De ganarlo a empatarlo o de perderlo a igualarlo. Quien no dividía honores en el torneo, Necaxa, sacó un punto de su visita a Puebla que se sintió triunfador antes de tiempo y en el pecado llevó la penitencia tras verse alcanzado en el marcador 2-2.
Un monumental Jordi Cortizo le daba a La Franja su primera victoria en un mes cuando todo apuntaba a un nuevo empate en el torneo, ahora ante Necaxa. Tal vez la inercia de los Rayos de sólo ganar o perder en la competencia le abría un escollo al Puebla, el mismo donde Cortizo se inventó un golazo tras conducir dentro del área hidrocálida para tirarle una vaselina a Luis Malagón que terminó con la pelota al fondo de la red.
A esas alturas el cuadro de Jaime Lozano merecía más, pero se lo cargaban los fallos del primer tiempo de Facundo Batista y Alexis Peña o tal vez las oportunas intervenciones de Antony Silva. Aunque éste perdió en la tercera ante Batista para encender las alertas en el Puebla en la segunda mitad del compromiso.
Con el nervio en el aire y Necaxa peligroso siempre, éste lo igualó a siete minutos del final a través de Agustín Oliveros. El futbolista de los Rayos mandó a guardar un balón suelto tras un tiro de esquina… sí, otra vez la pelota parada castigó a La Franja.
Antes, la táctica fija, encumbraba al Puebla en el arranque de la doble jornada.
Vaya, el blanquiazul sigue sufriendo a la hora de defender el balón parado, pero al menos ya descubrió cómo puede ser peligroso por la misma vía aplicando aquello de la psicología inversa, buena para recuperar al enfermo. En este caso para animarlo a volver a levantar los brazos tras un mes de no hacerlo.
Un tiro libre colgado en el primer tiempo desde la frontal hacia lo profundo del área hidrocálida lo recentró Maxi Araújo, incorporándose sigiloso desde atrás hasta aparecer a donde debía para accionar la segunda jugada. El charrúa con su velocidad alcanzó para relanzar por sorpresa hacia el otro costado en búsqueda de Martín Barragán, puntual a la cita para mandarla a guardar y decirle a Altidore, “¡Here I am para competir por el puesto de ‘9’, man!”.
Previo a eso el juego coqueteó con Necaxa con dos rayos fulminantes salidos de las testas de Facundo Batista y Alexis Peña. En ambas el esférico acabó apenas por fuera tras explotar las debilidades del aparato defensivo blanquiazul: las transiciones y la denominada táctica fija.
Puebla apenas salía de su área, caía víctima de la presión alta. La Liga MX ya sabe dónde le duele, pues así lo lastimaron antes Toluca, Tijuana y Atlético San Luis.
Pero el blanquiazul ajustaba y salía a velocidad o saltándose la línea, se animaba a base de individualidades con Cortizo como referencia. El mediocampista en la primera del Puebla se quitó a todos, pero terminó sin gas y lanzándole un “peluche” a arquero Malagón, sin problemas para recibir aquel regalo en las manos.
Pero tras aquello, La Franja cambió de ritmo y acabó sacudiendo a la zaga hidrocálida con un buscapiés al área, pero ni Cortizo o Daniel Aguilar alcanzaron a llegar para pasar a la red; en cambio, sí lo hizo Ferrareis, pero remató trompicado, machucado, dándole oportunidad a Brian García de meter la pierna para sacar el disparo sobre la línea.
Los mejores momentos le pertenecían a Puebla y éste si bien no pudo en una acción corrida, sí lo hizo a través del balón parado.
Aunque el gol activó a Necaxa. Los Rayos recuperaron la serenidad y movieron a Puebla de un lado a otro para dejar solo a Facundo Batista; el uruguayo remató de media vuelta un pase filtrado, pero en el fondo Silva desarmó el obús para devolverle el alma al cuerpo a toda Puebla.
Minutos más tarde, otra vez Batista con Silva definían tras quedar mano a mano; el guaraní se agigantó bajo palos saliendo a achicar a tiempo para tapar y así preservar el 1-0 a favor de su equipo.
Pero la tercera fue la vencida para Batista tras rematarle a quemarropa a Silva en la reanudación tras un centro de Angelo Araos, fino a la hora de robar y preciso al momento de pasar.
Aunque nadie esperó el invento de Cortizo, suficiente para merecer el triunfo, el primer del Puebla en el último mes. Pero del plato a la boca…
