Se abre el telón y salen con una escoba y compitiendo entre ellos con diferentes malabares, Lili y Older Escarabajo. Después de discutir entre sí se dan cuenta de que trabajar en equipo es mejor para los dos y, también, de que les gusta tener un escenario limpio. Con esto, lo que tratan de hacer es enseñar a los niños valores y hábitos mediante las artes circenses.
Hace alrededor de seis años nació el colectivo Escarabajo con 15 integrantes, poco a poco y conforme fueron cambiando sus ideales (dirigirse a los niños), solo quedaron en el grupo Liliana Palacios y Oldemar Pérez quienes presentan su espectáculo de artes circenses lo mismo en la plaza de un municipio, que, en la explanada de una escuela, el centro histórico, parques y cruceros.
El fundador del colectivo es Older, aunque estudió Mercadotecnia y Publicidad, al cursar un taller de artes circenses se dio cuenta de que era lo que realmente le gustaba; un tiempo después, se unió Lili, ahora de 24 años de edad la cual cursa la carrera de Ingeniería Química en Alimentos.
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Además de que les gustan las artes circenses lo que buscan es enseñar, de una manera divertida e intrépida, valores y hábitos a los niños como la amistad, solidaridad, compañerismo, trabajo en equipo, confianza y pensar que es posible hacer todo, que no hay límites, así como algunos hábitos como el cuidado de los espacios públicos y recoger la basura, entre otros.
Sus herramientas son aros, mesas, sillas, pelotas, sombreros y mucha música, pero, sobre todo, los constantes ensayos para perfeccionar cada una de las presentaciones, toda vez que hay números que requieren de mucha concentración y esfuerzo físico que no se logra sino con el ensayo.
El Colectivo Escarabajo ha recorrido diferentes municipios del estado de Puebla y también otras entidades como Oaxaca, Chiapas, Campeche y Veracruz. Para este 2019 su meta es cruzar la frontera y, pronto, participar en festivales de Argentina, Perú y España con este espectáculo que les ha abierto tantas puertas.
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Lo que más satisfacción les causa después de cada uno de los escenarios en los que se presentan es que el asombro que reflejan los niños, especialmente, los más pequeños, toda vez que hay algunos que no se sienten atraídos por los números y deciden ocuparse en otro tipo de cosas.
No obstante, la emoción de los pequeños se puede observar desde que los artistas llegan a un escenario con sus aros, telón y maletas, pues entre ellos comienzan a especular sobre lo que van a hacer los actores y aun antes de que estén listos preguntan a qué se dedican o halagan el vestuario de Lili, quien siempre agradece con una sonrisa.
La vida de un artista urbano no es nada fácil, pues, además de la preparación deben demostrar a la sociedad que lo que han aprendido vale la pena y hasta a las familias que es posible recibir un buen salario para poder mantenerse.
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Este es uno de los retos a los que se han enfrentado los integrantes del colectivo Escarabajo y ahora también sus familias celebran que hayan estudiado artes circenses y las emociones que tanto a ellos como al público han logrado causar en los últimos años de trabajo.
