Si no hay ordenamiento legal que obligue ni sanciones que refuercen la petición, que en realidad solo ha quedado en exhorto, no habrá manera de impedir que los comerciantes informales que se instalan en diversos puntos de la ciudad de Puebla y el estado sigan haciéndolo.
Como ha quedado demostrado en las últimas dos semanas, ningún exhorto emanado de las autoridades gubernamentales ha servido para que mercados fijos y semifijos, así como tianguis, continúen ofertando sus productos en los sitios en los que habitualmente lo hacen, pese a los llamados que pretenden impedir la propagación del coronavirus por culpa de la aglomeración de personas.
El peligro es latente y continuará ahí.
Eso lo entiende bien el secretario de Gobernación del ayuntamiento de Puebla, René Sánchez Galindo, quien, ante ello, pide a los ciudadanos, clientes del comercio informal, que sean ellos quienes hagan respetar la sana distancia que se exige en estos momentos y dejen de acudir a estos polos de abasto.
Incluso, dijo que no solo los mercados, sino también los supermercados, reportan alta concentración de personas en esta temporada, lo que evidencia un relajamiento de las medidas preventivas en muchas familias.
Por eso se limitó a hacer un llamado a la población, para que haga conciencia del riesgo que significa no mantener la sana distancia en medio de la guerra contra el virus.
Habrá quienes piensen que, desde el gobierno, se puede hacer mucho más que esperar que los ciudadanos resuelvan este problema, casi, solos.
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Una previsión que parece buena en los hechos podría ser completamente insignificante, por desgracia.
La diputada local del PAN, Nancy Jiménez Morales, pedirá este lunes a la Secretaría de Turismo del gobierno del estado que elabore un plan de reactivación turística para implementarse en la entidad después de que concluya la emergencia sanitaria derivada del Covid-19, con el fin de relanzar al sector turístico, hotelero, restaurantero y de servicios, que ha sido severamente golpeado por la crisis.
Jiménez presentará el punto de acuerdo este día, en la sesión virtual que llevarán a cabo los diputados integrantes de la mesa directiva del Congreso.
La intención suena bien.
Convocar a la secretaria Fabiana Briseño a que se ponga a trabajar en el futuro para ayudar a un sector de la economía que ha resentido los efectos negativos de la cuarentena.
El problema es que la idea viene de una diputada salida de las filas del PAN, que no solo es minoría en el Poder Legislativo, sino que es un partido opositor al grupo en el poder, donde manda Morena.
Y como los diputados de la coalición Juntos Haremos Historia se mueven en función de sus intereses políticos, y de los de su jefe Gabriel Biestro, quien a su vez toma el teléfono para preguntarle todo al gobernador, se ve difícil que prospere la iniciativa blanquiazul.
No obstante, a ver si se registra alguna sorpresa.
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Un dato que confirma la necesidad de apoyar al sector que se encuentra ligado al turismo lo ofrece Olga Méndez Juárez, presidenta de Canirac.
La representante afirma que ya son 20 los restauranteros que le han dicho que han decidido cerrar sus puertas de manera definitiva, no solo temporal, sino de manera permanente, frente a la fragilidad en que los ha colocado la emergencia sanitaria.
“A mí me han manifestado cerca de 20 restauranteros que ya no vuelven a levantar la cortina. El ánimo de las personas está muy lastimado, se sienten desesperados, se sienten abatidos con las fuerzas (…) Son como 15 restaurantes chicos, solamente hay un grupo muy fuerte, los Allegue, que es un restaurante de mucho tiempo que está en el bulevar (5 de Mayo), él ya anunció que cierra sus puertas y algunos otros, a lo mejor no tan grandes, pero sí ya de años”, expuso.
Los efectos silenciosos y devastadores del coronavirus.
