Quienes se están acercando a los 30 años o ya los superan seguro recuerdan las “tardes de películas”, para las que era necesario acudir a un videocentro para rentar las películas favoritas e incluso se podían adquirir palomitas de microondas para completar la experiencia, esto hasta la llegada de las plataformas digitales.
Y es que primero fue posible encontrar gran variedad de videos a través de YouTube, para más tarde darle paso a la plataforma de Netflix, hasta el punto que actualmente existe una gran gama de estos servicios, pero pese a ello aún existe uno de estos sitios para la renta de cassettes en México y aquí te decimos dónde está.
¿Dónde está el último videocentro de México?
Tras la llegada de las plataformas de streaming cada una de las sucursales de estos establecimientos comenzaron a cerrar sus puertas a excepción de una que se ubica en el Estado de México, específicamente en el número 50 de la Avenida Viveros de la Hacienda en Tlalnepantla, el cual abrió sus puertas en 1926.
El establecimiento tiene una dimensión de 80 metros cuadrados y es atendido por la familia Ramírez Rosas, quienes atesoran una colección de cerca de cinco mil películas que van de las clásicas a algunas más recientes y su permanencia radica no sólo en la nostalgia sino también en el hecho de la atención personalizada que brindan a sus clientes.
En lo que a la decoración refiere cuenta con playeras de Tin Tan, mientras que el acceso se encuentra enmarcado por el tradicional logo del triángulo invertido, acompañado de franjas de color azul, verde y rojo, misma imagen que en su momento perteneció a la cadena Videovisa, la cual en su momento se convirtió en competencia de la cadena del mismo giro Blockbuster.
Con la pandemia incluso implementaron el servicio a domicilio, cuyas rentas actualmente rondan los 30 pesos mediante un alquiler de 24 horas en el caso de estrenos, en tanto que los títulos de catálogo tienen la posibilidad de que los préstamos se alarguen un poco más.
¿Cuál es la historia de los videocentros?
Esté concepto surgió en 1983 como un boom para el entretenimiento en México, pero con la llegada de las plataformas digitales las sucursales poco a poco fueron desapareciendo hasta la actualidad que sólo mantiene abiertas sus puertas la sucursal ya mencionada y que en la década de los ochenta y noventa eran estos sitos los grandes catálogos de las películas.
Lo que actualmente es una suscripción en un solo clic, en ese momento se trataba del pago por una renta comúnmente semanal, tras lo que debías devolver la cinta al establecimiento y en vez de navegar entre cientos de imágenes de películas aquí se hacía entre estantes llenos de videocassettes en formatos Betamax, VHS y DVD, con la portada de las películas antiguas e incluso de los más recientes títulos.
Aquí no necesitabas colocarte sobre un título para ver el trailer, sino que en una televisión eran mostrados por los responsables del establecimiento y no podían faltar las botanas, caramelos e incluso bebidas para completar la tarde de películas sin necesidad de trasladarte a una tienda para adquirir estos complementos.