Aunque haya fallado un penal en final de Champions hace 5 años, el “Principito” ha tenido grandes episodios con el cuadro colchonero, en donde alcanzó títulos nacionales e internacionales, partiendo del presupuesto que tiene el cuadro español respecto a los grandes clubes de España y Europa.
Aun dejando pendiente la “orejona”, no podemos dejar de ver los otros reconocimientos que ha logrado el francés para el cuadro madrileño y, sobre todo, con su seleccionado, con el que obtuvo la Copa del Mundo en 2018.
Hace dos años, el Barcelona se fijó en el artillero con el fin de reforzar una escuadra acostumbrada a los grandes triunfos, parecía que con Messi y Suárez lograrían cosechar muchos goles, sin embargo, su paso por el club catalán no alcanzó las expectativas planteadas y muy bien pagadas, recordando los 120 millones de euros por los que fue comprado.
El delantero ahora es cedido por una tercera parte, en calidad de préstamo y con opción a compra, pero no deja ser una pérdida para los blaugranas, inclusive algunos han señalado que esta operación es el peor negocio en la historia de la institución catalana, en el entendido de que actualmente hay problemas económicos, lo cual resulta difícil de creer, sin embargo, la venta de Messi parece corroborar esto.
Antoine regresa a casa de buena forma, como algunos comentaristas señalan, por la identificación que tiene por el club y por el respeto que siempre le mostró, inclusive al no festejar efusivamente los goles que le anotó portando la playera culé. También hay que señalar que el propio artillero no se ha manifestado contento por su salida, seguramente porque no alcanzó los objetivos planteados, pero el aspecto anímico puede mejorar asumiendo que regresa a donde pudo desplegar su mejor futbol y quizá también para poder cumplir con los pendientes que dejó, especialmente el de conseguir una Champions, situación que fue frustrada en 2016.
Indudablemente el francés tiene talento y lo demostró plenamente en el Mundial de Rusia, en donde fue efectivo en los momentos importantes, sin dilaciones y con seguridad, situación en la que se demuestra de qué está hecho un futbolista.
Griezmann se fue de 28 años, la edad considerada como la plenitud de un futbolista, pero regresa con unos 30 en los que puede todavía dar muchos destellos, así como lo han hecho algunos jugadores que culminan su carrera con grandes éxitos.
Por el bien del espectáculo, esperemos que el campeón del mundo pueda seguir anotando con esa zurda privilegiada y se consagre como una leyenda de los inquilinos del Wanda Metropolitano.
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