El síndrome de Estocolmo se diagnosticó por primera vez con la ciudad que lleva ese mismo nombre, que está ubicada en Suecia; fue en los años 70’s cuando una mujer comenzó a desarrollar ciertos sentimientos hacia un hombre que la tomó como rehén durante un asalto a un banco, incluso se ha comentado que se enamoró de él.
De este modo fue como la víctima no quiso proceder en contra de este delincuente. Este comportamiento captó la atención de la comunidad científica que más tarde lo utilizó para evaluar otros casos similares. Uno de los ejemplos más conocidos es el de la película de ‘La Bella y la Bestia’ de Disney, en donde la princesa se enamoró de su captor.
Los especialistas han mencionado que esto suele presentarse en diferentes ambientes, como en las relaciones de pareja, pero no es el único lugar, pues también han detectado este síndrome en lo laboral, una conducta que por la salud mental de los trabajadores tiene que ser erradicada para evitar mayores problemas.
¿En qué consiste el síndrome de Estocolmo laboral?
Es un síndrome que se genera cuando un trabajador sufre diferentes tipos de maltratos dentro de su puesto, pero él nunca se opone, incluso justifica dichas acciones abusivas e intenta ponerse en el lugar de la persona que lo agrede.
Así se explicó en un artículo compartido por el centro especializado Ivane Salud de Valencia, España, en el que se detalló que esto ocurre en los empleados que a pesar de las malas condiciones en las que está, se identifica con la empresa, al igual que con sus compañeros.
Los expertos comentaron que la gente con este padecimiento suele ignorar todo lo negativo de la compañía, o utiliza excusas para cubrirlo. Esto puede pasarle a cualquiera, es decir, no importa la edad, el sexo, género o la etnia ni cualquier otra variable similar.
Además, la persona afectada no quiere dejar la empresa sin importar la carga de actividades que le asignen, el bajo salario o las faltas de respeto que pueda recibir de sus jefes, pues en este último caso siempre buscará la forma de empatizar con sus superiores.
Síntomas de este síndrome
Esto puede generar muchos problemas en el colaborador, en especial de autoestima, pues sin importar que tanto se esfuerce, siempre pensará que no tiene la capacidad que necesita el patrón, lo que afectará su confianza y desarrollo profesional. Estos son los principales síntomas:
- Relaciones basadas en el miedo y falta de respeto.
- Problemas económicos.
- Ambiente laboral tenso.
- Aceptar malos tratos, sueldos injustos.
- Jamás piensa dejar la empresa.
- Justifica el mal comportamiento del jefe o los compañeros.
- Mantener constantemente una postura de sumisión.
- Sensación de no poder abandonar la empresa.
- Dejar de ver, total o parcialmente, todo lo negativo de la empresa.
- Enfocarse en lo poco positivo que hay.