Elementos de la Secretaría de Seguridad Pública y Tránsito Municipal de Puebla esta semana atendieron el reporte de auxilio solicitado por una mujer de la tercera edad, quien se encontraba en su domicilio ubicado en el Barrio de los Remedios de esta capital, cuando un sujeto identificado como Mario N., con residencia en el estado de Tlaxcala, tocó la puerta e ingresó sin autorización de la octogenaria.
Acompañado por otro hombre Mario ingresó bultos de cemento a la casa asegurando que llegaría a ocupar el inmueble.
De manera amenazante y prepotente en todo momento aseguró que desalojaría a la mujer, pues la madre de este le había heredado el inmueble hace más de quince años.
Al momento de arribar los uniformados Mario dijo ser el propietario y aseguró que mostraría las escrituras, aunque en ningún momento lo hizo y es que a decir de los habitantes de la propiedad los documentos que pudiera tener Mario tendrían firmas apócrifas, lo que implica un delito. Al pasar los minutos, y ya con la presencia de ambas hijas de la mujer y familiares que la visitaban, Mario amenazó a los ahí presentes diciendo que llegaría a sacarlos con integrantes de una organización llamada “Antorcha”, además, se dijo protegido por sus contactos en la Procuraduría General de Justicia de Tlaxcala, motivo por el que la señora Elvira siente temor de las represalias por parte del sujeto.
En una plática que este medio tuvo con la señora agraviada fueron mostrados recibos de pagos de renta, documentos que comprueban la posesión del inmueble desde hace 45 años, comprobantes de inversión en reparación y remodelación del inmueble y otros pagos.
“Ustedes pueden preguntar con los vecinos, nunca hemos tenido problemas con alguien en 45 años, somos una familia tranquila que vamos viviendo al día. En esta casa crecieron mis hijos, no quiero problemas, ojalá todo sea por la vía legal, que sea una autoridad quien defina la situación, no los golpes ni agresiones que se ven cuando está de por medio un pedacito de tierra. Si algo nos llega a pasar culpo al señor Mario, tengo miedo”, confesó doña Elvira.