de 34 años de edad, a migrar del municipio de Coyotepec, enclavado en la mixteca poblana, a la capital, donde descubrió la pasión por ayudar y salvar a la gente tras integrarse a las filas del Heroico Cuerpo de Bomberos del estado.
Para Nancy Lorena, el pertenecer al equipo de bomberos, es un honor y satisfacción, ya que considera que es un trabajo que muchas veces la gente piensa que es solo para hombres.
“Es un honor ayudar a la gente, hay muchos tabúes para nosotras por el hecho de ser mujeres, pero todas tenemos la fuerza y el valor de hacer lo que más nos guste, en mi caso, esto es lo que me apasiona, es muy bonito ayudar a la gente y que, a la vez, día con día, te agradezcan el trabajo que realizas en cada servicio”, comentó la entrevistada, quien, a cambio de cumplir sus sueños y metas, tuvo que alejarse de sus padres y hermanos ya que es soltera.
Con el firme pensamiento de que las barreras son algo que el ser humano se pone a sí mismo, Nancy decidió dejar su comunidad, San Mateo Zoyamazalco, donde la única labor que conoció, fue la del campo.
Ya en la capital poblana, la mujer de 34 años de edad, descubrió que la mejor forma de ayudar a la gente, era a través de bomberos, para la cual pasó por muchos meses de preparación.
“Al entrar a bomberos llevamos un curso, preparación académica, física y prácticas, creo que tenemos las mismas capacidades para hacer el trabajo como los hombres, a veces no es cuestión de tanta fuerza sino de saber qué es lo que se tiene que hacer, de tener la técnica, y cuando uno no puede cargar algo demasiado pesado, los compañeros también te ayudan, aquí no hay discriminación, son mis amigos, incluso son como mi familia, siempre nos cuidamos entre nosotros”, contó Nancy Lorena, quien aseguró que en bomberos es tratada como un elemento más.
A lo largo de cuatro años, Nancy se ha enfrentado a múltiples riesgos, entre los servicios más difíciles que le ha tocado atender, están los incendios de fábricas.
“Los imprevistos pueden salir en cualquier auxilio, sin embargo, en los incendios de fábricas se almacena demasiado material por lo que cuesta extinguirlo, han sido horas y horas de trabajo. No sé de dónde sale tanta fuerza, pero algo nos empuja a seguir, aunque ya estemos fatigados, tomamos un respiro y entramos otra vez. Hasta que el lugar queda sin riesgo, es cuando podemos decir que ya terminamos y ahora sí, descansamos”, contó la entrevistada.
Pese a los riesgos, la dedicación y preparación que conlleva el ser bombero, Nancy porta con orgullo el uniforme que le ha dado la oportunidad de salir adelante y demostrar de lo que ésta hecha.