El pasado 14 de febrero se celebró el llamado miércoles de ceniza, una celebración de la iglesia católica que abre el periodo conocido como Cuaresma, mismo que tiene la finalidad de hacer una reflexión personal con la intención de llegar preparados a lo que es fiesta más importante de este credo en torno a la llamada Pasión de Cristo en la semana mayor.

Pero independientemente de las tareas que deben cumplir los laicos para llegar a este momento, quienes viven en vida religiosa siguen acciones aún más estrictas, pues fungen como un enlace entre lo divino y lo terrenal, principalmente cuando se trata de aquellos que habitan en conventos y monasterios, pero un grupo en específico tenia una peculiar costumbre de ayunar con cerveza.

¿Cómo era el ayuno de los monjes de la Orden de los Mínimos?

Son los monjes de la llamada Orden de los Mínimos quienes durante el tiempo de Cuaresma realizaban un ayuno que excluye de su dieta todo alimento sólido a lo largo de los 40 días que dura este periodo de preparación para la Pascua, por lo que, con la intención de poder alimentarse durante este periodo, la comunidad perteneciente al país germano decidió recurrir a la cerveza.

Aunque no se trataba de cualquier tipo, sino que ere un tipo especial que ellos mismos elaboraban, incluso esta tradición dio origen a la cervecera alemana Paulaner, la cual terminó por fundarse en 1634, llegando a ser una de más importantes a nivel internacional, con presencia en 70 países, tras comenzar en lo que era una comunidad monástica de Baviera.

Esta orden religiosa fue fundada por San Francisco de Paula, quien viajó desde el sur de Italia con la intención de fundar un nuevo cenobio que se ubicaría en el monasterio de Neudeck ob der Au, el cual se ubicaba en Baviera, Alemania, por lo que incluso sus miembros eran conocidos como los Paulaner Monks, mismos que en un principio se limitaban a beber agua durante la Cuaresma.

Pero fue tiempo después cuando se percataron que su organismo requería algo más sustancioso que el vital líquido, por lo que no dudaron en recurrir al producto originario de la región, la cerveza, por lo que decidieron fabricar la suya propia, pues contenía una gran cantidad de carbohidratos y nutrientes, además de que predominaba su sabor dulce y un bajo nivel de alcohol.

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Un ayuno que se convirtió en negocio

Debido a la consistencia que tenía llegó incluso a ser conocida como “el pan líquido”, pues cuando comenzaron a darse las clasificaciones de la misma comenzó a ser catalogada dentro del tipo doppelbock, destacando por su color oscuro, por lo que tiempo después comenzaron a ofrecer su bebida al público y hasta llegaron a darla como una especie de limosna para los más necesitados.

Finalmente, con el paso del tiempo encontraron en esta una forma de sustento, por lo que comenzaron a venderla a la comunidad, al grado que terminó por convertirse en la firma Paulaner, e incluso la cerveza de los monjes fue bautizada como “Salvator”, nombre que proviene de “Sankt Vater” que en español se puede traducir como la frase “la cerveza del Santo Padre”.