Por su problema de adicción a las drogas, un joven quiso recuperarse y voluntariamente se internó en un centro de rehabilitación llamado “La Piedad”, ubicado en la colonia Lomas de San Miguel, donde desafortunadamente terminaron por asesinarlo a golpes.
Se trata del caso de Alan Jafer, de 21 años, quien dos semanas antes había llegado por su propia voluntad a dicho “anexo”, como se les conoce a estos lugares, ubicado en la calle Palenque número 12, para tratar de curarse de su problema.
Tras la separación de sus padres, el varón se quedó a vivir con su progenitor, pero entre los 12 y 13 años decidió irse a la casa de su madre, aunque después descubrieron que cayó en el consumo de enervantes.
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Al darse cuenta que las drogas no era la solución para olvidar sus problemas, y al querer destacar en la vida, por medio de un amigo conoció el “anexo” La Piedad y aunque le cobraban mil 500 pesos por mes, más aportaciones para alimentos, decidió internarse.
Sus padres no estaban de acuerdo, pues él les mandó unas fotos del lugar y ellos observaron que lo tenían semidesnudo y al fondo se observaba el lugar con mal aspecto, incluso le sugirieron cambiarlo a otro sitio, pero él les contestó que se encontraba a gusto.
Los deudos piensan que una vez que llegó ahí, comenzó el infierno para Alan, pues de verse robusto lo encontraron todo delgado, luego de que el pasado martes por la tarde por medio de una videollamada, les avisaron que fueran por él porque se sentía mal.
El joven de 21 años a señas les dio a entender que lo habían golpeado y como les mostró su abdomen, el “padrino” -como se les dice al encargado del lugar-, de nombre Salomón, quien sostenía el teléfono celular y estaba atento a lo que dijera Alan, intervino y les dijo irónicamente que ya estaba “marcado”, porque había comenzado a hacer ejercicio, narró con dolor y lágrimas en los ojos Claudia Patricia, su madre entrevistada durante el velorio del joven.
La mujer dijo a este medio que sus hermanas fueron por él y al verlo grave, se lo llevaron de urgencia al Hospital General del Norte, en el camino pudo con voz entrecortada manifestar que lo habían golpeado, además de que lo tenían atado de pies y manos y durante tres días no le dieron alimentos. Desgraciadamente al llegar al nosocomio dio su último respiro.
Por lo anterior intervino la Fiscalía General del Estado, cuyo personal realizó las diligencias del levantamiento de cadáver y después de que los médicos legistas le realizaron la autopsia de ley, el resultado concluyó que efectivamente se trató de un homicidio, pues Alán sufrió ruptura de costillas, traumatismo toráxico y presentaba huellas de amarres en las muñecas de las manos y tobillos de los pies.
El cuerpo fue entregado a los deudos y esta jueves fue velado por sus familiares para que hoy después de una misa de cuerpo presente, sea despedido en el panteón de la junta auxiliar de San Jerónimo Caleras.
Claudia Patricia exigió justicia y junto con el padre y las hermanas de Alan, reconocieron el apoyo que han recibido de la Fiscalía de Puebla y confiaron en que la dependencia actuará pronto para castigar y detener a los responsables de este asesinato.
Piden también que se investigue el “anexo” que encabeza “El Padrino” al que solo identifican como Salomón, pues aseguran que hay más de 100 internos, entre ellos mujeres y hasta menores de edad. Sospechando que se encuentran en muy malas condiciones, pues al ir por Alan, pudieron notar que los tienen semidesnudos, hincados, amarrados e incluso alcanzaron a ver a una jovencita que gritaba pidiendo que la sacaran de ahí.
Cabe resaltar que una vez que le den el último adiós a Alan Jafer, la madre, acudirá a la Fiscalía para ratificar la denuncia por homicidio, además de que la dependencia ya lleva a cabo las investigaciones que se siguen de oficio, aunado a que familiares, amigos y conocidos del joven soltero realizarán el sábado por la mañana una marcha que saldrá del edificio central de la Fiscalía y concluirá en Casa Aguayo, para exigir justicia para Alan
