Alertan lluvias a zonas de alto riesgo, pero vecinos se niegan a dejar su patrimonio

Ante el temor de que sus viviendas colapsen, las familias adoptan medidas como inhabilitar áreas

Alba Espejel | El Sol de Puebla

  · jueves 24 de septiembre de 2020

Foto: Javier Pérez | El Sol de Puebla

La temporada de lluvias en Puebla intensifica el temor de los ciudadanos que viven en las zonas de riesgo de la capital, pues al ablandarse la tierra, sus casas podrían colapsarse. Aunque la mayoría de estos ciudadanos saben que viven en terrenos peligrosos, se niegan a dejar su único patrimonio.

La Secretaría de Protección Civil y Gestión Integral de Riesgos del municipio de Puebla, ha notificado en lo que va del año a los dueños de 278 inmuebles por encontrarse en este riesgo y El Sol de Puebla realizó un recorrido para compartir la situación a la que se enfrentan estos ciudadanos.

La señora Vicky Cortesano habita en una de estas áreas de riesgo por colapso, vive a un costado de la barranca que está en la Avenida Ferrocarril en la junta auxiliar de San Pablo Xochimehuacan, estos últimos días que se han registrado lluvias intensas, no ha tenido inundaciones en su casa, ni ha visto deslaves en la parte trasera que colinda con la torrentera, pero vive con miedo, sabe que si la tierra se ablanda parte de su casa podría caerse.

Foto: Erik Guzmán | El Sol de Puebla

Como medida de seguridad, sus hijos han optado por no habilitar la parte que está a un costado de la barranca, sus familiares ya no duermen ahí y tienen prohibido estar mucho tiempo en esa zona.

Cruzando la avenida antes mencionada se encuentra la señora Beatriz Ramírez, quien lleva dos años viviendo a un costado de la barranca, aunque en últimos días no ha registrado problemas como inundaciones o deslaves, cada vez que llueve teme por su vida y por su patrimonio.

Aceptó que en últimas semanas el agua ha llegado a niveles muy altos y que ha tenido que colocar piedras para que el agua no se desborde, pero aún así, no ha pensado en cambiarse de inmueble, ya que este espacio es su único hogar. “Pues cuando llueve ni salgo, rezo y me quedo con miedo en mi casa esperando que nada malo pase. Sé que es peligroso, pero es mi hogar”, externó.

Además de San Pablo Xochimehuacan, otras de las zonas en donde la Secretaría de Protección Civil ha hecho notificaciones por considerarlas como peligrosas son El Salvador, Tlaltepango, Ampliación las Torres, Jardines de la Montaña, Barrio de San José Tomás Chautla, Bosques de Santa Anita, San Sebastián de Aparicio, San Salvador Tepexco, San José El Conde, San Francisco Totimehuacán, Miguel Hidalgo, Vista del Valle, 15 de Septiembre, El Pedregal, La Lagunilla y en San Felipe Hueyotlipan.

Justamente en San Felipe Hueyotlipan, en la calle gasoducto, vive el señor Roque Montalvo, él aseguró que tiene papeles de su terreno, en el cual lleva viviendo alrededor de tres años, pero aceptó que ha rellenado la barranca para evitar deslaves.

También teme que su casa colapse con los estragos del clima, pues sabe que está instalada en una zona de riesgo, pero no tiene otro lugar en donde vivir, ha invertido en este espacio y ya no sólo es un lugar en donde llega a dormir, sino que es su hogar.

Foto: Javier Pérez | El Sol de Puebla

“Aquí gracias a Dios no he tenido inundaciones estas semanas, pero si pasa mucha agua por acá. He puesto llantas porque aquí era barranca y nosotros estamos rellenando, entonces hace tres años me vine a vivir aquí, compré mi terrenito, me lo vendieron y fui rellenando porque la gente ni podía pasar”, aceptó.

En el caso de las casas ubicadas a un costado de las barrancas de Bosques de San Sebastián, Lomas San Miguel y Barranca Honda, los dueños no quisieron hablar y en la mayoría de los casos se mostraron molestos cuando este medio acudió. Se pudo observar que los inmuebles están a ras del acantilado, esto pese a que la Ley de Aguas Nacionales establece un límite de 10 metros de ancho entre una casa y al cauce de las corrientes.

Los vecinos que viven por esta zona, pero no a un costado de la barranca, compartieron que como suele ocurrir en este tipo de asentamientos, los habitantes empezaron a rellenar la quebrada, bloqueando así el cauce natural del agua. Esta situación los preocupa, pues temen que con el tiempo, el agua busque por donde salir y tengan afectaciones al interior de sus propiedades.