Un niño de cuatro años se emociona al ver la marioneta de un gusanito que don Pablo hace caminar en el patio de la Casa de Cultura, donde está la Feria del Juguete Artesanal, probablemente es la primera vez que ha visto una y su entusiasmo aumenta al ver que el artesano tiene más personajes como payasos, leones y hasta a Pinocho. Hoy los juguetes tradicionales han tenido que adaptarse a los gustos de la infancia para poder sobrevivir.
“Los niños tienen que ver caminar a mis marionetas porque no conocen este juguete, ahora juegan con el celular, pero cuando las ven moverse se enamoran de ellas y entonces piden la del personaje que les gusta”, dijo el artesano originario de San Lorenzo Chiautzingo, que ha dejado de ofrecer sus productos como ambulante en las calles de San Pedro Cholula para probar suerte en la feria del juguete artesanal, en la capital poblana.
Con 25 años dedicándose a elaborar estos juguetes, el señor Pablo Mejía consideró que su trabajo todavía puede competir frente a la tecnología, siempre y cuando se adapte a los personajes de moda, ya que las piezas que vende en 100 pesos son relativamente baratas y de mayor duración comparadas con cualquier artículo de plástico o fabricado en serie.
En lo anterior coincidió Mario Cruz, quien ha incluido a los personajes de Paw Patrol en los carritos de madera que le enseñó a hacer su abuelo Enrique y también ha colocado calcomanías de las princesas de Disney y otros dibujos animados a los tambores, comedores, camas y demás artículos que integran su oferta para el Día de Reyes.
“Tenemos que irnos renovando porque prácticamente si un niño ve un carrito así sencillo pues ya no le llama mucho la atención, ahorita lo que he innovado es grabarles el nombre del niño, ponerles ojitos y como vemos que buscan a los personajes de televisión pues tratamos de innovar”, dijo el artesano originario de Tetela de Ocampo.
Mario recordó que su abuelo le hacía juguetes de madera cuando era niño y cuando vio que tenía buenos resultados comenzó a elaborarlos para vender, fue así que inició el negocio familiar que ahora debe reinventarse para no morir.
Las redes sociales, las exposiciones artesanales y diversos mercados del país son los puntos de venta de una gran variedad de juguetes de madera que la familia de Mario ha elaborado durante cinco décadas y consideró que habría mejor futuro para su negocio si las personas mayores enseñarán a las nuevas generaciones a jugar con yoyos, trompos, baleros y demás productos.
Y es que los juguetes con los que se divirtieron nuestros padres o abuelos no se han ido del todo, ya que en las tiendas departamentales todavía se venden, por ejemplo, caballitos de madera, aunque con materiales y características distintas a las que los artesanos conservan.
Lo anterior es motivo, en ocasiones, de indignación para los artesanos, confesó Rodrigo López, quien se dedica a elaborar caballitos de palo y muñecas de trapo, ya que lo aprendió y heredó de su abuela Beatriz.
“Ahora los chinos ya hacen carritos, loza tradicional, mucha artesanía ya la han invadido los chinos y tanto muñecas o caballos los he llegado a ver en tiendas departamentales. Es triste porque detrás de cada producto de nosotros hay una historia y eso (lo importado) nada más es manufactura”.
Rodrigo comentó que pone esmero y dedicación en cada detalle de las muñecas que vende a través de Facebook, ya que así las hacía su abuela; sin embargo ha tenido que complacer las necesidades del mercado para poder mantener a flote su negocio, vistiendo las piezas de novias, catrinas, chinas poblanas y cualquier personaje o atuendo que sea requerido.
“Lo que también hemos hecho es bajar un poco el precio a partir de la pandemia para poder subsistir, aunque nuestro margen de ganancia es mínimo pero lo hacemos para seguir subsistiendo porque ya con todo el juguete de plástico que nos ha acaparado mucho el mercado pues nosotros bajamos un poco más el precio, aunque de por sí son económicos”.
JUGUETES ARTESANALES, CON DOBLE RIESGO DE EXTINCIÓN
Luis Reyes Ponce, quien es artesano especializado en cartonería, opinó que el juguete tradicional tiene doble riesgo de extinción, ya que a la falta de conocimiento o interés de la infancia en ellos, se suma el hecho de que cada vez son menos quienes los elaboran y heredan sus técnicas.
Por lo anterior, dijo que siempre busca oportunidades para vender sus productos pero también para dar talleres y enseñar el proceso, con la ilusión de que la técnica de la cartonería que dominó de forma autodidacta no se pierda con el relevo generacional.
Cuestionado sobre las innovaciones que ha tenido que hacer en sus productos, señaló que se ha adaptado a la demanda de las niñas y niños, ya que da forma a caballitos de madera, muñecas y hasta luchadores, siempre y cuando el cliente acepte que la única técnica a realizar es la cartonería y no se pueden involucrar otras porque se perdería la esencia de su artesanía.
PANDEMIA DISMINUYÓ EN UN 20% LA ACTIVIDAD ARTESANAL EN PUEBLA
En Puebla hay 6 mil 100 artesanos en el padrón de la Secretaría de Cultura, sin embargo solo unos 100 se dedican a elaborar juguete, ya que todo el sector se ha visto afectado a causa de la pandemia de la Covid-19 y se estima que un 20 por ciento de quienes tenían esta actividad económica la abandonaron a falta de ingresos suficientes.
Así lo expresó el director de artesanías del Gobierno Estatal, Arnulfo Allende Carrera, quien dijo que “muchos dejaron de trabajar el producto artesanal para dedicarse a otra cosa o simplemente cerraron sus talleres porque la pandemia afectó sus ventas”.
Señaló que la disminución en la producción de artesanías ha tenido un declive evidente desde el 2020 y a eso se suma que “la globalización ha permitido que juguetes del extranjero y de producción industrial lleguen de forma más fácil a nuestro territorio”.
Expresó que los artesanos que de los que tiene registro la dependencia son de ciudades como Puebla, Tehuacán y las Cholulas y la mayoría de ellos hace juguetes a base de textiles y madera.
LOS JUGUETES DE GUAJE Y HOJALATA PODRÍAN DESAPARECER
El director de artesanías explicó que aunque existe el riesgo de que la producción de juguetes tradicionales siga a la baja, actualmente los elaborados a base de guaje y hojalata prácticamente están extintos.
Detalló que con el guaje, un producto característico de la región de la mixteca y los límites con Guerrero y Morelos, regularmente se hacían jicaritas, lanchas y otros juguetes, sin embargo la técnica ya casi es desconocida.
En tanto que la hojalata es una técnica más urbana, no obstante también ha dejado de verse en las calles de Puebla, las Cholulas y Tehuacán.
“Hay algunas otras, como la palma tejida, que ahora se combina con rafia o sintéticos pero conservan la técnica tradicional. La técnica del guaje está prácticamente perdida, ya las jicaritas es muy raro encontrarlas, al igual que la hojalata está en peligro de desaparecer, porque son técnicas que han dejado de ser populares”, finalizó.
