El frío podría ser el responsable de esos atracones de comida en esta temporada

Alan A. Luis Diego

  · viernes 22 de diciembre de 2017

La nostalgia, las bajas temperaturas y hasta nuestra historiagenética, hacen que en invierno tengamos una mayor necesidad deconsumir alimentos, tenemos más hambre, y si no tenemos cuidadopuede haber una ganancia de peso.

Así como en temporada de verano la temperatura corporalaumenta, en la invernal el frío provoca que baje la temperaturadel cuerpo y para recuperarla nuestro organismo nos pide máscalorías con antojos de alimentos dulces y con grasa.

Basta con que el cuerpo esté dos o tres grados por debajo delos 36 grados centígrados a los que normalmente se encuentra, paraque el antojo aparezca, aun cuando en un país con altos índicesde sobrepeso y obesidad la mayoría de las personas tienensuficientes reservas para hacer frente a esta condición.

Tener una temperatura adecuada es importante para el buenfuncionamiento del cuerpo, e igual que cuando hace calor usamos elsudor para bajar la temperatura, cuando tenemos frío tenemosmecanismos para subirla que utilizan energía y, por lo tanto,aumenta nuestra necesidad de calorías, indicó la nutrióloga AnaMaría González.

“El frío no aumenta nuestra demanda de energía, sino eldescenso en la temperatura de nuestro cuerpo, ya que el cuerpoproduce calor a través de los temblores en los músculos altitiritar, la necesidad de movernos constantemente y lo que seconoce como ‘efecto térmico de los alimentos’, que se dadespués de comer”, señaló.

Todas estas calorías extras que gastamos para mantenernoscalentitos, se compensan no sólo con el aumento en nuestrasensación de hambre, sino también con nuestro antojo por comidasy bebidas calientes, muy dulces o con alto contenido de grasas.

Incluso existe la teoría de que hay una memoria genética quenos lleva a aumentar nuestras reservas de energía en la temporadade bajas temperaturas.

Al gastar energía para mantener el calor corporal y haber unademanda extra de energía aumenta el hambre, pero hay que tenercuidado para no dar rienda suelta a los antojos pensando en que elfrío compensará esa ingesta.

Beatriz Cuyás, del Colegio Mexicano de Nutriólogos, dijo quearropándonos bien y haciendo ejercicio se puede elevar latemperatura corporal sin necesidad de consumir altas cantidades dealimentos que, aunados a las cenas de Navidad y Fin de Año con lafamilia, los amigos y compañeros de trabajo llevan a una gananciade peso.

Es posible complacer los antojos sin llenarte de calorías conpequeñas cantidades.

Algunas personas en lugares con mucho frío pueden presentar unacondición conocida como “desorden emocional estacional” queaumenta su antojo por comer más, especialmente alimentos ricos encarbohidratos, y a mantenerse más sedentarios de lo habitual. Sieste es tu caso, ponte en movimiento y controla tus antojos.

Cuando hay bajas temperaturas no se antoja hacer ejercicio, sinembargo, esta época puede utilizarse a nuestro favor y bajar depeso.

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