“Si me dejas no volverás a ver nuestra hija”, “Si quieres andar del tingo al tango, mejor me llevo a la niña”, “te vas a arrepentir con lo que más te duele”, estas son algunas de las frases que los hombres ocupan para ejercer violencia vicaria, esa violencia en donde los maltratadores ocupan a los hijos como instrumentos para hacer daño a la mamá.
En esta ocasión, presentaremos el caso de Guadalupe Pérez Solano, quien no ve a su hija desde el 2018 y debido a que su pareja es el padre de la menor y que tramitó la custodia total -sin el consentimiento de Lupita-, hoy las leyes lo favorecen. Actualmente, la niña tiene ocho años, es decir, que la dejó de ver cuando tenía cinco.
“Es triste porque si hoy veo a mi hija en la calle a lo mejor la desconozco, no sé cómo se viste, cuánto mide, no sé si le ha cambiado su voz. Nuestra relación ya es nula porque ni me dejan hablar por teléfono con ella”, relató.
Explicó que ella desconocía que era la violencia vicaria, pero hoy gracias a que pidió apoyo de Colectiva Cam Cai y Madres Exigiendo Justicia en Puebla, sabe que es víctima de este tipo de violencia. “Estoy en espera de la violencia intermedia y espero que se pueda abrir a juicio oral y que se le de una condena. En el ambiro familiar ya salió la sentencia de guardia y custodia y le dan la custodia, pero la única razón de la juez es que no he visto por mucho tiempo a mi hija”, comentó.
En su opinión, la juez omitió que la ex pareja de Lupita está vinculada a proceso por el delito de sustracción de menor y tampoco hizo caso a las medidas cautelares que este hombre tiene. Estas medidas indican que no puede salir de Puebla y debe firmar periódicamente para que no se considere como un delito.
“Lo que yo hice fue apelar la sentencia, ha sido suspendida y desde febrero del 2018 hasta el día de hoy no ha dejado ver a mi hija y yo estoy esperando con ansias que se apruebe la Ley contra la violencia vicaria para proceder con más fuerza porque la sustracción de menor es un delito con represalias muy bajas y el de violencia vicaria ya me permitiría tener más oportunidades para volver a ver a mi hija”, agregó.
Incluso, este hombre para no darle a la niña denunció a un conocido de la familia por violencia sexual, pero hasta el momento, dicha denuncia no ha procedido, pues no hay pruebas. Para Guadalupe sólo fue un pretexto más para que las autoridades no la dejen verla.
Este 5 de julio Guadalupe estuvo en la Casa de Justicia de la 11 Sur para nuevamente seguir su proceso legal. Sabe que seguirá siendo un proceso complicado, pero seguirá luchando para que su hija vuelva a estar a su lado. “El desgaste ha sido increíble porque se la llevó desde hace tantos años. No me deja ver a mi hija y he pedido muchos trabajos por estar en audiencia y checando el tema legal. Sólo quiero que se haga justicia y que las leyes dejen de beneficiar a este hombre que es un violentador vicario”, concluyó.
Para este 4 de julio, en sesión de la Comisión de Igualdad de Género de la LXI Legislatura, se aprobó un exhorto dirigido a la Secretaría de Igualdad Sustantiva para que coadyuve a generar diagnósticos que identifiquen los problemas de violencia vicaria en cada región y se implementen campañas que visibilicen esta problemática.
El punto de acuerdo también considera la realización de acciones específicas con relación a la prevención de la violencia vicaria, atención a los casos registrados y que se ejerzan las sanciones correspondientes a los agresores.
Por su parte, la diputada Aurora Sierra Rodríguez resaltó la importancia de que la violencia vicaria sea reconocida y visibilizada, dijo que para ello se necesita de políticas públicas y trabajo conjunto desde los poderes y los diferentes niveles de gobierno.