Sumergido en la adicción a los solventes, un hombre encontró la muerte en la soledad de una obra en construcción, donde se refugiaba en la colonia Guadalupe Hidalgo. El hombre se encontraba alejado de su familia desde hace muchos años, pues lo rechazaban debido a su orientación sexual.
“Susana”, como era conocido, tenía alrededor de 30 años de edad, fue encontrado ayer alrededor de las tres de la tarde por los vecinos de esta colonia, acostado sobre unas cobijas tendidas en el suelo y rodeado de botes de solventes dentro del terreno ubicado en la Privada D de la 16 de Septiembre, entre las calles Nicolás Bravo y Cuauhtémoc, al sur de la ciudad.
La gente que lo conocía, mencionó que “Susana” llevaba varios años en la indigencia, llegó a esa localidad y ayudaba a los vecinos al quehacer de sus casas, con lo que se ganaba un poco de dinero; pero nunca les reveló detalles de su vida personal, quien era su familia y mucho menos su verdadero nombre.
Hace algunos meses dejó de trabajar y se le veía sumido en la drogadicción, también piensan que lo que pudo enfermarlo fue el agua que bebía de la cisterna del predio en construcción, donde encontraron un gato muerto.
Aunque se desconoce con certeza de qué murió, se presume que habría sido un paro cardiaco lo que le arrebató la vida mientras dormía.
Tras no verlo vagar por la zona, como comúnmente lo hacía, alguien decidió ir a buscarlo, fue así que lo hallaron inerte.
Al lugar acudió personal de la Policía Ministerial y confirmó el deceso, por lo que se iniciaron las diligencias del levantamiento de cadáver, se registró que no había huellas de violencia, por lo tanto podría dar cuenta de que se trataba de una muerte natural, aunque se confirmará con certeza por medio de la autopsia que realice el médico legista en el anfiteatro.
Cabe resaltar que antes de la llegada del personal de la Fiscalía General del Estado, arribaron dos hombres que lloraron frente al cuerpo, se despidieron de él y después se marcharon. La gente señala que por sus aspectos físicos parecía que fueran sus familiares, quizás sus hermanos; sin embargo, no pudieron cruzar palabra alguna con ellos y desconocen su paradero.
El varón quedó registrado como el desconocido número 172 y de no ser reclamado en la morgue, podría terminar en una fosa común.