La ciudad de Puebla sufre congestión vehicular y contaminaciónpor los continuos desplazamientos de trabajadores que viven en superiferia. Para combatir esta problemática, el BancoInteramericano de Desarrollo instó a crear empleos y fomentar lainstalación de comercios en los alrededores de la Angelópolis,además de mejorar las redes de transporte público.
El crecimiento demográfico de la capital del estado ha creado,reclamó el documento de trabajo La carga de la vivienda deinterés social. Comparación entre los hogares de la periferia ydel centro en ciudades de Brasil, Colombia y México publicado enjunio por el Banco Interamericano de Desarrollo, problemas para laciudadanía.
El menor precio de las casas de interés social en la periferia–de en promedio 530 dólares (9 mil 540 pesos) por metrocuadrado, frente a los 950 dólares (17 mil pesos) de lasresidencias más céntricas- atraería cada vez a más personasque, sin embargo, continúan conservando su empleo en plenaAngelópolis. Estos habitantes dedican cada día de media, señalóel análisis, 126 minutos –más de dos horas- en ir y regresar detrabajar.
El área urbana de Puebla y Tlaxcala estaba conformada en 1990por 1.56 millones de habitantes, pero en 2010, apuntó elreporte, eran ya 2.6 millones. Es decir, de una densidad de 28residentes por kilómetro cuadrado se pasó en dos décadas a36.
“Puebla, al igual que la mayoría de las ciudades mexicanas,ha perdido población en su centro histórico y se ha expandidohacia la periferia en las últimas décadas”, recordó. “Estepatrón de expansión urbana de baja densidad ha causado uncongestionamiento de tráfico endémico, contaminación del aire yuna divergencia espacial entre las áreas residenciales y las deempleo”.
Para evitar esta “localización” urbana, el BancoInteramericano de Desarrollo propuso aumentar el valor, que no elprecio, de las viviendas sociales situadas en la periferia,mejorando, no la arquitectura de las mismas, sino la calidad de suubicación.
Crear puestos de trabajo ofreciendo incentivos a losempleadores, aumentar la presencia de comercios favoreciendo loscambios de uso de suelo, optimizar las redes de transporte públicoe invertir en la “calidad del diseño urbano” podríarevalorizar, apuntó, la zona.
“El impacto de un desarrollo urbano desequilibrado también sesiente fuera de estas áreas, pues incide en la congestiónvehicular, la contaminación ambiental, la baja productividad, y laexistencia de desbalances fiscales insostenibles”, advirtió.“No hay duda de que las sociedades donde la segregación es másmarcada no presentan buenos resultados en términos del desarrolloindividual y/o social”.
