/ lunes 17 de diciembre de 2018

En riesgo de desaparecer la sal artesanal de Zapotitlán

En esta región de Puebla la producción alcanza apenas las 600 toneladas anuales de producto

Iván Rodríguez / Zapotitlán

Más de 70 productores de sal orgánica coinciden en que este trabajo artesanal puede desaparecer en pocos años debido al costo tan bajo en que se comercializa. Con los seis pesos que les pagan los intermediarios por cada litro de su producto, las ganancias son mínimas y, con ello, es imposible invertir para rehabilitar los salineros existentes en la zona, siendo solo la mitad los que están en condiciones de producir 600 toneladas al año.

Juan Diego Hernández Cortés, productor de sal y además integrante de la organización Slow Food México, explicó que desafortunadamente este 2018 ha sido un mal año para este sector debido a que las lluvias fuera de temporada provocaron que una gran parte de la producción que se tenía en las piletas se contaminara, por lo que la producción no fue tan buena como en años anteriores.

Explicó que aproximadamente cada año se producen 300 toneladas de sal de uso doméstico y otras 300 toneladas que son para el alimento de animales, siendo trabajada por alrededor de 70 productores de la zona, quienes preparan las salineras durante los meses de marzo, abril y mayo, dándole el tiempo necesario para que se cristalice y seque.

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Desafortunadamente, dijo, este no es el único problema con el que tuvieron que lidiar durante el año, pues desde hace tiempo han tratado de difundir lo que realmente significa este producto orgánico, el cual posee muchas propiedades y es elaborado 100 por ciento de manera artesanal, pues a pesar de todo el tiempo invertido y el trabajo el litro solo llega a costar 7 pesos.

Hernández Cortés explicó que las pocas ganancias de la venta de este producto han llevado a que en estos momentos solo el 50 por ciento de los productores siga manteniendo la tradición que data de hace más de 2 mil años, pues para ellos ya no es redituable invertir dinero, trabajo y tiempo, situación que los lleva a no darle mantenimiento a sus salineras, las cuales ya están destruidas.

Argumentó que hace algunos meses, gracias al apoyo de una universidad, se realizó un estudio relacionado a la producción, costos y la venta de este producto, teniendo como resultado que para que las familias salineras puedan tener ganancias e invertir en mejorar los procesos de producción el litro de este producto debería costar 45 pesos.

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Ante este problema, algunos productores se han integrado a la organización internacional Slow Food México, lo que les ha permitido salir del país a difundir cómo es que se produce este tipo de sal, tratando de que los consumidores valoren el proceso artesanal y le den el costo real a este producto orgánico, pues de lo contrario cada vez menos productores seguirán generando el citado alimento.

Al ser parte de esta organización internacional, dijo que lograron viajar en el 2015 a Italia, a donde llevaron el producto y explicaron la forma en que se trabaja para tenerlo de manera orgánica; sin embargo, fue poco el beneficio económico logrado, pues las ventas fueron mínimas, aunque consideran que lo importante es dar a conocer este producto a visitantes que llegan de diferentes países a conocer las salinas.

El joven productor Juan Diego Hernández Cortés narró que solo dos productores de esta región han logrado que su producto se comercialice fuera del estado poblano, pues hablar de una distribución en mayor escala significaría invertir dinero en un estudio de minerales, registro de marca, procesos de empaque, código de barras y requisitos que significan dinero, el cual no se tiene.

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“Lamentablemente los programas de apoyo del gobierno nunca llegan a las manos de quien lo necesita, durante años hemos trabajado nosotros mismos por difundir nuestro producto y llevarlo hasta donde lo compren. Los programas sociales terminan en manos equivocadas”, señaló.

Por último, los productores recalcaron que, de seguir en estas condiciones, este proceso de obtener sal podría desaparecer. En estos momentos para ellos el único mercado posible es Tehuacán y la región, siendo necesario buscar otras opciones en donde se pueda vender solo un poco más caro.

PRODUCCIÓN

Actualmente la recolección de esta sal orgánica artesanal se hace en albercas o patios que llenan de agua extraída de los yacimientos de agua salada que existen en toda esta zona, la cual está dentro de la Reserva de la Biosfera Tehuacán-Cuicatlán, a través de manguera o bomba de gasolina llenan los patios, que son conocidos como “salineras”, que miden 3 metros cuadrados por 12 centímetros de profundidad. Una vez llenados, dos o tres veces al día, es necesario esperar de 5 a 8 días para que empiecen a formarse los cristales, posteriormente, se recolectan en forma de montículos con herramienta especial y se poner a secar.