Alertan riesgo por taxis piratas en Atlixco

Luego de que una mujer fuera asaltada la semana pasada al subir a un vehículo ejecutivo, usuarios revelan servicios que operan a través de redes sociales

Miguel Ángel Domínguez | El Sol de Puebla

  · martes 17 de diciembre de 2019

Foto ilustrativa: Archivo El Sol de Puebla

El caso de una mujer de Atlixco que la semana pasada fue asaltada minutos después de subir a un auto aparentemente del servicio Uber con rumbo a Tlaxcala, ha generado una serie de reacciones de los usuarios de redes sociales, dejando en evidencia la manera en la cual muchos de los pasajeros locales se ponen en riesgo al solicitar ese tipo de servicios a través de Facebook y no mediante las aplicaciones de la empresa.

El tema, dijo un hombre empleado de la plataforma oficial Uber, y quien pidió el anonimato, es muy sencillo: “para darles certeza, los clientes saben perfectamente cuáles son los procedimientos a seguir: bajan la aplicación, miden los tiempos y mandamos a la unidad cuyo chofer ya pasó por las pruebas de rigor. Es decir: no es en Facebook”.

BUSCAN SERVICIO EN REDES

El fin de semana pasado, en las mencionadas redes sociales una mujer hizo una pregunta considerada por muchos usuarios como atrevida: “algún número de Uber seguro”.

La interrogante sucedió 48 horas después de la noticia capaz de sacudir ese ambiente: “una mujer pidió un Uber para dirigirse a Tlaxcala y minutos después resultó encañonada por el chofer de la unidad”.

En Atlixco, desde hace tres años coexisten varios tipos de servicios de autos particulares, más allá de los taxistas: la oficial de Uber con apenas seis o siete coches, los “similares” del servicio ejecutivo dedicados a llevar pasaje de esta ciudad a la capital poblana y de regreso. Considerados como piratas, y uno más recientemente: personas de Atlixco y de municipios cercanos con un auto particular, sin ser Ubers y similares, que ofrecen viajes de voz en voz. “Te puedo pasar mi número celular y cuando quieras un viaje estoy listo”.

Las tarifas son un poco más baratas, quizá entre el 10 y 15 por ciento, comparadas con los taxis e idénticas a los de la plataforma. “Puede ser tu vecino, el cuate de un amigo tuyo, el señor de la esquina... o alguien con un argumento aparentemente válido: soy de Atlixco”.

Sin embargo, “de ninguna manera eso es suficiente para garantizar seguridad a los usuarios. Nadie los monitorea, los vigila y menos tienen sus datos capturados. Y eso es un riesgo. Igual son cinco o 15. Todos en potencia son Ubers, un nombre usado como pretexto para dar ese tipo de posibilidades ante un creciente número de clientes, sobre todo nocturnos y mujeres”.