Annie, una elefanta que se encontraba en un espacio cercado en la carretera entre León y Jalisco, fue asegurada por la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) ante las malas condiciones de salud en las que se encontraba.
Fue hace unos días cuando comenzaron a surgir en redes sociales distintos videos en donde se mostraba las condiciones en las que se encontraba Annie, a la que se le nombró como la “elefanta más triste del mundo”.
Para este 21 de febrero, la Profepa anunció por medio de sus redes sociales que el ejemplar ya había sido asegurado, por lo que continuaría con el trabajo e informando sobre el proceso que seguiría su rescate.
“Fue asegurada de manera precautoria por faltas al trato digno y respetuoso una elefanta africana en Jalisco. Durante la visita se observó que no contaba con las instalaciones adecuadas”, indicó la Profepa.
Esto ocurrió después de que médicos veterinarios pertenecientes al zoológico de Guadalajara junto a personal de la Profepa, la Guardia Nacional y el ejército de México acudieran al predio en donde se encontraba la elefanta Annie y que pertenece al Circo Atayde.
Después de esa visita, la Profepa anunció que contaba con las atribuciones para determinar el aseguramiento precautorio de la elefanta y trasladarla a un sitio con las instalaciones necesarias para su bienestar y autorizado.
Por su parte, Ernesto Zazueta, presidente de la Asociación de Zoológicos, Criaderos y Acuarios de México (Azcarm) explicó que Annie pasó sus primeros años de vida como parte del Circo Atayde, pero, al llegar la Ley con la prohibición de los animales en circos, nadie quiso hacerse cargo de la manutención del animal y el circo no pudo costear los gastos al ser muy altos.
En cuanto a su estado de salud, indicó que se encontraba baja de peso y requería de una atención continua de los veterinarios como de un mejor espacio y condiciones para su bienestar animal.
“Se trata de un ejemplar de elefante africano de alrededor de 30 años, que llegó hace mucho de Zimbabue y que pasó sus primeros años de vida en el Circo Atayde, hasta que, en el 2015, con la Ley de Circos Sin Animales, se volvió muy complicada la manutención para los propietarios, como en la gran mayoría de los casos, porque estos animales requieren de muchos recursos humanos y económicos”, detalló Zazueta.
El caso de la elefanta Annie
Fue el pasado 18 de febrero cuando el caso de la elefanta Annie tomó relevancia a nivel nacional después de que el influencer Arturo Islas Allende realizara una denuncia y fuera a visitar el espacio en el que se encontraba la elefanta Annie, un predio que se ubica en los límites de Lagos de Moreno, Jalisco, y León, Guanajuato.
En distintas ocasiones medios de comunicación, en especial de León, ya había realizado la denuncia de un elefante que se encontraba viviendo en cautiverio dentro de un corral improvisado hecho por fierros oxidados y rodeado de automóviles viejos y chatarra que se iba deteriorando con el paso de los años.
Junto a la soledad en la que vivía, se sabía que presentaba una condición corporal pobre, que ya no contaba con sus colmillos al ser cortados de forma rudimentaria y presentaba “comportamientos estereotipados”, es decir, aquellos que aprendió durante su juventud como parte del circo como es el balancearse de un lado a otro.
Después de que se cambiara la ubicación de la jirafa Benito ante las malas condiciones en las que vivía en Ciudad Juárez, Chihuahua, en redes sociales movimientos similares comenzaron para apoyar a distintos animales que no viven de la mejor manera, entre ellos a Annie.
Una vez que la Profepa ya rescató a la elefanta Annie, instituciones como el zoológico de Jalisco ya han levantado la mano para recibir el ejemplar al tener las condiciones necesarias para su conservación.