Luego de que se difundiera a través de las redes sociales un caso de maltrato a un caballo que fue arrastrado por una camioneta en calles del municipio de San Andrés Cholula, Elena Larrea, fundadora del refugio de animales Cuacolandia, dio a conocer que presentó las denuncias pertinentes ante la Fiscalía General del Estado (FGE) y el Instituto de Bienestar Animal (IBA). Además, aseguró que el caballo fue llevado a sus instalaciones, donde lo resguardará.
Elena publicó un video en sus redes sociales, en donde precisó que los datos sobre el caso fueron entregados al IBA, por lo que llamó a la directora de este instituto, Irma Gómez Castañeda, a tomar cartas en el asunto.
Comentó que el dueño de la camioneta es Juan Pablo, vecino del municipio antes mencionado, y aseveró que el domicilio ya se tenía ubicado, por lo que solo era cuestión de que las autoridades visitaran el lugar y resguardaran al caballo.
Horas más tarde, en otro metraje difundido por la organización Cuenta Conmigo se informó que al no haber respuesta del Instituto de Bienestar Animal, Elena acudió a la dirección en donde se encontraba amarrado el potro para llevarlo a Cuacolandia, un refugio de más especies como esta.
En la descripción de la publicación reclamaron por la falta de interés de los directivos del IBA para salvaguardar al equino, pues pese a que se brindaron los datos sobre el caso, nadie acudió.
“Amigos estamos aquí con la mula, vamos a Cuacolandia, la realidad es que le mandamos datos al Instituto de Bienestar Animal, no pudieron dar con el animal, pero lo hicimos nosotros”, se escucha en el video.
Por este motivo, de nueva cuenta, las organizaciones en pro de los derechos de los animales pidieron la destitución de Irma Gómez Castañeda, directora del Instituto de Bienestar Animal, ya que aseguraron no hay acciones eficientes para prevenir y sancionar la crueldad animal en el estado.
Cabe mencionar que fue el pasado 29 de junio cuando empezó a circular un video donde se observó cómo una camioneta color azul llevaba jalando a un caballo, debido a la velocidad y el largo de la cuerda con la que iba amarrado, el equino fue arrastrado en el asfalto.