¿Qué es el Corpus Christi y por qué se celebra?

Una fiesta que también celebra a los Manueles

Denisse Pérez Antonio | El Sol de Puebla

  · jueves 11 de junio de 2020

Foto: Abraham González | El Sol de Puebla

La fiesta de Corpus Christi o el Cuerpo de Cristo, es una celebración especial en la que se realza la presencia real de Jesús en el Sacramento de la Eucaristía. Y este año, la comunidad religiosa no podrá celebrar esta fecha religiosa por motivo de la pandemia del coronavirus, ya que en diversas diócesis del país se canceló la celebración.

Se le dio el nombre de la “Fiesta del Cuerpo y de la Sangre de Cristo”, después de la reforma litúrgica del Concilio Vaticano II, y se celebra el jueves siguiente a la octava de Pentecostés.

Los orígenes de la fiesta de Corpus Christi se remontan al siglo XI, cuando Berengario de Tours negó la presencia real de Cristo en la Eucaristía.

Esta doctrina herética, -semejante a las de los evangélicos de hoy-, fue condenada oficialmente por el Papa Gregorio VII en 1079 y entonces la Iglesia de dio cuenta de la necesidad de fomentar el culto a la presencia de Cristo en la Eucaristía.

Es entonces cuando se formula el mandamiento de comulgar por lo menos una vez al año, por Pascua Florida.

De ahí que se acostumbra exponer el Santísimo en una custodia especial, elevar la hostia y el cáliz en la Santa Misa y visitar al Santísimo en el sagrario.

TAMBIÉN ES LA FIESTA DE LOS MANUELES

Manuel y Emmanuel, son nombres propios que nunca han pasado de moda y que significan “Dios con nosotros”, por ello es que este jueves de Corpus Christi también es la fiesta de Manuel, pues Dios que está en espera de que acudamos a recibirlo para estar con nosotros.

Pero como en nuestro país el Corpus es el día de las mulas, a los Manueles los bromeamos dándoles ese sobrenombre.

LA RELIGIOSIDAD POPULAR

Foto: Sandro Franco | Archivo El Sol de Puebla

A la procesión acuden los papás con sus niños pequeños vestidos de “inditos”. Ellos con su calzón y su camisola de manta y con un bigote pintado con corcho quemado; ellas con su huipil (blusa) y su chincuete (falda), ambos con guaraches y huacales llenos de frutas y golosinas.

La foto es obligada, pero ¿de dónde nos viene esa costumbre?

Los indios de los alrededores de la Ciudad de México acostumbraban estrenar los grandes días de fiesta. Bajaban al centro con sus trajes típicos y con sus bestias adornadas y cargadas de mercaderías que vendían en la inevitable feria común.

Este parece ser el origen de comprar y regalar mulitas hechas de barro, de palma o de algún otro material que se venden a la salida de los templos. Por eso es el día de las mulas.

Sin embargo, también se dice que la tradición de las mulitas puede venir de un ejemplo eucarístico que contaban los franciscanos.

La anécdota cuenta que San Antonio de Padua, logró convertir del judaísmo a Guyaldo que aceptó en todo a su nueva religión, menos en creer en la presencia de Cristo en la Eucaristía.

El nuevo cristiano, aún incrédulo, retó al Santo a un extraño experimento. Él tendría a su mula sin comer por varios días y después le mostrarían, al mismo tiempo, un montón de pienso (comida) y una custodia con la hostia consagrada.

San Antonio aceptó el reto y cuando la mula hambrienta vio la Eucaristía, dejó el pienso y ¡se arrodilló ante el Santísimo!, para vergüenza de su amo que cayó postrado de rodillas ante Cristo en la Eucaristía y de allí en adelante no volvió a dudar.

Con información Desde la Fe