A un año de que el policía Francisco Daniel N, de 24 años de edad, muriera en cumplimiento de su deber al afrentarse a un grupo de sujetos armados en la colonia San José Los Cerritos, sus compañeros de trabajo pertenecientes a la policía municipal de Puebla, que incluso sobrevivieron al ataque, recuerdan los hechos como si apenas hubieran sido ayer. El tiempo los ha ayudado a superar la pérdida de su amigo, pero jamás olvidarán el terror que sintieron al creer que morirían sin haber hablado antes con sus padres, esposa o hijos.
Si bien para los elementos que aquel día resultaron heridos se trató de un caso difícil en el que estuvo en riesgo su vida, hoy, por nada cambiarían su trabajo pues a pesar de todo lo anterior y de que mucha gente desconfíe o critique la labor policial, están convencidos de dar el cien por ciento de su esfuerzo para detener a los maleantes.
Nervioso pero con entereza, uno de los sobrevivientes del ataque ocurrido el pasado 7 de julio cerca de la Central de Abasto, recordó en entrevista para El Sol de Puebla, que aquella madrugada se encontraban en un operativo cuando vía telefónica les solicitaron apoyo por detonaciones de arma de fuego en la calle 10 de Mayo y Margaritas, donde Francisco Daniel murió de un balazo en el rostro mientras que cuatro de ellos, tres agentes de proximidad y uno de vialidad, resultaron lesionados.
“Fue una célula la que nos acercamos al sitio, llegamos y vimos que un Mercedes Benz de color blanco se encontraba a media calle sin conductor. Al parecer hubo una fiesta, por lo que procedimos a realizar el protocolo para retirar la unidad ya que obstruía la circulación, informamos a nuestros mandos para que enviaran una grúa; de pronto vi que una persona nos amenazaba, nos empezó a lanzar palabras altisonantes: “¡van a ver hijos de la chingada, a dónde llevan mi carro, no se van a llevar nada!”, gritó el sujeto y luego nos comenzaron a lanzar disparos, escuché muchos disparos, por lo que saqué mi arma y repelí la agresión, pero después sentí un impacto de bala que me hizo que cayera y luego uno de mis compañeros (Daniel) también cayó, otros elementos nos brindaron el apoyo”, narró el oficial de 50 años de edad que hoy sigue vigente en la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC).
Aunque el joven de 24 años de edad mejor conocido entre sus compañeros como “Tela”, fue llevado a un hospital a bordo de una patrulla de la corporación, su estado de salud empeoró, por lo que tiempo después se informó sobre su deceso; tras su muerte dejó en la orfandad a una pequeña, y en el desamparo a su esposa, quien ahora se sabe fue contratada para laborar en el área administrativa de la SSC, como apoyo a su economía.
RECUERDAN A FRANCISO DANIEL COMO UN POLICÍA ENTREGADO
Mientras Gabriel N, alias “El Mascota” de 32 años de edad, sigue preso por delitos cometidos contra funcionarios públicos y homicidio calificado, ya que dos de sus cómplices salieron libres luego de que se indicara que Gabriel fue quien disparó el arma, los agentes policiacos que sobrevivieron a la balacera no olvidan el miedo de estar ahí, lesionados y sin saber si iban a poder librar la muerte.
“Para mí es como si hubiera sido ayer, es una situación difícil y no se la desearía a ninguno de mis compañeros. Aunque hacemos el trabajo con precaución, este hecho me enseñó que uno no debe confiarse y creer que nunca va a pasar nada, fue la primera vez que me enfrenté a una situación así, tardé dos meses en recuperarme de la herida de bala que recibí, mi esposa e hijos no querían que regresara pero no nos podemos traumar por una situación de la que salimos avantes, mi trabajo representa un orgullo y no lo cambiaría, así que aquí andamos”, comentó uno de los entrevistados de 50 años de edad y que por seguridad, al igual que en los demás declarantes, se omite su nombre.
Otro de los agentes que logró salir con vida de aquella agresión, pese haber terminado con un rozón de bala en la cabeza, recordó a Francisco Daniel como un buen compañero, tranquilo y que procuraba a su familia.
“Era un buen compañero, lo conocí dos años y medio, incluso ese día desayunamos juntos en una revisión, nos llevábamos muy bien ya no pude hablar con Daniel antes de que falleciera, el recordarlo aún me inquieta. El miedo de estar ahí fue una tensión muy grande, solo pensaba en salir con vida, piensas en la familia, los amigos, es muy feo la verdad; nos emboscaron, estábamos pegados a la pared, yo recibí un rozón y mi compañero Tela estaba detrás de mí”, contó un elemento de 38 años de edad, pero con cuatro años dentro de la corporación policiaca en la que incluso ha pasado por una segunda ocasión similar pero en la colonia La Loma, donde en 2017 tras una persecución y balacera se logró la detención de un sujeto armado, sin que hubiera bajas para la policía municipal.
En tanto, el más joven de los sobrevivientes, un agente de 25 años de edad, aseguró que es duro recordar al compañero Daniel, y aunque él también resultó herido y hubo riesgo de morir en cumplimiento del deber, esta experiencia no lo hizo desistir de su labor pues jamás pensó en abandonar las filas de la policía municipal, al contrario fue un hecho que le ha dado todo el coraje para seguir combatiendo a la delincuencia.
“Hacemos lo que está en nuestras manos para tratar de disminuir la delincuencia, desde los diez años pensé en ser policía, me impulsó el sentido de ayudar a la ciudadanía, este trabajo es de soportar calor, frío, muchas cosas, es difícil pero me gusta mi trabajo”, concluyó el joven que lleva tres años brindando su trabajo y entrega a la sociedad.
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